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jueves, 1 de marzo de 2012

Evaluación de los dos años del gobierno del Pepe. (Para Semanario Voces) . Gonzalo Perera


Discursos que sacuden como un tsunami hay muchos. Pero si en política se va a fondo, tarde o temprano, "cuando las papas queman", hay exclusivamente dos opciones y los costos de apostar a lo que uno entiende debe hacer son altísimos. 

 El  ser  que es revulsivo, readudaz, reinteligente, reintrépido, un iluminado que evita quemarse enfrentando conflictos costosos, no es un político, es un retórico.

El  ser que es más ortodoxo, simple, y que no hace tertulias sobre guerras políticas (la que soporta Cuba, Chávez, o en la interna Argentina Cristina Fernández,  por ejemplo),  o libérrimos discursos  como yo mismo hacía en Voces años atrás (no me gusta que el ejemplo culposo sea  siempre de otro, para eso hay alguna dama mucho más eficaz, según leí recientemente en Voces), sino que toma partido y pelea con uñas y dientes desde una postura anti-imperialista (¡sesentismo!), es quien quiero al lado. El que se ubica en la cancha claramente.

Esto no es un mea culpa ni pontificar . Es reflexión en primera persona, de la cual quizás  se extraigan elementos de validez universal. Siempre opiné  convencidamente  lo que el momento y contexto me permitían entender. Pero cambié, y no por caprichoso.

 Cambié, por ejemplo, porque participando en la gestión pública  objeté - y trabajé para modificar- decisiones relevantes y erradas. Hice todo lo humanamente posible, y absolutamente nadie que opine con solidez, desde ese entonces, incluyendo dictámenes  muy completos y  confesiones en voz baja de múltiples actores, ha negado que ese direccionamiento fuera correcto. Sin embargo, cometí algunos errores que no excuso en lo más mínimo. Pero puestos al lado del fondo del asunto, no dan ni para empezar a hablar.  Algunos levantaron la voz para señalar que entendían un dislate el no ver el fondo  del asunto. Los que vieron las nueces y no el ruido, opinemos o no lo mismo a la hora del discurso inflamado, estamos parados en el mismo lugar de la cancha. 

No refloto viejos temas. Comparto experiencia que creo ejemplifica algo bien concretitoEs muy linda y cómoda la opinología, el juicio vitriólico sobre el laburo de otro que deja hasta la salud tratando de dar lo mejor de sí para el país, para la sociedad. para todos y para los más jodidos, sobre todo. Opinología que yo mismo ejercía con  acidez en estas páginas, como dije. Pero pararse en la cancha, "estar ahí", tener que tomar decisiones cuando siempre hay beneficiarios y perjudicados, y más aún, tener que plantarse firme   frente a grandes grupos de poder fáctico, es muy jodido, difícil, y a menudo cuesta caro.  Pero es lo que puede cambiar la realidad , me parece.

Por eso, respecto al gobierno de José Mujica yo no soy un observador o contertulio: soy un  compañero, que lo defiende con lealtad y sin obsecuencias.

Por eso elogio, por ejemplo, las políticas en las áreas sociales, de inclusión laboral y juvenil, de promoción de microemprendimientos, el milagro del SUCIVE y la impecable política  hacia  Argentina, de mirada larga, no inmediatista . Por eso expresé que no comparto la ley PPP, aparentemente esencial para un desarrollo de AFE que no entiendo. Por eso me parece bárbaro que  "los comunistas" ( ¡horror!) pìnten los  muros con las cosas que pasaron y con las que aún deberían pasar. Mi postura, con los aciertos y errores de toda persona, es defender los logros y alentar a ampliarlos y mejorarlos con la crítica hecha desde el sentido de pertenencia, de que es MI o NUESTRO gobierno y no desde posiciones etéreas pretendidamente  "impolutas" u "objetivas".

El único sentido digno de la política es cambiar para bien las condiciones de vida  de la gente concreta.  Desde el 2005 se ha hecho mucho más en ese sentido que en  los 50 años precedentes. Pero tiene mucho por hacer mi gobierno.

1 comentario:

  1. Como de costumbre coincido totalmente con la evaluación que haces del gobierno. Creo que en buena parte del bombardeo a que nos someten los medios, resaltando o mal-informando (por supuesto que por espúreas intenciones) hace que no se analicen las cosas como son. Debemos aprender a leer entrelíneas. Es bueno reconocer los bueno, pero debemos exigir lo que falta que es bastante. Estamos caminando pero para lograr el cumplimiento de las metas se necesita poder continuar en el gobierno. El enemigo sigue siendo el mismo de siempre y los muros siguen siendo el mejor modo de comunicación para el pueblo.
    Gracias Gonzalo por tu claridad. .

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