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jueves, 8 de marzo de 2012

El Boleto estudiantil y La Noche de los Lápices. Gonzalo Perera (película incluída)a)

Los estudiantes de los liceos públicos de Montevideo ahora pueden concurrir a estudiar gratuitamente en el transporte público. No es la Revolución ciertamente y muchos opinólogos la considerarán una medida "menor". Pero héte aquí que cambia muchas vidas concretas de manera concreta. Y yo creo que la política bien entendida es la que cambia para bien todos los "hechos menores" que hacen a la vida de las personas, como tener o no alimento, salud, educación, descanso, diversión, contención. Ningún pueblo hace una revolución y  patea los cimientos del poder por mero antojo: en todos los casos que conozco lo han hecho porque quieren vivir mejor y dignamente. Podemos hacer grandes discursos sobre las vías de la Revolución, sobre hegemonías y contrahegemonías, sobre tácticas y estratégicas, pero si al final del camino no hay paz, pan, trabajo, solidaridad traducidos en la mesa del trabajador, en la sonrisa de los gurises, en el calcio de sus huesos, en la fibra de sus músculos y en la profundidad y versatilidad de su intelecto habremos hecho el inverso de la Tesis XI de Feuerbach del maestro de Tréveris: No cambiamos un pepino la realidad, apenas discurrimos sofisticadamente para tratar de interpretarla

La imágenes pueden más que diez mil palabras. "La noche de los lápices" es la película que narra  la historia verídica de un conjunto de gremialistas secundarios de La Plata, desaparecidos, torturados y asesinados por la dictadura de Videla. Su historia la pudimos conocer gracias a Pablo Díaz sobreviviente de aquella tragedia.
Es una película muy dura que nos recuerdan hechos durísimos que se prolongan hasta el presente por haber cometido la atrocidad de pretender forzar su olvido o perdón. Pero a la vez, es interesante observar por qué militaban Pablo y sus compañeros cuando los abominables Falcon los apresaron: POR EL BOLETO ESTUDIANTIL. Los compañeros de Pablo dejaron su vida por militar, y su principal consigna, la que resumía en algo palpable y tangible su esperanza de un mundo radicalmente distinto y mejor era el boleto estudiantil. Dentro de la dureza de la película, la "coincidencia" (que no es tal, se trata de dos momentos diferente pero en que gente concreta se ha dispuesto a tratar de cambiar concretamente la vida de la gente concreta) nos recuerda que no cayó ninguna bandera, ni ninguna esperanza. Que es cuestión de concretarlas, no  desfallecer sino llegan y saber apreciarlas si se dan.

¿Cambió el mundo por esta nueva medida tomada en Montevideo? La derecha dirá que no. Y es obvio ¿Qué dirigente de derecha de primera línea, qué hijo de cuna de oro, contó alguna vez moneditas para el bondi? Para empezar ...¿Cuántos tomaban el bondi para ir al liceo? Por supuesto que para ellos es un hecho menor, sin relevancia. Los hechos "importantes" son  los que pueden dejar mayor o menor margen de utilidades a los grandes capitales, faltaba más.

Pero no puedo evitar preguntarme: ¿Que opinarían Pablo Díaz y sus compas sobre  el hecho de que nuestra gurisada viaje gratis a los centros educativos públicos? Algo me dice que a lo mejor, para ellos, desde un ángulo muy diferente, sí se trata de un hecho importante. A lo mejor para ellos, sí haya cambiado un poquito el mundo y la vida. Porque entregaron sus preciosas vidas luchando para que una medida "menor" como ésta fuera posible.

A lo mejor, las imágenes nos ayudan a poner las cosas en el debido contexto histórico y a valorar lo que cuesta cada paso que dan los pueblos en el largo y complejo camino hacia su liberación.

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