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jueves, 8 de marzo de 2012

En el día internacional de la Mujer: Entrevista realizada por EL POPULAR a Secretaria General del SUA (Agradezco a Lucia Casartelli la sugerencia)

El día internacional de la mujer visto desde la lucha de las trabajadoras de la vestimenta

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, que
se conmemora el 8 de marzo, EL POPULAR dialogó
con Flor de Liz Feijoo, secretaria general del Sindicato
Unico de la Aguja (SUA) que agrupa a las y los trabajadores
de la vestimenta.
En la vestimenta, el 90% de las trabajadoras son mujeres
y un porcentaje cercano al 50% son jefas de hogar.

-¿Cuáles son las particularidades de un gremio
como el que estás dirigiendo, en el que el
90 % son mujeres?


-Nosotras, como tú bien dices, somos un sector
compuesto por alrededor de un 90% de compañeras,
en un total de alrededor de 20 mil trabajadores. Es un
sector en el que la mujer sale a buscar un trabajo
repitiendo el rol social. No somos diferentes de lo que
pueden ser las compañeras domésticas, las compañeras
que salen a limpiar o a cocinar. Cuando no tienen
determinada calificación salen al mundo laboral
repitiendo su rol social. En nuestro caso, la mayoría
son jefas de hogar, que tienen determinado nivel educativo
que no les permite acceder a lo que normalmente
otro tipo de sector de la sociedad puede acceder,
incluso otro tipo de trabajadora.


-¿Se puede hablar de una perspectiva de
género en la relación con la patronal?


-Nosotros tenemos patronales sumamente reaccionarias.
Hablo de patronales y no de empresarios, tenemos
muy pocos empresarios en nuestro sector.
La Cámara de la Vestimenta no ha variado
mucho en su composición desde la época del
neoliberalismo. Eso hace que por ejemplo, en
pleno Consejo de Salario, un patrón me diga que
el salario de la trabajadora está bien porque es
solamente un complemento del salario de su
marido. A ese punto hemos llegado.


-¿En qué otros casos se manifiesta la
discriminación de género en este sector?


-Una de las discriminaciones más claras que
nosotros estamos tratando de revertir, y en algún
lugar lo hemos hecho, tiene que ver con
que los patrones no necesitan mujeres capacitadas,
que hayan alcanzado un alto nivel educativo,
ellos quieren trabajadoras que hagan determinada
parte del proceso productivo y que lo
hagan 20 o 30 años. La compañera tiene la consecuencia
de no tener ningún tipo de carrera
funcional está estancada. Eso no ayuda al crecimiento
ni al desarrollo personal de la compañera y
queda cada vez más venida a menos. Si le sumamos a
eso las 9 horas y media de trabajo; que la mujer lleva
la mayor parte de la carga social: su casa, sus hijos,
su familia que se enferma, su propia enfermedad; no
tiene ningún escape, está sola. Si esa compañera tuviera
el desarrollo, la capacitación adecuada o se insertara
en determinado nivel educativo, vería el futuro
de otra manera. Lo que pasa es que no lo ve. Si sumamos
además, que gana un salario que va entre los
8.000 y los 11.000 pesos promedio y le quitás descuentos,
no te queda nada. Con eso tienen que vivir,
mantener sus hijos -en caso de ser jefas de hogar- no
acceden a comprarse un libro, a llevar a sus hijos al
cine, no acceden a nada con eso. Es un problema real
que tenemos en el sector de la aguja.


-¿Cuáles son las reivindicaciones puntuales
que tiene el SUA en este sentido?


-Nosotros reivindicamos una cláusula que tenemos
del Consejo de Salario de 2008 que es la formación de
los trabajadores con la certificación de la UTU en un
convenio con el INEFOP. Esto lo estamos tratando de
llevar adelante en un grupo de empresas, pero el resto
se niega; nos preguntan por qué la trabajadora tiene
que saber algo de derecho laboral o por qué tiene que
estar interesada en salud ocupacional, si hay organismos
que se deberían ocupar de ello.
De todas formas, la idea es generar conciencia en esas
compañeras para que puedan salir adelante. Te doy
un ejemplo del tema vivienda con una anécdota. Tenemos
una compañera, que un día me dijo que se compró
una casa. Yo la felicité y le pregunté cuánto le salió.
Me respondió que le había costado 15.000 pesos y la
quedé mirando. La casa es en un asentamiento, es
una pieza, no tiene piso, no tiene baño ni cocina. La
compañera entra a trabajar todos los días a las 7 de la
mañana, hasta las 15 o 16, es una laburante, una
obrera, una persona que está en la producción, pero
para lo único que le alcanzó es para eso, no tiene forma
ni medios para otra cosa. Había que verle la cara
de feliz porque tenía una casa. Esa realidad que tenemos
en el sector de la aguja -que no es la única- si las
vemos en el marco general del resto de los trabajadores,
de las condiciones que tienen, se puede decir: es
porque no son hombres. No hago acuerdo. Se puede
decir también que es porque no tienen el nivel educativo
suficiente y tampoco hago acuerdo. El hecho es
que no podemos diferenciar así entre los mismos trabajadores


-Según tu perspectiva: ¿cómo es la militancia
de las compañeras mujeres?



-Es bastante problemático que las compañeras militen
y actúen, porque están condicionadas por una
realidad que tienen. A veces cuando hablamos mucho
en determinados medios, no nos damos cuenta de que
estas cosas pasan en todo el país: le pasa a las rurales,
le pasa a las compañeras de Artigas. Allí en Artigas
vamos a hacer una capacitación para aproximadamente
300 compañeras de ese lugar, quienes hoy tienen
un ingreso en el entorno de los 3.000 pesos pesos por
mes. Cuando nosotros vamos a Artigas, nos dicen que
está bien que ganen eso porque la realidad del lugar
es otra. En este sentido decimos que el contexto y la
realidad social en la que viven las mujeres es un tema
al que alguien debería ponerle especial atención, porque
si hablamos de cambiar la realidad, tenemos que
cambiar la realidad de estas trabajadoras.
En definitiva, cuando hay movilización o momentos de
concentración, las mujeres a veces brillan por su ausencia.
Hay que preguntarse por qué no están, por
qué no salen a movilizarse junto con sus pares. Lo que
pasa es eso, la mujer está atada y sigue atada. Yo no
soy feminista, pero digo hay que buscarle la forma para
que salgan adelante. Cuando las compañeras se
dan cuenta y toman conciencia de la realidad que
tienen y de lo que pueden hacer, van para adelante
y son unas leonas. Yo tengo pruebas de compañeras
en la dirección del sindicato que la pelean
todos los días, que caminan, que van, que vienen,
que cuidan a sus hijos, que llegan a su casa a las
11 de la noche. Tenemos algunas compañeras que
están en las afueras de Montevideo, que las ves
peleando por los derechos de los trabajadores y
parece increíble como demorás un buen tiempo
en darte cuenta de lo que tenés que hacer como
mujer.


-Se lograron algunas conquistas en lo
que respecta a la igualdad de género ¿ustedes
las han sentido en la aguja?


-Una de las conquistas principales en cuanto a
igualdad de género es «a igual tarea, igual salario»
Es decir, que las compañeras que hacen las mismas
tareas que un hombre, tengan el mismo salario.
Cada vez que sucede una desigualdad en este sentido,
la tenemos que pelear, porque a los hombres les
pagan más porque supuestamente son jefes de familia
y a las mujeres les pagan menos, no sabemos por qué.
Esto lo tenemos en una cláusula y lo hacemos valer.
Otra de las conquistas es la que nombraba hoy respecto
a la capacitación. Podemos nombrar también que
se dieron más horas para las mamás que están amamantando,
logramos dos horas por cuatro meses, un
día para hacerse el papanicolau y otro para mamografía.
Son temas puntuales con respecto a necesidades que
pueden tener la mujer. Pero nosotros en el resto de los
temas en cuanto a género, consideramos al mismo
como la relación entre hombres y mujeres, consideramos
que tenemos las mismas capacidades, ya sea un
compañero o una compañera la que esté llevando adelante
la tarea, ya sea en participación en el PIT-CNT u otros temas.

2 comentarios:

  1. yo tampoco soy feminista, por eso mismo los derechos de la mujer hay que buscarlos con lo que nos diferencia incluido, que conseguir dos horas por 4 meses sea un logro es lamentable, todas las leyes laborales juegan en contra de la maternidad, recién ahora se logra que no te hagan firmar que no estas embarazada a la hora de buscar un trabajo, un DELIRIO. en la clinica de la lactancia te hacen terrorismo para que se de de mamar cada dos horas los primeros 6 meses, hay paises en donde la mujer no trabaja hasta los 6 meses de sus hijos. Yo no quiero ser igual al hombre, quiero ser mujer, femenina, que se respete, mi cuerpo, mi sexualidad, mi capacidad intelectual y mis diferencias con el sexo masculino.

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  2. Hola necesito contactarme con Liz Feijoo para hacerle llegar información importante que le puede interesar. Podrían pasarme algún correo de contacto? gracias.

    Mi mail es programas@mujeresdelsur.org

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