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miércoles, 28 de marzo de 2012

Dime quién te hace propaganda y te diré quien eres. Monica Moore.

La NRA (National Rifle Association) o Asociación Nacional de Rifles en los Estados Unidos es la razón detrás de la ley en Florida llamada "stand your ground" o "defiende tu posición", es decir, ante inminente peligro, el derecho, en vez de no oponer resistencia, a matar a cualquiera por la mera sospecha de percibirse bajo amenaza. 


Dicha asociación hizo un durísimo lobby y cuando se aprobó en el 2005, el lobista principal de ella se encontraba al lado mismo del gobernador Jeb Bush - (¡Si!! hermanito de George) en el acto oficial, en el momento justo de éste firmarla para convertirla en ley. Usando el modelo de Florida, la NRA ha empujado la mano con éxito, estado atrás de estado, desde Alabama a West Virginia


 Desde su aprobación, los números de los así llamados homicidios justificados ha explotado en Florida. 


Antes de dicha ley en el 2005, se registraron 43 casos de homicidios de supuesta fuerza defensiva y, en el 2009 - con la ley vigente- el número aumento a 105. El mismo FBI registra un aumento nacional similar y en el 2010 se constató el mayor numero en 15 años : 278 muertes. Mientras tanto, los anormales que andan por ahí sueltos, fervientes defensores del derecho a portar armas, marchan en línea recta al negocio de armas local mas próximo.


 Primero, los nerviosos aficionados de armas que temen por América en caso de que Obama ganara un nuevo término y, por otro lado, los entusiastas profundamente inspirados por la reciente tragedia en Florida. Suerte entendiendo esa lógica armamentista! Vamos a no ser incautos, el terror y el miedo hiperbólicos son las herramientas por las cuales se valen corporaciones e intereses monetarios PRIVADOS- tales como la industria armamentista, la industria carcelera y derivados- para lograr instalar y justificar en el imaginario público de aquellos no muy perspicaces, la constante necesidad y subsecuente jugosa inversión en sus productos.


 Campañas donde los medios de Prensa juegan un papel primordial haciendo el trabajo sucio. La prueba? La armamentista Gunmaker Sturm, Ruger & Co. en un comunicado reciente ha "temporariamente suspendido aceptar nuevos pedidos de armas debido a la avalancha de ordenes al por mayor recientes.” Es de por mas "iluminativo" comparar por ejemplo, el escaso tiempo dedicado en noticieros estadounidenses a crímenes y/o violencia doméstica, que ocurre a niveles escandalosos y con frecuencia regular de cada hora- si no minutos- y Uruguay, donde, yo, con visión uruguayo-australiana, me pareció absolutamente de orden.

Me pareció absolutamente INVEROSIMIL!!! e infantil el machaque noticioso -25 minutos sin parar contados por reloj, de crimen detrás de crimen, detrás de crímenes en un país de escasos 3 millones!!!!!!! Me parecía los infames "comunicados" oficiales de la dictadura Uruguaya de mis tiempos, luego me dio pena, luego me dio bronca ante tamaño insulto a mi inteligencia, y termine riéndome cínicamente. No digo que no suceda ni en los USA, ni en Uruguay, simplemente comparo como las "noticias" responden y que hincapié, o no hacen, de acuerdo a, y obedeciendo burdamente a grandes intereses político – económicos. Nada que ver con "INFORMAR". Yo no sé, pero les pregunto a los mas empapaditos en la realidad uruguaya, ¿hay alguno por allá interesado en privatizar, invertir en complejos carceleros? ¿En bajar la edad punitiva ante la ley en vez de lo más obvio, invertir en programas sociales? ¿Hay alguno por ahí que se aprovecha del "terror y la inseguridad"-consabida fórmula para debilitar/atacar oposición? Digamos que, como bien escribe Naomi Klein en su libro Doctrina del Shock, cuando suceden grandes desastres naturales, por ejemplo, ciertos intereses están al acecho para ofrecer, en momentos cruciales de shock y caos público, "ayuda económica" que, tal cual sucedió en el caso de Katrina- aun con las victimas aisladas en el estadio- ya se habían movilizado para PRIVATIZAR TODITA LA ENSEŇANZA en Nueva Orleans. Primero se privatizó y mucho después, se rescató a la gente. Con estoica paciencia, ya me preparo para el show mediático eminente, de caricaturización de Zimerman- el vigilante vecinal en Florida que mató a un joven afroamericano porque le encontró pinta de mafioso- como un caso "improbable, inestable, demente, aislado y raramente ocurrente". Si no fuese por la llamada al 911, y a los testigos, y al hecho de que los grupos afroamericanos enarbolaron la indignación ante el caso ¿Saben qué? Nadie se hubiera enterado porque este tipo de noticias no convienen y se sepultan diariamente. Y mientras tanto, en Australia el “grosso” de las “noticias” mayormente se concentra en la vida de deportistas locales. Preferiblemente, en la vida, escándalos y “heroicas” hazañas de aquellos muchachitos que juegan a lo que no se juega en ninguna otra parte del mundo, Aussie Rule = el tan peculiar fútbol australiano.Con honrosas excepciones, tales como el reciente fallecido caso de Jim Stynes, futbolista que dedico sustancialmente parte de su fama a la lucha contra el cancer.

sábado, 24 de marzo de 2012

Carta a mis hermanos cristianos a propósito de mis hermanos umbandistas. Gonzalo Perera.

Querido hermano cristiano:

Tú y yo, y todos los seres humanos, bíblicamente hablando, somos hermanos.

No escapará a tu conocimiento que recientemente  (y de manera recurrente, cada tanto) surgen expresiones
de desprecio, o acusaciones más o menos veladas, en nuestra sociedad, contra los hermanos umbandistas. Ocurrió recientemente con uno de los enfermeros vinculados a horribles episodios, de quien se dijo que era umbandista, pero no su filiación política o sus preferencias futbolísticas. Pero cosas así, ocurren cada tanto, con motivos o detonantes varios. Por h o por b, cada tanto aparecen largas diatribas contra el umbandismo, bajo el título peyorativo de "las sectas".

De hecho, acabo de mirar el video de un hombre que dice hablar en nombre de Cristo y que lisa y llanamente demoniza el umbandismo. Eso fue el disparador final de esta breve carta.

Empecemos por una pregogrullada: gente que abusa de la buena fe de del prójimo, "chantas", estafadores que se enriquecen del dolor ajeno o abusadores, hay en todos los estamentos de la Humanidad. Y por cierto en todas las religiones. Por ejemplo y como sabrás, no han sido paes o babalaos (su equivalente cubano) los acusados por horrendos y numerosísimos casos de pedofilia, sino sacerdotes católicos, apostólicos y romanos. Por ejemplo y como sabrás, no tiene sede en el Pelourimho ni en el municipio de Regla, La Habana, el célebre Banco Ambrosiano, sino en el Vaticano. Y como sabrás, recientemente Goldman Sachs se ha negado a avalar las cuentas públicas del Vaticano, por considerarlas carentes de transparencia tributaria y finaciera suficiente. La misma Goldman Sachs que ha puesto las barbas en remojo tras jugar un papel fundamental en maquillar la deuda pública griega para facilitar el ingreso de Grecia a la Unión Europea, auténtico golpe de gracia para el frágil equilibrio de la economía del viejo continente. En todos lados se cuecen habas. Espero que esto te convoque a  no disipar energia pensando en algún mal ejemplo de umbandista  que pudieras conocer  y proyectar como injusta caracterización de toda la corriente religiosa y que en cambio, te invite a pensar más bien en los buenos ejemplos , pues no hay religión, partido político, ONG, ni institución humana alguna, libre de albergar individuos aprovechadores o abusadores.

Hecha esta precisión, vayamos al fondo del asunto.

 A mi mucho me gustaría tener tu fe. Te lo aseguro de corazón.

Quizás sepas que soy comunista en lo político y agnóstico en lo religioso y eso te haga presumir que soy poco proclive a tener una mirada abierta y resptuosa a tu fe.  Nada más lejos de la realidad. porque yo leí, con mi sojos, cerebro y corazón, el "Evangelio en Solentiname" de Ernesto Cardenal. Porque yo recuerdo perfectamente la foto de Monseñor Carlos Partelli parado al lado de los féretros de los mártires de la seccional 20 del Partido Comunista del Uruguay, en momentos que además de mucha fe, había que tener mucho coraje para, como Arzobispo de Montevideo, tomar esa actitud. Recuerdo, naturalmente, la emocionante carta de agradecimiento de Rodney Arismendi ante ese gesto de fiel discípulo de Cristo. Recuerdo, durante la larga noche de 11 años, varias parroquias y temlos cristianos de diversas confesiones albergando células del FA, de la UJC, de la resistencia antidictatorial. Recuerdo el papel del pastor Emilio Castro desde la Iglesia Metodista primero y el Consejo Mundial de Iglesias después, promoviendo la defensa de los Derechos Humanos - todos ellos- en el Uruguay de las sombras.

 Comparto y comprendo el sentido de la frase del maestro de Tréveris de que "la religión es el opio de los pueblos", la contextualizo y ubico históricamente, como el propio maestro exigía. Y si bien reconozco las diferencias, los matices y particularidades de todos quienes vivimos en la búsqueda del pan y de las rosas, me  consta, por prueba explícita, que hay hombres de fe religiosa que sueñan con la mismísima sociedad que yo. Y no solo sueñan: luchan, militan y ayudan, desde su lugar,  a su manera y estilo, a configurarla desde las raíces mismas de la injusticia.

Desde esa lectura, contextual y que no confunde la llama convocante de la fe con las instituciones organizativas que invocan los íconos de la fe  y que inevitablemente son generadoras de sus propios intereses y vicios, te reitero que envidio profundamente tu convicción.

Porque es muy bella la fe del "Kristhos", de  quien corriera a los mercaderes del templo tratándolos de raza de víboras y sepulcros blanqueados. Porque es muy bella la fe de quien eligió rodearse de una prostituta (Magdalena), quien fue la primera privilegiada en verlo resucitado,  o de quien eligió rodearse de pescadores y hombres sencillos sin linaje alguno- o francamente dudoso- en lugar de eruditos  doctores de la ley. Porque es muy profundo el legado de quien dijo que su ley era el amor y la conciencia. Y que bienaventuró a los pobres, a los perseguidos, a los desheredaados de la tierra, a aquellos a los que la vida resulta cumbre empinada. NO a los "winners" ni a los distinguidos, ni a los "paquetes", ni a los "fashion".

Porque la tuya era (o es)  la fe de mis viejos. Porque era ( o es) la fe de Gonzalo Pérez Iribarren, responsable de que yo haya devenido matemático. Un ferviente cristiano, quien en una Navidad me regaló una tarjeta perfectamente  dibujada por él mismo, de un ranchito de un "cante"  por el que pasábamos ambos a menudo, por razones de trabajo. Al inconfudible "cante", acompañaba  la punzante pregunta:

"SI NACIERA HOY; DONDE NACERIA?"

Si en su momento Jesús-Cristo eligió nacer en un pesebre, difícilmente naciera hoy en la Basílica De San Pedro, opino  con todo respeto. Más bien me  parece evidente que debería elegir nacer en un cante, villa miseria, favela, o como quiera que se le llame a la privación material fruto de la injusticia sistémica y el egoísmo personal.

Te envidio porque la tuya  es la fe de Dom Helder Cámara, de Dom Pedro Cassáldiga, responsables de la maravilla sincrética e integradora de la "Misa dos Quilombos" a la que contribuyó Milton Nascimento, mostrando que para quien en él cree, Dios no tiene un color, no tiene una lengua, no tiene una música: las tiene todas y aprecia todas exactamente igual.

Porque es la fe de Gustavo Gutiérrez Merino, que en sus textos fundacionales de la Teología de la Liberación enseñó que si la fe es revelación, la teología es construcción antropológica, definida inevitablemente por el lugar del mundo terrenal desde donde se recibe y percibe la revelación. Según el, el Cristo es el Cristo y se revela al hombre en un acto de gracia divina, pero no se capta y ve igual desde una mansión o ranchito de lata. Y según el,  el Cristo se ve mejor, por su propio mensaje, desde el lugar del más jodido de la Tierra. Entonces y sólo entonces, la revelación es  realmente la semilla sembrada en tierra fértil.

Por eso Perico Pérez Aguirre dijo que SU lugar teológico, el lugar desde el cual intentaba comprender al Cristo y al mundo, era el de una "mujer negra, pobre y puta", de forma de condensar en una frase la yuxtaposición de todas las discriminaciones  que impregnan  la sociedad burguesa e hipócrita, que a veces, con la misma mano que entrega el domingo la limosna en misa, despide el lunes a decenas de trabajadores sin la menor hesitación.

Yo no confundo la Jglesia en el sentido doctrinario (" el cuerpo místico de Cristo", "allí donde haya dos reunidos en mi nombre..") con la Iglesia o las Iglesias en cuanto instituciones temporales, la principal de las cuales tiene sede en el Vaticano. Mucho respeto las Iglesias en el sentido doctrinario.El comportamiento del Cristo en el templo hacia los mercaderes me sugiere que a un genuino cristiano, ese nivel eclesial doctrinario es el que realmente le importa, y no tanto el institucional o formal.

Vaya si tengo razones para envidiar tu convicción en la trascendencia, en la divinidad hecha carne e insuflando con su aliento divino la Historia, para que en el ejercicio de su libre albedrío el ser humano recorra el camino del Cristo Alfa al Cristo Omega, al decir de Theilard de Chardin.

He estudiado varios de tus textos, así como los de otras religiones. Trato de cultivar la paz para mi espíritu y para este mundo regado de bombas inteligentes. Pero aún no logro decir más que soy un simple agnóstico, un comunista más, profundamente respetuoso de corazones y convicciones sinceras que, matices más o menos, sueñan una sociedad justa y fraternal como yo, con esa sociedad revolucionaria  respecto a la descomunal irracionalidad, insensibilidad  e injusticia de ésta en que vivimos.

Por todo ello te respeto y si eres realmente cristiano, te envidio profundamente.

Por eso y con todo mi respeto, te quiero pedir un favor. Dejo constancia que, desde el punto de vista del derecho de los pueblos, incluso del derecho reflejado en el marco jurídico vigente en Uruguay, en lugar de pedírtelo, podría exigírtelo. Pero, esta es una carta de un hermano a otros, que apuesta a las virtudes de tu buena fe. Y por ende, prefiero pedirte una revisión de conciencia y, si cabe, de conductas, que exigirte el ajustarte a derecho.

Si soy agnóstico, es obvio que no soy ni cristiano, ni judío, ni islamista. Tampoco soy umbandista o santero, frutos de la sangre africana regada en América por los esclavistas encima de las Sagradas Escrituras que tú veneras. Así en Cuba, para la Regla de Ocha.  la Virgen de Regla es Iemayá, o San Lázaro es Babalú Ayé, o Santa Bárbara es Changó. Otro tanto ocurre en Brasil y hay hermanos que aquí en Uruguay, los 2 de febrero, cubren de flores el mar.

Son mis (tus ) hermanos umbandistas. Herederos de la  la sangre bendita de los involuntarios mártires venidos de Africa y sus creencias. Y herederos de la fusión de dichas creencias con tu propia fe. No es una religión que se enseñe en colegios de nombre británico, ni que luzca bien al lado de una tarjeta de crédito gold en una reunión de bussiness magement. Ha crecido entre los humildes, tal y como creció la enseñanza del Cristo en Judea o Roma en los comienzos, cuando las persecuciones y martirios atroces, vale decir .

Tu liturgia llena algunos domingos de ramos y hojas de palma. La suya, el mar de flores los 2 de febrero
¿Hay alguna diferencia esecial que los separe, más allá de la mayor aceptación social de un práctica que otra? Fruto quizás, vale decir, de que tu liturgia la trajeron los colonizadores a nuestro continente y la liturgia de  los umbandistas, los negros esclavos. Condiciones de partida muy diferentes, claro está.

De todo corazón y convicción, tras ver tanto gesto de soberbia y desprecio, de lo que por supuesto no te culpo a tí sino a quienes los han protagonizado, altanería que tanto me cuesta conciliar con lo poco que creo haber entendido de las enseñanzas del maestro nazareno, me atrevo a pedirte  que  respetes y hagas respetar a los hermanos umbandistas y no permitas que nadie los desprecie  o diabolice, como hicieran con tu maestro los poderosos de las religiones instituídas de su época.

Porque si el tuyo es el Cristo de Perico, de Gonzalo Pèrez Iribarren, de Dom Helder...qué querés que te diga....para mí que de nacer ahora, algún que otro dos de febrero tiraba sus florcitas al mar.

Te pido por elllo que respetes y convoques a respetar a mis hermanos umbandistas. No porque quiera que seas umbandista. Sino porque quiero que seas genuinamente cristiano.

Tu fe vale por tu capacidad de ocupar el lugar del maldito, del discriminado, del perseguido, del denigrado. Y desde allí cambiar la porción de mundo que está en tus manos.

Simplemente te pido que nos regales a quienes te envidiamos, la demostración vivencial, concretita y en la vida cotidana, de la fe que tienes el privilegio de albergar en tu espíritu. Nada más que eso. Pero nada menos que eso, querido hermano: actúa como cristiano cuando te refieras o escuches referirse a nuestros hermanos umbandistas, ateos, judíos, islamistas o lo que fuera. Pero en concreto, para el caso, con los hermanos umbandistas.

Alguna vez, según tu fe, el Cristo habrá de volver. Dejo a tu juicio imaginar que conducta adoptaría un 2 de febrero frente a mucho pueblo- pueblo que acude de corazón sincero a las playas  a dejar muchas flores en el mar. Por cierto  si allí se dan cita snobs, curiosos o turistas, eso no le quita valor a todos lo que van de corazón sincero, como no quita valor a tu participación en una misa o rito, el que haya quienes te acompañen por mera inercia, sin apego ninguno a la doctrina.  Y dejo a tu imaginación qué conducta adoptaría el Cristo frente a quienes desde la ceguera dogmática, la soberbia o el prejuicio, han anatemizado a ese pueblo , a sus cantos y sus flores, olvidando nada más ni nada menos que el "sermón de la montaña".

Yo no me atrevo a predecir nada y jamás me atrevería a hablar en el nombre del Cristo, por respeto a tu fe, pero confieso que me atrevo a imaginar esa escena para mi fuero íntimo. Y te invito respetuosa y humildemente a hacer similar ejercicio, recordando siempre los propios orígenes de tu fe, sus persecuciones,  y los dogmas y prejuicios que hubo de enfrentar, para que puedas apreciar la revelación desde el ángulo más apropiado a la circunstancia.

Fraternalmente,
Gonzalo

viernes, 23 de marzo de 2012

Lo circunstancial, lo sustantivo y lo esencial. Gonzalo Perera (Contratapa de EL POPULAR, 23/03/2012) (Imágenes de Leo Valiente)

En la tarde del  Lunes pasado, en una calle de Trinidad, Flores, varias luces se apagaron. No era cuestión de tormenta. Era cuestión de una cretinada de la vida, de una fatalidad absoluta y desgraciada. Una vida obrera, luchadora y militante, se había apagado junto con la luz. Desgarrando los corazones  no sólo de familiares y amigos, sino de jóvenes a los que acercó a la militancia compartida.

            Pero los medios no hablaban de eso. En los medios algunos compañeros seguían manifestando su fastidio por “la  imposición absurda” de que el Presidente del FA sea “full-time” y remunerado por su tarea. Por supuesto que muy legítima esa y todas la sopiniones, pleno derecho tienen los compañeros a manifestar su discrepancia al respecto. Pero parece que no les fuera posible entender que tan legítimas como la suyas son otras opiniones, las  de quienes creemos- en el acierto o error- que en éste momento, en que el Frente Amplio necesita vitalizarse, se necesita un presidente que dedique a fortalecer y remover el potencial ideológico y militante  de manera permanente, que tenga en eso concentrado todo su esfuerzo y no una parte de una agenda compartida por otras responsabilidades. Así como en otras circunstancias lo necesario o posible fueron presidencias part-time, en ésta muchos entendemos que se  necesita urgentemente un compañero- como los que se han postulado, todos excelentes- que se aboque 100% al fortalecimiento del FA . 
            Un cuerpo obrero yacía en un cable  de energía eléctrica, electrocutado, en la tarde del Lunes pasado. Un cuerpo obrero que trabajó, para el caso como pintor, como antes en faenas rurales o lo que fuera necesario, hasta su  último aliento. Un obrero que militó la friolera de 48 años en el Partido Comunista del Uruguay y que aportó  al FA tanto como pudo, de manera obviamente discutible  en su contenido como todo aporte, pero de manera innegable e incuestionable en su entrega. 

Pero los medios no hablaban de eso.  Especulaban y lanzaban informaciones sin sustento ni verificación, generando una  genuina alarma pública en torno a una situación absolutamente terrible, pero compleja y merecedora de investigación rigurosa y exhaustiva para determinar seriamente sus alcances y causas. La situación de dos enfermeros que han admitido haber terminado con la vida de algunos pacientes sin consentimiento familiar. Un cuadro que remite a las zonas más sombrías de la mente y espíritu humano, absolutamente puntual y que debe dilucidarse en el terreno de la Justicia, con los peritajes técnicos que sean del caso. Pero sin show mediático, sin cifras tiradas a la marchanta, sin sembrar el pánico sobre la población a partir del  temor y desconfianza a los miles de trabajadores de la salud, cuando se han encontrado DOS que han desviado completamente sus conductas profesionales. 

Un cuerpo obrero y comunista dejó de vibrar este Lunes con sus latidos y con su permanente inquietud militante. El cuerpo de Héctor “Maragato” González, referencia ineludible del PCU en Flores. Convocante de la nueva generación que entrega a la causa del pan y de las rosas la misma vitalidad y energía de la que él hacía gala.

Pero los medios no hablaban de eso. Ante la inminencia de la histórica asunción por parte del Estado uruguayo, en la voz del Presidente compañero José Mujica, de su responsabilidad por las violaciones a los Derechos Humanos cometidas durante la dictadura y en particular, de las que laceraran a la familia Gelman, los medios hablaban de la insólita pretensión del Partido Colorado de hablar a la par del Presidente, en un acto de Estado o de las previsibles ausencias de los diligentes proveedores de impunidad legal.

Porque los medios hablan de circunstancias. Y son circunstancias, absolutamente pasajeras, algunos enojos post- Plenario del FA, las tristes ausencias del 21 de marzo ola pretensión de embarrarlo con discusiones absurdas. Como es una circunstancia, dolorosa y trágica como pocas, la macabra conducta de dos trabajadores de la salud entre los miles que, como los que cuidaron a mis viejitos en sus múltiples operaciones, infartos, infecciones, reincidencias de cáncer, problemas neurológicos, etc., brindan su mejor esfuerzo, su sonrisa y calidez hasta el último instante de la vida del prójimo, buscando aliviar el dolor y consolar las penas.

Los medios adoran las circunstancias, viven de ellas, comercian con ellas, las amplifican y moldean. Son su lenguaje y su arcilla, su sabia y su fruto.

Lo sustantivo, como el Estado haciendo frente a sus sombrías responsabilidades históricas, como un FA en marcha hacia mayo, como un sistema de salud funcionando con normalidad y colaborando activamente con la Justicia, no tiene fácil cabida en los medios. No venden. 

Y si así es con lo sustantivo, poco se puede esperar de lo esencial. Apenas un poco de cobertura  a la justificada emoción de Juan y Macarena Gelman, protagonistas de una maravillosa historia de lucha, tenacidad  y esperanza. Valores esenciales si los hay.

El Popular es otra cosa. No es jactancia ni soberbia. En estas páginas los sindicatos viven y se entrevistan, no se ocultan o denostan. Y en estas páginas, lo esencial siempre es central.

            Y esencial son esas vidas, obreras y comunistas, que terminan trabajando como lo han hecho toda su vida, por una injusta fatalidad, tras dejar el alma en pos de una causa que abrazaran toda su vida.

            Yo no sé si habrá una palabra que pueda consolar el dolor de los camaradas de Flores, sobre todo los más jóvenes, que veían en “Maragato” un joven más, solo que más experimentado. Ni a su familia, ni a los compañeros que junto a él construyeron el FA contra viento y marea en plena médula nacionalista.

            Lo único que se me ocurrió fue compartirlo con todos ustedes. Y decirles que sería justo que hubiera un paraíso, pero uno a donde pudiera ir la clase obrera. Uno donde el “Maragato” se juntara con Rodney Arismendi  para gozar eternamente  el pan y el vino, la alegría de vivir, las mujeres y los niños, la paz y la mano cordial del amigo, la guitarra y los cantos, las estrellas y las flores.

            Porque definitivamente, no somos una secta ni un grupo escogido de conspiradores, nacemos de la clase obrera y el pueblo, somos pues hombres comunes, sencillos y alegres, como “Maragato”.   
         
Imposible no putear a la vida cuando pone un cable a segar la vida de un obrero y luchador, mientras tanta lacra  torturadora goza de longevidad excepcional. Pero aunque la vida se mande semejantes macanas, nuestra esencia es honrarla, celebrarla, y sobre todo, lucharla hasta el último resuello, como “Maragato”


            Y porque definitivamente,  en estas páginas no somos exhibicionistas de circunstancias: somos emperrados hurgadores de lo sustantivo y fieles cultores de lo esencial.
           

miércoles, 14 de marzo de 2012

No soy ni quiero ser tu igual. Mónica Moore.

Cuando mi hija era chiquita, un día vino de la escuela y me conto que ese día había empezado en su clase una niñita de Uganda. Cuando la pequeña entro en la clase, luego de la maestra presentarla a la clase, parece que por un rato, nadie le habló. Mi hija me contó, entonces, que ella le hizo un gesto con la mano para que se acercara a su pupitre, le dijo que se sentara con ella a compartirlo, que le prestó sus lápices y se hicieron muy amigas. Siguió diciéndome que le daba pena porque muchos no le hablaban, o incluso se reían por detrás de ella, por ser negra azabache y, que justo por eso, a mi hija le había dado pena y había tratado de compensar lo que los otros niños hacían. Yo le dije a mi hija que me parecía excelente que tuviera esa visión y esos sentimientos- pasta de líder, con toda modestia-, pero que siempre se acordara del siguiente detalle: no se trataba de ser más buena con esta niñita que con los demás, porque también se puede pecar de discriminación a la inversa. Se trataba de que ella, en su corazoncito, genuinamente viera a la niña de Uganda, IGUAL a ella y a todos los demás, que tanto mi hija como yo, a eso teníamos que apuntar: celebrar diferencias sin “verlas”, digamos. Le seguí explicando que me parecía estupendo y que me sentía muy orgullosa de ella por sus sentimientos, pero que esa niña se merecía, por ejemplo, que cuando tuvieran diferencia de opiniones se las hiciera saber, no que se callara, la aplaudiera e hiciera como que tenía razón… .porque era negra y ..le daba LÁSTIMA, Mi hija con 8 años lo entendió perfectamente: no tratarla mejor ni peor que a los demás, tratarla IGUAL.

Este pequeño episodio, ilustra uno de los valores por los cuales trato de regirme, y quizás viene al caso, para explicar como mujer, que siento cuando escucho en cualquier contexto, que exista la vergonzosa necesidad de incluirnos por Ley, a cualquier ámbito. No es que dichas leyes sean malas – aparte de que en general son dictadas e incluso, sustancialmente muchas veces redactadas por hombres hablando por mujeres, ¿o alguien va a negar que las instituciones del Poder son de corte y legado patriarcal?- pero como ser humano y como mujer,, me rechina que exista la necesidad de educar a prepo a adultos que, obvia y modestamente, no tuvieron madres como yo. Por otro lado, cuando escucho dichas opiniones, no puedo dejar de reflexionar que si a lo que se apunta es a una sociedad donde hombres y mujeres seamos socialmente iguales, el problema para mi reside de entrada, que en la sociedad todos los hombres mismos no son socialmente iguales entonces, de todos ellos, ¿a cual tipo, clase socio - económica, raza de hombre, nivel educativo, como mujeres estamos apuntando a igualarnos??? Sé perfectamente que en el campo político es en las leyes, oportunidades, etc, etc Pero en la realidad social, ¿qué pasa? ¿Todos los hombres tienen las mismas oportunidades? ¿Las mismas ventajas? ¿Son realmente iguales?

Me gustaría poner otro ejemplo, pongámosle que a todos los niños castaños, de apellido Pérez, que viven en determinada zona de Montevideo, la sociedad por alguna razón, se hubiese puesto tácitamente – e irracionalmente – de acuerdo que son inferiores al resto de la sociedad. Que un buen día, algún alma buena, o algún oportunista cínico para quedar bien en el ojo público, decidiera forzar a incluirlos por ley con una cuota. Me supongo que superficialmente cualquiera de esos niños respiraría más profundo y le alegraría saberlo; ya que innegablemente es un paso positivo para enmendar una injusticia- pero estoy segura, ese paso no bastaría para borrar de un quite, que tanto el trato hasta ese momento y, de que exista la necesidad de forzar a nadie que los acepten es verdaderamente repugnante. No le echaría la culpa si le hirviera la sangre al pensarlo. O que como ser humano, se sintiera furioso, profundamente herido o, incluso ofendido, con la versión popular dominante hasta el momento que ha tenido la necesidad de implementar a la fuerza, una perspectiva que para mí, siempre debería haber sido clarita como el agua. Y más de una vez, cuando he puntualizado con asco, la objetificación del cuerpo femenino en ciertos medios, la respuesta que consigo, incluso de hombres inteligentes en otros aspectos, va desde la sonrisita socarrona, al contra argumento de que : “¿qué querés? ¿Un dispositivo de censura? ¿Dónde queda la libertad de expresión?” Y sí, algo así para empezar no estaría mal, la libertad de cada uno termina donde comienzan los derechos de los demás, y creo que el derecho de mi hija por ejemplo, a no auto percibirse como futuro objeto, el derecho a que crezca sanamente como persona segura de sí misma, me amplio justificaría a mí por lo menos, tal “censura”. Me parecería perfecto un dispositivo que vigile/controle las imágenes a las cuales las próximas generaciones están expuestas, para no seguir criando chanchitos chauvinistas que ven perfecto el uso y abuso del cuerpo femenino, para que cada niñita crezca segura y contenta celebrando su diferencia de las otras. Después de todo, si los judíos – con toda razón- pueden ejercer un riguroso control informático a nivel del mundo occidental, sobre el que se atreva a negar el Holocausto, porque no podríamos aspirar a cierto nivel de educado respeto hacia los seres femeninos?

Quiero dejar constancia clarita que ni me defino, ni me identifico con cualquier teoría feminista específica.

¿Por qué? Primero, porque justamente me niego a que me pongan un rotulo y cataloguen, Dicho de otra manera, tratar de definirme es en parte apoderarse de mí, poseerme. No es cobardía, es simplemente celebrar y defender lo único de mi persona. Segundo, por lo que he visto en el campo teórico, la mayoría adoptan una posición antagónica con los hombres, yo más bien me suscribo a una perspectiva que celebre el diálogo y la complementación.

Entonces, yo como individual, no aspiro a la igualdad,- y no estoy hablando necesariamente en términos de política- aspiro justamente a que se celebren y respeten mi(s) diferencia(s) de manera armónica, que la sociedad ideal para mí sería aquella donde existen armoniosamente todas las voces, donde a todas ellas, castaños, negros, mujeres, homosexuales, rubios, ricos, pobres, indios, mestizos, emigrantes, con distintos grados de educación, creencias y visiones, fuesen respetados y otorgados su propio espacio discursivo. Es decir que nadie hablara por ninguno de ellos, más que ellos mismos. Entonces, -ahora si hablo pura y exclusivamente en el campo político que es distinto? a mis reflexiones anteriores,- yo apoyaría totalmente que se elija a una mujer como presidente, líder, etc,- pero si uno piensa en Margaret Tatcher para dar un humilde ejemplo, me dan escalofríos y no puedo evitar el cinismo- .pero, descontando algunos / bastantes tristes precedentes, repito, apoyaría a una mujer al poder, siempre y cuando la verdadera intención sea, y tenga clarito en su agenda, intentar hablar, educar y defender los derechos femeninos en general (en toda clase social, creencias, raza) al alcanzar una posición de poder…sin descuidar los de todos los otros grupos. Es decir, si me va a representar, bueno, que me REPRESENTE. Y le deseo de corazón la mejor de las suertes!

martes, 13 de marzo de 2012

21 de marzo: la larga marcha de los dos demonios a la institucionalidad democrática responsable. Gonzalo Perera

            Tragedias como las que vivió este país entre 1973 y 1984, no tienen remedio ni cura. Son de esos desgarros que laceran de por vida, obviamente. Pero se pueden tratar mejor o peor. Y buena  parte de la dignidad de una comunidad se resuelve en qué tan mejor o peor se tratan todas las heridas sin curas, todas las desgracias profundas.
 Sin exagerar, lo que va a ocurrir el 21 de marzo, es un acontecimiento histórico y casi inverosímil en algunos de sus ribetes. El Estado uruguayo asumirá su responsabilidad por las violaciones a los Derechos Humanos cometidas por la sangrienta dictadura cívico-militar. Hace unos años, un tal reconocimiento, sin exagerar ni una milimicra, parecía absolutamente impensable.
Pero además el reconocimiento vendrá de la mano de José Mujica Cordano como Presidente de la República y Eleuterio Fernández Huidobro como Ministro de Defensa. Dos rehenes de la mencionada dictadura, que vivieron en las condiciones más infrahumanas imaginables la mayor parte de esa larga noche de nuestra historia. Y eso le da un segundo nivel de lectura al acto, que me parece muy pertinente: el de la tan mentada institucinalidad democrática.
            Hago memoria en primera persona. Corría el año 1997. Yo vivía en País e integraba el colectivo “¿Donde están?”, cuyo motor fuera de borda era Zelmar “Chicho” Michelini, pero que integrábamos varios miembros de la comunidad uruguaya en Francia, teniendo como único objetivo enfrentar en ábitos internacionales la amnesia del Estado uruguayo sobre los delitos de lesa humanidad perpetrados en la dictadura, particularmente las desapariciones forzadas ( de ahí el nombre del grupo). Gobernaba por segunda vez el Uruguay Julio María Sanguinetti y Miguel Angel Semino (jurista muy cercano al entonces presidente) era el embajador uruguayo en Francia. Nuestras actividades eran, obviamente, absolutamente mal vistas por la embajada uruguaya, y todo había que hacerlo a pulmón. Recuerdo que nos visitó una noche Javier Miranda, para ponernos al tanto y de primera mano, sobre como veían la situación “desde adentro” los familiares. Con la impresionante capacidad de Javier Miranda para seguir siempre adelante con serena firmeza, nos trasmitió un mensaje de ánimo, pero desde un panorama inocultablemente sombrío. En Uruguay, se había puesta una roca monumental sobre todo lo que significara revisar el pasado y no había por entonces movimiento alguno que sugiriera una posible luz. Salvo perseverar.

            Gobernaba Julio María Sanguinetti, Ministro de la presidencia de Juan María Bordaberry, la que desencadenó el golpe en 1973. Justicia elemental, cabe señalar que se trató de un golpe que Sangunietti no acompañó y de una dictadura a la que se opuso. Pero es difícil  creer que no haya visto como se fue gestando a fuego lento, en un doble movimiento paralelo de: liberalización de la economía entregada de lleno al gran capital por un lado y aumento de la represión ante la protesta social por otro, movimientos ambos que comenzaron en los inicios de la década del 60 y se fueron intensificando. 
 Los documentos desclasificados por los EEUU nos muestran hoy a las claras que los golpes de Estado en toda la región tenía como objetivo el asegurar el cono sur para la libre circulación de capitales y centro de actividad financiera sin particular prurito ni control, y por cierto, el evitar "preventivamente" cualquier conato de resistencia que pudiera intentar emular una nueva Cuba. Para ello los EEUU impulsaron  el adoctrinamiento fascista de los militares de los países con mayor tradición republicana, en la Escuela de las Américas de Panamá,  de forma de tener Fuerzas Armadas dispuestas a tomar el poder llegada la hora. Consta también la coordinación regional de los militares fascistas y la CIA en el marco del macabro Plan Cóndor, para exterminar de raíz toda posible resistencia. Es un hecho fehacientemente docuementado qu etodo este tenebroso proceso vivido por nuestro países fue el fruto de una estrategia cuidadosamente elaborada por el Departamento de Estado y la CIA, con muy entusiastas adherentes civiles y militares en el Uruguay. “Ruido a sables y plata dulce” podría ser la consigna que resumiera el mensaje que desde el norte se envió a toda la región. 
Es racionalmente obvio- pero además se manifiesta explícitamente en varios de los documentos antedichos- que los golpes de Estado eran la parte culminante de una estrategia diseñada in totum, desde el principio, por algunos de los “genios” de la geopolítica que por esa época llegaron a la Casa Blanca y alrededores. Las dictaduras estaban decididas, pues eran una fase táctica obviamente necesaria una vez que se desatara la escalada de liberalización y represión. Insisto: eran una fase táctica de una estrategia prediseñada, que las incluía como “mal necesario”, pero a aplicar sin vacilación. Por ende, no hubo “eventos desencadenantes” de la dictadura. Como suele ocurrir en la Historia, puede haber “anécdotas propiciantes”, hechos puntuales que sirven de excusa para que tendencias que se viene desarrollando sostenidamente den un salto cualitativo. Como lo fueron en Uruguay el pedido de desafuero de Erro, o en el 76, las desavenencias entre los sueños medievales de Bordaberry y la opinión predominante en los militares de que los partidos tradicionales debían volver a existir, aunque bajo tutela. O los propios actos de la insurgencia armada, como el MLN-T en Uruguay. Para decirlo clarito: si en el Uruguay no hubiera habido tupas, si no se hubiera pedido el desafuero de Erro, si Bordaberry no se hubiera obsesionado en su catolicismo pre-conciliar y antirrepublicano, hubiéramos tenido dictadura igual. Otras anécdotas habrían servido de excusa para rodear con tanques el Palacio, para secuestrar y torturar sindicalistas y militantes políticos, para enviar al ultrarradical Bordaberry  para su casa, para dar vía libre a “la tablita”, al “boom de la construcción”, a la destrucción del sistema educativo, y a tantas gracias que hicieron explotar al país entero.
Sin embargo, Sanguinetti se empeñó denodadamente en tratar de solventar ideológicamente la “teoría de los dos demonios”, según la cual el alzamiento militar fue la respuesta a la insurgencia tupamara. En una inteligencia y cultura histórica como la de Dr. Sanguinetti, me sorprendió desde el primer momento una argumentación tan paupérrima.  A la altura de atribuir al atentado de Gavrilo Princip en Sarajevo el 28 de junio de 1914 el  desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial y no a los conflictos entre las potencias coloniales y su necesidad de un gran guerra como dinamizadora de una industria militar que ya iba desde el mar hasta el aire, producía blindados y armas químicas como el tristemente célebre “gas mostaza”. Un negocio de ensueño para la industria pesada de todas las potencias involucradas y para la banca suiza, siempre neutral, siempre prosperando gracias a la sangre de un mundo entero.

Pero sin necesidad de tanta fineza histórica, Sanguinetti se empeñó en ignorar obviedades. Como lo hacen ahora algunos ediles de Pedro Bordaberry (el caso más vergonzoso y sonado, el del edil Casco en la Junta Departamental de Flores, que no se puso de pie en el homenaje de todos los curules al recuerdo del maestro Julio Castro), quienes de manera “casual”, tras el legítimo homenaje a Julio Castro, proponen en diversas Juntas homenajear a Pascasio Baéz, homologando una situación y otra. Seamos bien claros: considero el asesinato del peón Pascasio Baéz   un crimen horrible, que no defiendo ni medio segundo y frente al dolor de su familia sólo me cabe el respeto propio a una pérdida tan injusta. Pero fue un crimen cometido por un civil, en nada amparado por el Estado, sino que de hecho en medio de un levantamiento contra el Estado. Julio Castro fue ejecutado por servidores del Ejército Nacional, a los que todos los ciudadanos les pagamos el sueldo para protegernos, no para matarnos. Asesinos y homicidios hay en todas las sociedades, es espantoso y frente a cada caso concreto uno se queda sin palabras, pero lamentablemente la Historia muestra que, en mayor o menor medida,  es siempre parte de la naturaleza humana. Pero si quienes cometen tales actos contra un indefenso ciudadano, son quienes privilegiamos con el monopolio de la fuerza armada y pagamos su sueldo, para que nos libren del accionar de los criminales internos o amenazas externas, entonces se está en un nivel de barbarie que nada tiene que ver con los crímenes aislados -o aún organizados- cometidos por civiles librados a su suerte.

¿Cómo consideraciones tan obvias pudieron ser siempre esquivas a un intelecto caracterizado por su fineza, como el del Dr. Sanguinetti? Nunca lo pude entender en el plano de la concatenación racional, ni aún lo entiendo.

Quien como presidente, forzó, bajo pretexto de una libretada “insubordinación” del Teniente General Hugo Medina (premiado luego con la cartera de Defensa), la maldita Ley de Impunidad. Quien como presidente, hizo una campaña completamente terrorífica para llenar de miedo a la población e impulsar el voto amarillo, llenándose la boca de acusaciones de “violentistas” a todos quienes queríamos que triunfara la papeleta color esperanza, y abogando por la “defensa de la institucionalidad ante todos”.  Cumplido su objetivo de que venciera el voto amarillo, se encargó cuidadosamente de incumplir el artículo cuarto de la Ley que él mismo promulgó y defendió con uñas y dientes, y se pretendió poner un manto de olvido sobre el pasado y sus víctimas. En su segunda presidencia, cerró cuanto camino se pudo abrir, y se encargó de responder con aspereza ante el legítimo reclamo del poeta Juan Gelman. Muy poco tiempo después su “amigo” Jorge Batlle lo dejaría en flagrante off-side, al mostrar que al menos en el caso de Macarena Gelman estaba perfectamente al alcance de la mano.
Por diversos y largos recodos del camino de la Historia, ha llegado el momento del sinceramiento para el Estado uruguayo. Fue desde su entraña que se cometieron los más atroces crímenes de su historia, es el propio Estado quien debe asumir su responsabilidad en los hechos.
Si las culpas  siempre asumieran los rostros de sus principales gestores, no cabe duda que quien debiera hablar admitiendo públicamente las responsabilidades del Estado Uruguayo en las violaciones de los Derechos Humanos, sería el Dr. Julio María Sanguinetti. Quien esquivó el menor riesgo de tal sinceramiento en los ocho años que la ciudadanía le confió la mayor responsabilidad ciudadana. Quien abogó tanto como pudo por el ocultamiento del tenebroso pasado y de la responsabilidad del Estado, para nada excusable ni diluíble en ninguna acción de grupos civiles actuando al margen de la ley, pero bajo su cuenta y riesgo y más cuando las víctimas, en su mayoría, nada tenían que ver con el MLN-T.

Pues bien, quien pondrán cara a la institucionalidad, a la responsabilidad del Estado uruguayo como institución, serán el Presidente y el Ministro, dos viejos tupas, dos ex-rehenes de la dictadura, en una fina ironía de la Historia. Por este acto, les lloverán críticas de Barlovento y Sotavento, pues para algunos será una afrenta por lo poco y para otros una afrenta por lo demasiado. Este acto es bien posible que no convenza ni a tirios ni a troyanos, porque revuelve el mayor dolor de nuestra Historia.
Trato de evitar, con todas mis limitaciones, las ambigüedades. Lo que va a ocurrir el 21, con Macarena allí, con Javier Miranda Director de Derechos Humanos del MEC, con genocidas de diverso calibre condenados por la justicia, con restos encontrados e identificados, en aquella noche de París de 1997, era una verdadera quimera o una broma de mal gusto. Nunca en este tema me he sentido indiferente o “neutral mediador”. En absoluto. Siempre me he sentido del lado de las víctimas, de los torturados, de los familiares de los detenidos desaparecidos, de los gurises secuestrados, sin cometer jamás el atrevimiento de pretender imaginar lo que han sufrido y pasado, pero apoyándolos y tratando de acompañarlos en su lucha.

La Presidencia de la República es un mandato muy difícil de cumplir, me parece. Y no es cuestión de vestimenta, retórica o gestualidad. Es cuestión de hacer frente a las responsabilidades institucionales, hasta las más paradojales y que parecen ironías de la vida. El doctor Julio María Sanguinetti, hombre de fina inteligencia, hablar docto y sólida formación, mostró, frente a estos hechos, lo de primera magnitud, que la banda presidencial le quedaba muy grande. No sólo no asumió la responsabilidad institucional en las violaciones a los Derechos Humanos, sino que hizo todo cuanto pudo para barrer bajo la alfombra y sellar la alfombra al piso, para que nunca jamás nadie pudiera redescubrir las trazas de la basura.

José Mujica Cordano, Presidente de la República, será quien pondrá la cara por el Estado uruguayo reconociendo lo innegable. Le dará, con su actitud, cabal sentido a la tan mentada “institucionalidad democrática”, sobre la que es fácil hacer gárgaras, pero muy difícil concretar su respeto.
Estaremos en desacuerdo en otros temas con el Presidente. Pero no hay medias tintas en este asunto mayor, a mi juicio. Y estoy sinceramente convencido que José Mujica Cordano, Presidente de la República Oriental del Uruguay, el 21 de marzo mostrará  la justa talla de la banda presidencial, al asumir plenamente y con la dignidad necesaria para hacerlo, la responsabilidad institucional del Estado que su persona representa.

Parecía un imposible. Costó una enormidad. Fueron intrincados los vericuetos del camino que nos llevaron hasta aquí. No juzgo ni atribuyo intenciones sino hechos históricos, en contexto y perspectiva. No soy opinólogo ni interpretólogo, soy un simple militante de convicciones acertadas o erradas, mal o bien llevadas a la práctica, pero a las que trato de seguir con claridad. Y es obvio que respeto a quienes piensen diferente, particularmente desde el lado que siempre sentí como propio, el de las víctimas. Pero yo no soy indiferente al acto del 21 de marzo. Y me alegro  de haber contribuido con mi voto a que el Presidente de la República sea José Mujica Cordano y el Estado uruguayo asuma públicamente lo que jamás debió pretender disimular, ocultar o envolver en un manto de amnesia, en ejercicio de una perversa interpretación de la palabra “institucionalidad democrática”

jueves, 8 de marzo de 2012

El Boleto estudiantil y La Noche de los Lápices. Gonzalo Perera (película incluída)a)

Los estudiantes de los liceos públicos de Montevideo ahora pueden concurrir a estudiar gratuitamente en el transporte público. No es la Revolución ciertamente y muchos opinólogos la considerarán una medida "menor". Pero héte aquí que cambia muchas vidas concretas de manera concreta. Y yo creo que la política bien entendida es la que cambia para bien todos los "hechos menores" que hacen a la vida de las personas, como tener o no alimento, salud, educación, descanso, diversión, contención. Ningún pueblo hace una revolución y  patea los cimientos del poder por mero antojo: en todos los casos que conozco lo han hecho porque quieren vivir mejor y dignamente. Podemos hacer grandes discursos sobre las vías de la Revolución, sobre hegemonías y contrahegemonías, sobre tácticas y estratégicas, pero si al final del camino no hay paz, pan, trabajo, solidaridad traducidos en la mesa del trabajador, en la sonrisa de los gurises, en el calcio de sus huesos, en la fibra de sus músculos y en la profundidad y versatilidad de su intelecto habremos hecho el inverso de la Tesis XI de Feuerbach del maestro de Tréveris: No cambiamos un pepino la realidad, apenas discurrimos sofisticadamente para tratar de interpretarla

La imágenes pueden más que diez mil palabras. "La noche de los lápices" es la película que narra  la historia verídica de un conjunto de gremialistas secundarios de La Plata, desaparecidos, torturados y asesinados por la dictadura de Videla. Su historia la pudimos conocer gracias a Pablo Díaz sobreviviente de aquella tragedia.
Es una película muy dura que nos recuerdan hechos durísimos que se prolongan hasta el presente por haber cometido la atrocidad de pretender forzar su olvido o perdón. Pero a la vez, es interesante observar por qué militaban Pablo y sus compañeros cuando los abominables Falcon los apresaron: POR EL BOLETO ESTUDIANTIL. Los compañeros de Pablo dejaron su vida por militar, y su principal consigna, la que resumía en algo palpable y tangible su esperanza de un mundo radicalmente distinto y mejor era el boleto estudiantil. Dentro de la dureza de la película, la "coincidencia" (que no es tal, se trata de dos momentos diferente pero en que gente concreta se ha dispuesto a tratar de cambiar concretamente la vida de la gente concreta) nos recuerda que no cayó ninguna bandera, ni ninguna esperanza. Que es cuestión de concretarlas, no  desfallecer sino llegan y saber apreciarlas si se dan.

¿Cambió el mundo por esta nueva medida tomada en Montevideo? La derecha dirá que no. Y es obvio ¿Qué dirigente de derecha de primera línea, qué hijo de cuna de oro, contó alguna vez moneditas para el bondi? Para empezar ...¿Cuántos tomaban el bondi para ir al liceo? Por supuesto que para ellos es un hecho menor, sin relevancia. Los hechos "importantes" son  los que pueden dejar mayor o menor margen de utilidades a los grandes capitales, faltaba más.

Pero no puedo evitar preguntarme: ¿Que opinarían Pablo Díaz y sus compas sobre  el hecho de que nuestra gurisada viaje gratis a los centros educativos públicos? Algo me dice que a lo mejor, para ellos, desde un ángulo muy diferente, sí se trata de un hecho importante. A lo mejor para ellos, sí haya cambiado un poquito el mundo y la vida. Porque entregaron sus preciosas vidas luchando para que una medida "menor" como ésta fuera posible.

A lo mejor, las imágenes nos ayudan a poner las cosas en el debido contexto histórico y a valorar lo que cuesta cada paso que dan los pueblos en el largo y complejo camino hacia su liberación.

En el día internacional de la Mujer: Entrevista realizada por EL POPULAR a Secretaria General del SUA (Agradezco a Lucia Casartelli la sugerencia)

El día internacional de la mujer visto desde la lucha de las trabajadoras de la vestimenta

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, que
se conmemora el 8 de marzo, EL POPULAR dialogó
con Flor de Liz Feijoo, secretaria general del Sindicato
Unico de la Aguja (SUA) que agrupa a las y los trabajadores
de la vestimenta.
En la vestimenta, el 90% de las trabajadoras son mujeres
y un porcentaje cercano al 50% son jefas de hogar.

-¿Cuáles son las particularidades de un gremio
como el que estás dirigiendo, en el que el
90 % son mujeres?


-Nosotras, como tú bien dices, somos un sector
compuesto por alrededor de un 90% de compañeras,
en un total de alrededor de 20 mil trabajadores. Es un
sector en el que la mujer sale a buscar un trabajo
repitiendo el rol social. No somos diferentes de lo que
pueden ser las compañeras domésticas, las compañeras
que salen a limpiar o a cocinar. Cuando no tienen
determinada calificación salen al mundo laboral
repitiendo su rol social. En nuestro caso, la mayoría
son jefas de hogar, que tienen determinado nivel educativo
que no les permite acceder a lo que normalmente
otro tipo de sector de la sociedad puede acceder,
incluso otro tipo de trabajadora.


-¿Se puede hablar de una perspectiva de
género en la relación con la patronal?


-Nosotros tenemos patronales sumamente reaccionarias.
Hablo de patronales y no de empresarios, tenemos
muy pocos empresarios en nuestro sector.
La Cámara de la Vestimenta no ha variado
mucho en su composición desde la época del
neoliberalismo. Eso hace que por ejemplo, en
pleno Consejo de Salario, un patrón me diga que
el salario de la trabajadora está bien porque es
solamente un complemento del salario de su
marido. A ese punto hemos llegado.


-¿En qué otros casos se manifiesta la
discriminación de género en este sector?


-Una de las discriminaciones más claras que
nosotros estamos tratando de revertir, y en algún
lugar lo hemos hecho, tiene que ver con
que los patrones no necesitan mujeres capacitadas,
que hayan alcanzado un alto nivel educativo,
ellos quieren trabajadoras que hagan determinada
parte del proceso productivo y que lo
hagan 20 o 30 años. La compañera tiene la consecuencia
de no tener ningún tipo de carrera
funcional está estancada. Eso no ayuda al crecimiento
ni al desarrollo personal de la compañera y
queda cada vez más venida a menos. Si le sumamos a
eso las 9 horas y media de trabajo; que la mujer lleva
la mayor parte de la carga social: su casa, sus hijos,
su familia que se enferma, su propia enfermedad; no
tiene ningún escape, está sola. Si esa compañera tuviera
el desarrollo, la capacitación adecuada o se insertara
en determinado nivel educativo, vería el futuro
de otra manera. Lo que pasa es que no lo ve. Si sumamos
además, que gana un salario que va entre los
8.000 y los 11.000 pesos promedio y le quitás descuentos,
no te queda nada. Con eso tienen que vivir,
mantener sus hijos -en caso de ser jefas de hogar- no
acceden a comprarse un libro, a llevar a sus hijos al
cine, no acceden a nada con eso. Es un problema real
que tenemos en el sector de la aguja.


-¿Cuáles son las reivindicaciones puntuales
que tiene el SUA en este sentido?


-Nosotros reivindicamos una cláusula que tenemos
del Consejo de Salario de 2008 que es la formación de
los trabajadores con la certificación de la UTU en un
convenio con el INEFOP. Esto lo estamos tratando de
llevar adelante en un grupo de empresas, pero el resto
se niega; nos preguntan por qué la trabajadora tiene
que saber algo de derecho laboral o por qué tiene que
estar interesada en salud ocupacional, si hay organismos
que se deberían ocupar de ello.
De todas formas, la idea es generar conciencia en esas
compañeras para que puedan salir adelante. Te doy
un ejemplo del tema vivienda con una anécdota. Tenemos
una compañera, que un día me dijo que se compró
una casa. Yo la felicité y le pregunté cuánto le salió.
Me respondió que le había costado 15.000 pesos y la
quedé mirando. La casa es en un asentamiento, es
una pieza, no tiene piso, no tiene baño ni cocina. La
compañera entra a trabajar todos los días a las 7 de la
mañana, hasta las 15 o 16, es una laburante, una
obrera, una persona que está en la producción, pero
para lo único que le alcanzó es para eso, no tiene forma
ni medios para otra cosa. Había que verle la cara
de feliz porque tenía una casa. Esa realidad que tenemos
en el sector de la aguja -que no es la única- si las
vemos en el marco general del resto de los trabajadores,
de las condiciones que tienen, se puede decir: es
porque no son hombres. No hago acuerdo. Se puede
decir también que es porque no tienen el nivel educativo
suficiente y tampoco hago acuerdo. El hecho es
que no podemos diferenciar así entre los mismos trabajadores


-Según tu perspectiva: ¿cómo es la militancia
de las compañeras mujeres?



-Es bastante problemático que las compañeras militen
y actúen, porque están condicionadas por una
realidad que tienen. A veces cuando hablamos mucho
en determinados medios, no nos damos cuenta de que
estas cosas pasan en todo el país: le pasa a las rurales,
le pasa a las compañeras de Artigas. Allí en Artigas
vamos a hacer una capacitación para aproximadamente
300 compañeras de ese lugar, quienes hoy tienen
un ingreso en el entorno de los 3.000 pesos pesos por
mes. Cuando nosotros vamos a Artigas, nos dicen que
está bien que ganen eso porque la realidad del lugar
es otra. En este sentido decimos que el contexto y la
realidad social en la que viven las mujeres es un tema
al que alguien debería ponerle especial atención, porque
si hablamos de cambiar la realidad, tenemos que
cambiar la realidad de estas trabajadoras.
En definitiva, cuando hay movilización o momentos de
concentración, las mujeres a veces brillan por su ausencia.
Hay que preguntarse por qué no están, por
qué no salen a movilizarse junto con sus pares. Lo que
pasa es eso, la mujer está atada y sigue atada. Yo no
soy feminista, pero digo hay que buscarle la forma para
que salgan adelante. Cuando las compañeras se
dan cuenta y toman conciencia de la realidad que
tienen y de lo que pueden hacer, van para adelante
y son unas leonas. Yo tengo pruebas de compañeras
en la dirección del sindicato que la pelean
todos los días, que caminan, que van, que vienen,
que cuidan a sus hijos, que llegan a su casa a las
11 de la noche. Tenemos algunas compañeras que
están en las afueras de Montevideo, que las ves
peleando por los derechos de los trabajadores y
parece increíble como demorás un buen tiempo
en darte cuenta de lo que tenés que hacer como
mujer.


-Se lograron algunas conquistas en lo
que respecta a la igualdad de género ¿ustedes
las han sentido en la aguja?


-Una de las conquistas principales en cuanto a
igualdad de género es «a igual tarea, igual salario»
Es decir, que las compañeras que hacen las mismas
tareas que un hombre, tengan el mismo salario.
Cada vez que sucede una desigualdad en este sentido,
la tenemos que pelear, porque a los hombres les
pagan más porque supuestamente son jefes de familia
y a las mujeres les pagan menos, no sabemos por qué.
Esto lo tenemos en una cláusula y lo hacemos valer.
Otra de las conquistas es la que nombraba hoy respecto
a la capacitación. Podemos nombrar también que
se dieron más horas para las mamás que están amamantando,
logramos dos horas por cuatro meses, un
día para hacerse el papanicolau y otro para mamografía.
Son temas puntuales con respecto a necesidades que
pueden tener la mujer. Pero nosotros en el resto de los
temas en cuanto a género, consideramos al mismo
como la relación entre hombres y mujeres, consideramos
que tenemos las mismas capacidades, ya sea un
compañero o una compañera la que esté llevando adelante
la tarea, ya sea en participación en el PIT-CNT u otros temas.