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martes, 14 de febrero de 2012

Las manos de Suárez y la flemática y serenísima hipocresía. Gonzalo Perera

Al franco-senegalés Patrice Evra lo conocí- superficialmente- cuando era un ilustre desconocido. Corría el año 1997 (aproximadamente) y ambos vivíamos en Les Ulis, un nada distinguido y muy habitado barrio de  L´Essone, uno de los departamentos que forman Ile-de-France (el conurbano parisino). Barrio de muchos y enormes edificios, muchos de ellos los denominados HLM (viviendas sociales), que albergan 25 mil habitantes de niveles de ingresos en general bajos, con reputación de particularmente violentos (cosa que jamás pude constatar en los casi tres años que allí estuve). Población predominantemente inmigrante de primera o segunda generación, senegalesa, hindú, maghrebí (de Marruecos y Túnez, fundamentalmente) y con un uruguayo “de colado” por aquellas épocas. Évra, por ejemplo, nació en Dakar, pero a los cuatro años devino "ulisien". Dato curioso, en Les Ulis nació Thierry Henry, el gran delantero francés, lo cual dota al modesto y querido barrio de apenas 25 mil habitantes de una singular fecundidad futbolística. Es que como en todo barrio de escasos recursos de aquella Francia pre-sarkozyana, había instalaciones municipales para practicar todo tipo de deportes, artes, actividades sociales.  Y como en todo barrio de inmigrantes, el deporte más fervorosamente practicado era el fútbol.

 A Évra, para ese entonces un gurí de 16 o 17 años, era imposible no notarlo. Era ya un atleta portentoso, con una velocidad, agilidad y flexibilidad de gacela, que lo hacían sobresalir aún entre grupos de jóvenes deportistas. Tampoco se caracterizaba por pasar desapercibido por su temperamento y comportamiento: era el prototipo del jugador "mañero", que permanentemente generaba y encendía discusiones y que no pocas veces terminaban en lío, ya fuera con contrincantes o compañeros de equipo. Más de una vez recuerdo haberme detenido a mirar desde el alambrado la elegancia con la que jugaba, más de una vez recuerdo haberme detenido por el ensordecedor griterío de alguna trifulca futbolística que lo tenía como protagonista central. Recuerdo que los propios gurises del barrio  lo calificaban con meridiana claridad: "es un fenómeno, pero es un jodido".

 Por ese entonces no tenía mayor abolengo futbolístico:  si bien había pasado de ligas menores a practicar en las divisiones juveniles del Paris-Saint Germain, el gran club parisino por donde en ese entonces brillaba Raï y donde hoy juega nuestro capitán Diego Lugano, no tenía en grande parisino ninguna posición de destaque y no figuraba entre las "grandes promesas" del club. Por alguna vía que desconozco, partió a jugar a un cuadro de tercera división italiana, donde comenzó a construir una carrera futbolística que tuvo su primer gran hito cuando se corona campeón de Francia 2002 con el Mónaco. De allí, llegaría a la selección francesa, donde llegó incluso al capitanato y a su actual destino en el Manchester United de Sir Alexander Ferguson.

En toda  su trayectoria profesional,  de forma tan indiscutida como su calidad futbolística, hizo gala de todo tipo de conflictos y enfrentamientos, dentro y fuera de la cancha. Aún hoy, casi con el doble de edad que el adolescente que ví jugar en Les Ulis, Evra sigue guardando escaso apego por el "fair play" y una marcada tendencia a protagonizar incidentes. Fue incluso uno de los focos de una feroz división dentro del último seleccionadomundialista francés, que llevó al ex-campeón mundial Lilian Thuram a despacharse ante la prensa con un tajante "Ëvra no deberia vestir nunca más la camiseta de Francia".

Dentro del fútbol profesional, como en cualquier ocupación, hay ciertos códigos. Uno de los más básicos es que lo que pasa dentro de la cancha, en la cancha se queda. Bueno o malo, discutible como casi todo en la vida, ese código ha sido respetado por generaciones de futbolistas de todo el mundo que se han dicho absolutamente de todo mientras la pelota rodaba, se han pegado incluso tanto como el juez les permitiera, pero para saludarse correctamente al final del partido o irse cada quien a su vestuario tranquilamente. Como todo código que restringe los límites de la agresividad a normas y terrenos, es en el fondo un convenio civilizatorio y protege lo más puro e inmutable en el fútbol, desde sus orígenes como simple juego de estudiantes a su presente de negocio sideral: lo que ocurre dentro de la cancha y con la pelota.

Para cualquiera que haya pisado una cancha de fútbol, y más para cualquier que conozca la trayectoria de Evra, la suspensión de la que fuera objeto nuestro compatriota Luis Suárez en la liga inglesa, amén de ridícula, es una maniobra alevosa. Lo que Evra escuchó de la boca de Suárez dentro de la cancha, si puede llegar a considerarse incorrecto en una circunstancia social tranquila, dentro de una cancha y con las pulsaciones al máximo es de una irrelevancia absoluta, particularmente entre experimentados profesionales cuyos oídos ya han escuchado todo tipo de insultos. Y cabe señalar, la frase con que Suárez reaccionara ante un "chamuye" de Évra  es más inocente que el Angelus comparada con las que aquel muchacho adolescente gritaba en Les Ulis o las que el gran profesional del Mónaco, Francia o Manchester United suele regalar a  propios y ajenos. La denuncia a un Suárez ascendente y en pleno romance con su hinchada fue una evidente artimaña para frenar al deportista compatriota y limitar las posbilidades de su equipo, el Liverpool.

A poco de retornar a la cancha el salteño tras su supensión, Suárez y Evra debieron verse las caras nuevamente en una cancha. Todas las cámaras aguardaban expectantes el ritual del "saludo FIFA" , que implicaba que Suárez y Evra se dieran la mano. Muy mal aconsejado o presa de un impulso improvisado, Suárez optó por negar el saludo a Evra, lo cual habría cerrado la burda telenovela en torno a él montada. Negando su mano, y pese a disculparse públicamente, dejó vivir un tiempo más una historia absurda de principio a fin, pero, más allá de eso, desató un monstruo que quizás el delantero salteño aún no conoce cabalmente.

Al negar su mano a Evra, Suárez desató por completo la impresionante capacidad de hipocresía del Imperio Británico.  La que en la boca de Sir Alexander Ferguson se escadaliza por las actitudes que considera vergonzantes de Suárez, pero olvida-y  no debería, pues era jugador profesional en 1966- que el único torneo mundial ganado por Inglaterra fue en casa y con una descara ayuda arbitral . En dicho mundial se dio el famoso cruce de árbitros en Inglaterra-Argetina y Alemania-Uruguay, en los cuales los equipos rioplatenses fueron claramente perjudicados y luego en la final, en el minuto 100 del alargue entre Alemania e Inglaterra, el juez suizo Dienst concedió como gol a Geoffrey Hurst una pelota que hoy sabemos que tras rebotar en el travesaño, picó en suelo a 7 centímetros de la línea de gol. Naturalmente, una decisión tan fina puede confundir a cualquier árbitro, pero ante la duda, el beneficio fue para el local y lo que durante años fue debatido, la tecnología actual saldó como un error arbitral. Sir Alexander Ferguson no inició ninguna campaña para establecer que el título mundial de 1966 sea compartido por Alemania e Inglaterra, por ejemplo, lo cual se correspondería bastante mejor con su discurso moralizante.

Hipocresía que en la boca del ministro David Cameron se alarma ante las señales de racismo en el fútbol, cuando la seguridad londinense ultimó salvajemente de ocho balazos al estudiante y electricista brasileño Jean Charles de Menezes el 22 de julio del 2005 por la simple razón de que "parecía un terrorista". Hipocresía que a través de la misma boca tiene el tupé de acusar a la República Argentina de colonialista por su histórico y legítimo reclamo (compartido por toda América Latina) de sobrenía sobre las Islas Malvinas.

Por aquello de "no empareje que no es pa´rienda" que se dice en nuestros campos, como siempre hay que distinguir casos y casos. La cultura anglosajona no es sólo hipocresía, obviamente que es dual, con claros y oscuros, como todas. Es la cultura portadora de luminarias como Isaac Newton o William Shakespeare, pero que también hizo todo un culto a  la flema inglesa: serenidad, represión de sentimientos, comportamiento asexuado y tan rituálico como el "five o´clock tea". Pero esa misma flema inglesa se encargó de ocupar, arrasar, robar el planeta entero, asesinar, ejecutar, violar, derrocar gobiernos, inventar fronteras, todo en salvaguarda de los intereses del Imperio Británico, la más perfecta expresión de la piratería dentro y fuera de los mares. En la abadía de Westinster reposan los restos de varios de los más salvajes opresores coloniales, honrados por sus servicios "a la corona", a pocos metros de los restos de Isaac Newton. Todo un símbolo.

Gran Bretaña, como todo lugar del mundo, ha legado  heroísmos y ruindades, bellezas y verguenzas. Pero entre las sombras de su cultura de vieja estirpe colonial, logró llevar a su máxima potencia la hipocresía, el "haz lo que yo digo pero no lo que yo hago", la defensa de la racionalidad sobria, fría, solemne, pomposa y amanerada de entre casa, como cobertura de la brutalidad salvaje desplegada en las colonias.

Luis Suárez se hizo famoso en el último mundial no sólo por la calidad de sus goles y su desequilibrante potencia, sino por la mano que evitó que el sueño largamente anhelado por la no muy impoluta FIFA de Blatter: ver en un mundial africano un semifinalista africano. Un enorme negocio se perdió por esa mano, que pasó a la historia del fútbol como un acto de deslealtad para algunos, pero como  todo lo contrario, como un acto supremo de sacrificio de la aspiración individual en pos del interés del equipo para mí y varios más

Luis Suárez seguramente debió estrechar la mano de Evra sin más y cerrar el show que se montó a su alrededor con el evidente propósito de hundirlo. No lo hizo y hubo que ver rasgarse las vestiduras  a la Inglaterra que bombardeó niños en Libia (eso no es racismo, según parece) por un episodio menor y digno de un partido de campito cualquiera, entre dos rivales en la cancha, uno de ellos caracterizado por jugar y hacer goles y el otro por impedir jugar y retorcer el reglamento si es necesario.

El fútbol sólo es fútbol, un juego. Pero la hipocresía, la prepotencia, la arrogancia y la doble moral, así surjan a raíz de un simple juego, son cosa seria, a la que sólo cabe repudiar y erradicar.

A Évra seguramente le espera el destino de todos los jugadores que se ganan justificadamente la reputación de arteros: cuando termine de brillar por sus condiciones atléticas, lo albergará el liso y llano olvido.
Pero a lo que no cubrirá ningún olvido es a las trocidades cometidas por la mayor potencia colonial de su época, la Gran Bretaña que hiciera del tráfico de esclavos uno de sus fuertes, de la piratería uno de sus emblemas y, aún hoy, del aplastamiento de las voluntades de los pueblos díscolos a fuerza de bombardeos, todo un modus operandi.

9 comentarios:

  1. Sr Perera, a Fergusson no le implicaba que Inglaterra ganara el Mundial del 66, y no le correspondia empezar ninguna campaña porque Alex Fergusson es ESCOCES!!!

    Segun Wikipedia, Evra es hijo de un diplomatico, lo que hace medio increible que haya crecido en una zona con familias de bajos recursos en el suburbano de Paris. Pero, los franceses son tan racistas que quien sabe, tal vez pensaron "diplomatico negro, sigue siendo negro".

    El seguir machacando con el imperialismo britanico de 2 siglos atras es una excusa cobarde para justificar racismo. En este pais hay muchisima gente de raza blanca que ha luchado contra la discrminacion racial. Que los medios de comunicacion sean hipocritas, eso si lo acepto, cuando celebran los disparates racistas que dice el esposo de la Reina como un chiste, pero lo dicho en una cancha de futbol en el calor de una discusion (iniciada por Evra, el mismo lo admitio), es todo un escandalo. Eso si es hipocrita. Pero el hecho de que este pais, por tener un pasado colonial, imperialista, etc, no pueda esgrimir la lucha creible contra el racismo, es una tonteria.

    Los uruguayos en general, les guste o no, son sumamente racistas, en muchas actitudes y formas de hablar. He escuchado tanto disparate racista en las radios uruguayas, que en este pais, ligan pena en la carcel. Y yo aplaudo eso, sea lo que sea que hayan hecho los antepasados de mis amigos y amigas aqui.

    Lo de la flema inglesa, etc, etc, no es algo que se imponga sino es una forma de ser - probablemente influenciada por el clima espantoso que tienen aca - como ser "alegre" es una forma de ser en Brasil y en el Caribe, o tener garra es una forma de ser uruguaya. Ah, y lo del "te de las 5" ya fue hace rato. Nadie sale de laburar antes de las 5 aca!

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  2. 1. Alex Ferguson es efectivamente escocés y fue goleador en Rangers, etc. En 1966 jugaba en una liga que compite con la inglesa y estaba situada a pocos kilómetros de Wembley. Y es LA figura del Manc, por ende absolutamente consustanciado con el fútbol ingles. De hecho Old Trafford fue una de las sedes del mundial 66.

    2. Patrice Evra es efectivamente hijo de un diplomático senegalés refugiado en Bruselas en 1985 y radicado inmediatamente en Les Ulis. Jugó a los 11-12 años el CO Les Ulis,de allí a los 15 años en el Brétigny, y a los 16 años, cuando mi historia empieza, en las juveniles de PSG, siempre viviendo en Les Ulis.

    3. Dado que el criterio de verdad que utiliza la wikipedia y que estamos hablando de un jugador francés, le sugiero verifique la información anterior en la wikipedia en francés. Su carrera está recuadrada arriba a la derecha :http://fr.wikipedia.org/wiki/Patrice_Evra

    3. Le agradezco sus opiniones. Naturalmente discrepo. Porque para concordar con su opinión debería pensar que Inglaterra no bombardeó Libia ni Irak y que es Uruguay, país racista como pocos, el que invade a quienes rezan cinco veces al día en honor a Alá, matando niños, mujeres y lo que esté en la trayectoria del misil. Tendría que creer que Jean Charles no murió por parecer islamista. Tendría que convencerme que los sonoros ruidos imitando monos que oí en varios estadios ingleses ante jugadores negros fueron ideas mías. Tendría que olvidar que la asesina fractura del capitán del Manc, el irlandes Roy Keane al sueco Alf Haalan, que Keane confesó que la calculó premeditadamente y que terminó la carrera futbolística del sueco ( pese a lo cual Ferguson lo mantuvo en el capitanato y no dijo ni mu), tampoco ocurrió. Tendría que superar el asco de ver la foto del hundimiento del General belgrano en la guerra de "recuperación de las Falklands" , cuando navegaba fuera de la zona de conflicto , en el British War Museum. Si a Ud. le parece que el imperio y colonia son cosa del pasado, decididamente vemos muy distinto el mundo.

    4. Nunca dije nada de "los británicos" en general. Tengo grandes amigos y colegas allí,conozco y aprecio muchas cosas. En la nota menciono algunas más que obvias, como los gigantes del pensamiento, No hago juicios genéricos sobre las personas ni de UK ni de ningún lado jamás, sino analizo sistemas, culturales o económicos. En todos lados hay gente bárbara.Susan Sarandon, Danny Glover, Sean Penn para nombres artistas, me parecen superubicados, pero la cultura y política que USA pretende imponer al mundo me parecen un desastre a mí y a los antes mecnionados. Sin embargo la hipocresía me parece tan esencial a la cultura de base del sistema anglosajón, del espíritu protestante weberiano, como el pragmatismo y concretamente, el caso Suárez me parece una monumental hipocresía. La existencia de incuestionables lucee y buenos ejemplos (lo menciono explícitamente) no tiene nada que ver con esa apreciación de la cultura dominante, hegemónica si se quiere poner en términos gramscianos. Por último, jamás dije que Uruguay fuera ejemplo de nada. pero Uruguay no se lleno de oro inundando los siete mares con piratas, invadiendo y expoliando, fomentando el tráfico de esclavos y promoviendo guerras intestinas (como la guerra de la Triple Alianza, la gran verguenza del Uruguay, donde el rol de la diplomacia inglesa y francesa para hacer masacrar al molesto, poderoso y díscolo Paraguay me parece que está fuera de discusión). Pais perfecto no conozco, pero las potencias coloniales fueron pocas y el gran aliado estratégico de USA para la preservación de la explotación global es la vieja potencia colonial británica.

    Muchas gracias por sus comentarios

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    1. No fue el gobierno imperialistas britanico el que sanciono a Luis Suarez sino la FA, Football Association. Y no fue la Football Association la que bombardeo Lybia ni Afghanistan ni Iraq. NO fue la Football Association la que mato a Charles de Menezes (a la vuelta de mi casa), sino la unidad CO19 de la Policia Metropolitana. No fue la FA la que absolvio a esos policias, sino un juez de la Corte.

      NO estoy defendiendo a Evra, me parece que lo que hizo no tiene nombre, aprovechandose de lo delicado que es el tema de racismo en a sociedad actual de Inglaterra, usando el color de su piel para deshacerse de un rival y probablemente arruinarle su carrera futbolistica. NO tiene perdon lo que hizo, va contra todos los codigos del futbol. Pero no me gusta que nos escondamos detras de "ellos son peores" para no mirar para adentro de nosotros mismos y de una vez por todas cambiar la forma en que tratamos a los negros en Uruguay, como los discriminamos y la forma espantosa que tenemos de hablar.

      La gente mas racista que he conocido en este pais son URUGUAYOS! He escuchado de todo, desde "que asco me da ver las minas blancas con esos morenos", o "la negrada de mierda de Brixton". Nada para enorgullecerse.

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  3. ¡Perdón por la torpeza de publicar dos veces la respuesta, en todo caso reitero el agradecimiento por la amable discrepancia! Gonzalo

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  4. Gonzalo, Haaland no se retiro por culpa del foul de Keane (que estuvo mal, ya que admitio que fue a pegarle): http://en.wikipedia.org/wiki/Alf-Inge_Haaland

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  5. mas alla de mi comentario anterior, concuerdo con el mensaje del articulo, es decir que mucha gente -incluyendo a alguien a quien considero un fenomeno como Sir Alex Ferguson- ha actuado con una hipocresia lamentable!

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    1. Alex Fergusson es un hipocrita, no hay duda en eso, pero su hipocrecia no esta ligada al imperialismo britanico - o ingles - sino a que ha tenido actitudes muy diferentes cuando los involucrados en asuntos bien sucios son sus propios jugadores, como Rio Ferdinand no asistiendo a un control de dopping, o cuando Eric Cantona le dio una patada a un fan, o cuando jugadores del Manchester United se negaron a darle la mano a Patrick Viera.

      http://www.elobservador.com.uy/noticia/218836/ferguson-y-evra-tambien-son-criticados/

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  6. PM, gracias por la precisión, tenés razón. Y Vivian, en las apreciaciones particulares no estamos nada lejos y si querés podría hacer comentarios similares sobre otras antiguas potencias coloniales (en el caso de la France, más que la hipocresía la soberbia, por ejemplo), donde parece que discrepamos es en la apreciación sobre "el genoma cultural" del Imperio Británico. Gracias a ambos

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