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sábado, 23 de marzo de 2013

El poder, el gobierno y la Revolución. Gonzalo Perera. (Contratapa de EL POPULAR, Viernes 22 de marzo)


Los gobiernos, en un sistema político como el nuestro, se eligen por voto secreto y obligatorio cada cinco años.

El poder,  en un sistema político como el nuestro, no lo vota nadie y no suele renovarse.

¿Acaso Ud., querido lector ,votó alguna vez que tres familias, controlen la inmensa mayoría de los medios en Uruguay?
¿Acaso Ud., querido lector, votó alguna vez a los propietarios de las estancias y cabañas más prósperas, o a los de los frigoríficos?
 ¿Ud. votó a la flor y nata de la banca y sistema financiero uruguayo?
 ¿ O acaso a los estudios jurídicos de mayor renombre, que asesoran a los grandes capitales financieros? 
¿Ud. votó contratistas de fútbol, periodistas que son escuchados cual gurúes, encuestadores que analizan y moldean la opinión pública?

Me temo, querido lector, que en todos los casos de esta muy incompleta lista, la respuesta es un enorme "NO". Y lo que hilvana esta lista, con sus amplios matices de diferencias, es un común denominador: el poder, el poder real, el que surge de los medios económicos, la red de vinculaciones, el dominio de ciertas actividades y/o la capacidad de incidir sobre todos los ciudadanos, de un modo u otro. Incluído el gobierno.

El gobierno administra una parcela del poder, la que controla la ciudadanía: el poder político, la administración de los altos niveles de conducción del Estado. Desde allí puede tener una relación más o menos tensa con el poder real, tensión que depende básicamente de en qué medida intente afectar los intereses de este último, cambiar las reglas de juego.

La experiencia internacional, y la de Uruguay también, suele mostrar que cuando un partido de izquierda llega al poder, suele afectar o transformar sus privilegios, pero tanto o más es lo que el poder logra afectar y modificar al partido gobernante. E insisto, sin que esto signifique crítica frívola, ni patada para nadie, ni infantilismo de izquierda: eso nos pasó también a nosotros. Nuestro discurso, nuestras referencias ideológicas, nuestras posturas frente a ciertos temas hoy, año 2013, guardan varias diferencias sustantivas con las del 2003.

En parte los cambios son necesarios, porque el tiempo a veces hace madurar visiones en un sentido u otro. En parte, los cambios son inevitables, pues el ejercicio del gobierno da una perspectiva y conocimiento diferente de la realidad que la que se tiene cuando jamás se ejerció esa responsabilidad. Pero en parte, es también una pequeña victoria del status quo, del poder, el lograr al menos en parte "amansar la fiera", lograr que la moderación se vuelva un valor en sí misma, o que la izquierda se obsesione por ser "responsable y seria" y al menos parte de ella se corra algunos pasos hacia el centro.

Esto no es un lamento, ni mucho menos reclamo o denuncia.  Es mera constatación de lo que, insisto, es regla casi universal. A la que quienes marcan excepciones, entran expreso en la Historia, como Hugo Chávez, por ejemplo.

Mi punto  hoy es la construcción del contra-poder, de una alternativa a ese poder, que por cierto incluye lograr que siga gobernando el FA y que el FA retome algunos lineamientos programáticos que son de absoluta vigencia. Y que se entienda que, por ejemplo, nada es más serio y responsable que pretender que los medios de comunicación sean un terreno de ejercicio de la democracia y no de la hiperconcentración, o pretender mejorar la distribución de la riqueza. Pero el contra-poder es una construcción social, de base, que  trasciende a la elección del gobierno: por lo antedicho, porque el poder trasciende a los gobiernos.

Esa tarea de construcción de alternativas pasa por muchas tareas pequeñitas, que se hacen mano a mano y en los 19 departamentos. Es encontrar en la inmensa mayoría de los uruguayos, muchos de los cuales votan a la derecha y otros son frentistas que piensan  que todo empieza y termina con elegir buenos candidatos, los puntos concretos de SUS vidas que son amargos o dolorosos por culpa del poder y sus reglas absolutamente injustas de juego. Es decir: qué privaciones, qué dolores, que ausencia de derechos o lisa y llanamente abusos, carga sobre sus espaldas el vecino, el compañero de trabajo, el familiar, para desde ESA concretísima realidad encontrar el hilo para entender qué hay que cambiar y que "nada podemos esperar sino de nosotros mismos". Que haga carne que si EL mismo no expresa de manera efectiva su disconformidad y rebeldía ante SU explotación, pues probablemente nadie lo haga. No hay que hablar de Revolución ni de lucha de clases de buenas a primeras, me parece a mí, con un vecino que puede ser ( a causa de años de lavado de cerebro ), refractario a esa terminología. Hay que hablar de cómo es posible que se deslome trabajando sin conseguir ciertos mínimos derechos mientras el hijo del patrón  que a la hora de discutir salarios aduce "no poder dar más" va de fiesta en fiesta a todo trapo, por ejemplo. Hay que hablar de desde cuándo ese patrón tiene esos privilegios y conductas, y quién lo protege y defiende desde la política.

Al hacer eso, se está- aunque no se nombre, analizando la lucha de clases de hoy. Y se está haciendo una tarea genuinamente revolucionaria. Y abriendo la puerta  para mañana, poder hablar de lucha de clases y Revolución con todas las letras.  Pero se empieza por el principio y el principio son las realidades, no las palabras que se usen para describirlas:  al principio, creo yo que cuanto más sencillitas y habituales al oído ajeno, mejor.

Seguramente ninguno de nosotros resista comparación con Fidel o el Che. Pero cada nueva conciencia que logremos estimular a que  reclame mejor distribución de la riqueza  es nuestro pequeño Moncada, y nuestro pueblo, vecindario y tejido social de amistades, nuestra Sierra Maestra.

Vaya un enorme abrazo a todos los compañeros que así luchan y así viven en cada uno de los 19 departamentos. Lo poco que sé de luchar y militar, lo he aprendido y aprendo de su ejemplo. Simbolizo a todos en un fuerte abrazo a Leonardo Valiente, de Flores, que acaba de recordar de forma conmovedora la pérdida de su mentor y compañero de lucha, y a Ruben García Alvarez de Paysandú, que ha tenido la enorme generosidad de saludarme y ayudarme  a entender el sentido de estas líneas semanales.

 La Revolución es un acto heroico, pero no necesariamente gesta de combate militar. La Revolución es la construcción cotidiana de una alternativa, que empieza por ayudar a abrir alternativas en  el pensamiento y sentir de quienes nos rodean, ayudar a que se entienda que lo que siempre ha sido (el poder) bien puede no ser y debería ser reemplazado (el contra-poder). La Revolución es de carne y hueso, suda la gota gorda,  tiene cara y  nombre: el de cada luchador que busca persuadir repetuosa y perseverantemente.

 A todo ellos, el más fuerte y sincero abrazo. A seguir peleando por más y mejor gobierno del FA. Pero sin dejar al gobierno la monumental tarea de cambiar el poder. Que la Revolución, que sigue siendo el objetivo de estas páginas y de este simple escriba, o la forjamos entre muchos y desde todos los puntos cardinales, o se posterga hasta nuevo aviso.

domingo, 17 de marzo de 2013

Benditamente previsible. Gonzalo Perera. Contratapa de EL POPULAR, Viernes 15 de marzo del 2003.


Louis "Satchmo" Armstong. como le conté tantas noches a mis hijas, nació para  ser semi-esclavo hasta que el juguetón ángel que recorría sus pulmones y gargantas forjó algo netamente mejor. Entre las proezas de su trompeta y su voz de ronquera implacablemente armónica, legó, a juicio de mis hijas, un inolvidable "What a wonderful world" ("Qué mundo maravilloso", en sentido desiderativo, obviamente, que "Satchmo" bien que no era ciego).

Cuando La Negra Sosa se unió a los queridos  hermanos portorros de Calle 13 para decir " pero de nada ya vale si hay un niño en la calle", amén de la calidad musical que Mercedes garantizaba, se galvanizaba el mensaje: hay millones de niños que crecen en la calle  (sic) (¡¡¡Aunque ninguno de ellos es cubano, Frei  Betto dixit con la confirmación  de la muy bolchevique ONU!!!)

La belleza es la manifestación más sublime de la raza humana. La política, la más necesaria

La música y la poesía son doblemente bellas cuando imprevisibles, cuando sorprenden. Pero la política, cuasi inversión dialéctica, hace bien al corazón y la razón cuando, salvo cataclismos, se hace previsible.
Genera persuasión en base a consistencia, coherencia y perseverancia, más que en torno  a la iluminación de un día.

 Así lo leo semana a semana en los medios más profesionales de la derecha uruguaya .
Tras tanto ojear, con solo leer título y autor  de cada nota  de opinión, me permito adivinar en su casi totalidad el contenido. Son adversarios, pero muy  consistentes y aplicados. Son muy previsibles. Representan una opción política clarísimamente definida.

 Semana a semana, también hurgo  alguna opinión de  izquierda que se pretende  superior, pontífice, pero que  cada tanto resulta muy mutante. Suelen navegar en la soledad, siempre impolutos, siempre lejos de todo riesgo de construír y acumular.

De  todos  modos a quienes arriesgan visión yo respeto, en cuanto opinantes subjetivos y discutibles: y los tenemos, con mucho menor diversidad que en Venezuela, claro está, pues en Uruguay ningún opinante dice del presidente las obscenidades de  la pequeña Venecia. NO los dice ahora y no los dijo en su momento de la delantera Sagnuinetti-Guntin- De Feo CENSURANDO  a Sara Méndez (Guntin dixit).

Sin embargo, EL POPULAR es previsible como pocos medios.

 Conflicto Metalúrgico....¿Donde estará EL POPULAR?

Reiterada violación a rol de ANTEL por parte de las multinacionales ( lo de las zonas francas es muy pertinente, pero  apenas cereza en la torta) y  discusión en torno a la comunicación y sus medios en Uruguay....¿Donde estará EL POPULAR? 

Política fiscal como parte ESENCIAL no sólo de la administración económica, sino, de acuerdo al legado del General Seregni, de la política que la comanda ....¿Donde estará EL POPULAR? 

EL POPULAR es previsible porque responde con lógica sencillita  a los problemas diarios

¿ Cuánto cuesta la carne, no en pesos, sino en fracción de salario? MENOS que en el 2005, ciertamente. ¿Mucho menos? Pues, la verdad es que no tanto. El crecimiento del PBI nacional es espectacular del 2005 en adelante, muy particularmente en el sector cárnico, lo cual no lo acompaña de igual modo lo que Ud. por un asado paga. A Usted seguramente le VA MEJOR HOY, pero ....¿cuánto? ¿Le va igualmente mejor que al propietario de un frigorífico? Para una enorme mayoría, la respuesta es muy simple y sin vueltas: NO, ni de lejos.

EL POPULAR se pregunta cosa simples, como, por ejemplo..... ¿Y por qué NO acompasan las mejoras de muchos de los más a las de algunos de los menos?

Y estudia, como lo hizo, la cadena de agregación de valor en la industria cárnica. Y encuentra el resultado más acabado y contundente de los hasta ahora emprendidos.

EL POPULAR es previsible porque no cambia de credo para la ocasión, ni busca pretextos para el error, como no disuelve en críticas circunstaciales sus fidelidades. Que responden a los principios, a las razones de ser y de militar, en primerísimo lugar.

 EL POPULAR se juega, no muta  y se hace cargo. Críticamente, obvio es decirlo, pero jamás sin sentido de responsabilidad.


Que no hay revoluciones tempranas , y que crecen desde el pie: es poesía; lo dijo el flaco Zitarrosa: alabada sea su voz inconfundible, grave y comprometida, su sensibilidad  genuinamente radical por buscar en nuestras raíces culturales y en las raíces de nuestra sociedad las palabras que invocaran su transformación más profunda.

Que no hay revoluciones tempranas y crecen desde el vecino abierto a escuchar y covencerse que sus penurias de fin de mes son materia de política económica y y fiscal general, y no coto de caza meramente académico de un excelente equipo de técnicos (pero jamás exentos de opción política),  es. al menos en estas páginas , evidencia semanal.

 Acertado o errrados, aquí se opina sobre tributos y su justicia. No se delega ni al equipo económico ni a nadie la formación de opinión militante y de base al respecto.

 Los tributos NO son cuestión meramente técnica. Son herramientas esencialmente políticas, que no pueden desconocer la técnica, pero donde , según la recomendación de Seregni "la poliítica comanda".

La previsibilidad paga. La derecha sabe dónde leer su credo semanal y tiene opciones varias. La  izquierda  tiene menos medios,  para peor sostenidos a pulmón y cuyas líneas  editoriales suelen ser  a veces  tan preciosistas que ni de izquierda se reconocen.

Acá no hay desconsideración NINGUNA al argumento ajeno: siempre los bienvenimos, como cernidor de nuestras certezas. Hubo alguna década, es evidente, en que otros opinaban a destajo mientras estas  páginas no podian ver la luz  y sus entonces redactores debían soportar la tortura; eso no es efectismo: es verdad sin anestesia y al 100% . Y de eso  se debe culpar al  asqueroso cancerbero, a quien le soltó la cadena y a quien se asuma como su vocero,  rol que éstas páginas NO adjudican por mero prejuicio ligeramente a nadie. Quien demuestre ejercer el rol, lo poseerá, un criterio de verdad un tanto inapelable. Más allá de Kant, Popper o Wittgenstein: el que se ponga el sayo, se lo habrá puesto. NO somos  nosotros los que señalamos el poder y su trama de complicidades, apenas reproducimos los trazos mayores de un tejido que se denuncia solo, que se autoincrimina en su militante defensa del privilegio de pocos.

Comprometidas y jugadas de antemano, previsibles para apostar por el ALBA, la mejor distribución de las riquezas, la Educación basada en las necesidades  de nuestra gente y no en los diagnósticos del Banco Mundial, la política que es social ante todo y macro-económica como pre-requisito serio y responsable, pero no como esfera autonómica e idilica, hay pocos, muy pocos espacios. LAMENTABLEMENTE, hay muy pocos ámbitos y opinantes que los habiten, Que se dan, digamos las cosas con toda franqueza, " de bomba" contra excelente plumas de otros medios hoy sustento político de la derecha continental, nutridos de periodistas otrora de izquierda.

Argumento contra argumento, idea contra idea. EL POPULAR no se escapa ni elude el debate. Lo ofrece con igual grado de respeto democrático, como atinencia a la verdad histórica- toda ella-  como  claridad para hablar de clases y (pardiez!) "Lucha de clases". Sin demonios ni angelitos, sino intereses, complejos, no evidentes a primera vista, pero implacables a final de cuentas.

No hay nada que hacerle lector. Somos previsibles. Democráticamente previsibles. Pues, a difreencia de otros "medios- empredimientos", nosotros o somos HERRAMIENTA de lucha y organización o no somos nada. No valemos por lo que escribamos de lindo o inteligente, ni por ventas o reconocimientos: valemos o no en la medida que ayudemos, estimulemos y apoyemos el proceso de movilización popular hacia un Uruguay más justo, integrado a la región, más generador y respetuoso del trabajo, genuinamente soberano ante los grandes poderes que nunca nadie votó ni votará, los de los grandes capitales.

EL POPULAR está a su disposición para hacer las cuentas con su vecino trabajador y revisar si le va mejor con el FA o la derecha y, 30 segundos después (para mucho más no da la anterior comparación), deducir si le iría mejor con alguna estraegia a futuro del FA u otra, arriesgando el error. EN ESE ORDEN: jamás atentando contra la unidad frentamplista que tuvo en EL POPULAR una de sus cunas mejor abrigadas.

Cuando peso a peso, servicio a servicio, en cada segmento de las amplia mayorias populares, estas comparaciones resulten tan previsibles como asumidas, habrá algo, que con "R" comienza,  creciendo desde el pie, nunca de forma temprana o ansiosa.  EL POPULAR estará. Aquí. Pasaron generaciones, pasaron modas, pasaron gobiernos,  seguirán pasando; pasaremos todos y sin embargo siempre "seguirá ahí". Nos trascenderá a todos, jugando como siempre: acertando, errando, apostanfo fuerte y sin vueltas. Benditamente previsible.

lunes, 11 de marzo de 2013

HUGO DE BARINAS. Gonzalo Perera (Contratapa de EL POPULAR, Viernes 8 de marzo del 2013)


Partamos de una base presumiblemente compartible: el ser de izquierda, sea comunista, anarco, socialista o de cualquier varietal de las zurdas vides, tiene que ver con el dolor y la propiedad. Básicamente con qué hacer con el uno y con la otra. Y sobre todo, con qué hacer con una combinación particular del uno y de la otra: el dolor ajeno.

Si del dolor ajeno nace el desgarro interior, la rebeldía, el deseo irrefrenable de cambiar todo-empezando por uno mismo y sus metidas de pata- colijo que la izquierda despunta. Si del dolor ajeno nace la indiferencia, seguramente un neo-liberal golpea la puerta. Y si del dolor ajeno nace un eficaz cronista del morbo, un informativista "standard" asoma al horario central.

Muchas noches de mi vida trancurrieron bajo las estrellas de la pequeña Venecia, que de allí debe su nombre Venezuela. Algunas en lugares idílicos, en un país donde toda geografía imaginable tiene lugar. Otras no tanto, con fondo musical de tiroteos en la esquina de mi casa, en la Venezuela del pacto de Punto Fijo, donde COPEI ( social cristianismo) y Accion Democrática ( los "adecos", social democracia) se aseguraron una alternancia perfecta, con un tercero muy claramente excluído: el Partido Comunista.
Barrio adentro, con verborragia exhuberante, con camperas estridentes, con chistes no siempre medidos según  nuestras costumbres sureñas, con inteligencia y lucidez estratégica ejemplares, con Cristo y con Fidel, un hombre, un ser humano (por ende imperfecto) , en su particular peripecia y mixtura, se ganó el corazón del pueblo-pueblo venezoano. Por una razón muy simple: siempre fue uno de ellos, hasta en sus excesos, y siempre usó su privilegiada inteligencia para apostar por ellos.

Hugo Rafael Chávez Frías. Destacado militar, estudioso, carismático, nacido para liderar, incuestionablemente.

A quien un ex- presidente uruguayo votado por única vez - y vapuleado en las urnas n veces a posteriori - ha tildado de enemigo de la libertad de expresión. El ex uruguayo, fue el que regaló a sus amigos y allegados permisos de TV cable, radio FM y afines en su presidencia. El supuesto dictador venezolano, ungido hasta el hartazgo en las urnas, aguantó a pie firme todo tipo de asquerosidad en su contra, de osbcenidad  sólo comprensible para quien la vivió, para, llegado el plazo legal, ser capaz de distinguir "provisorio Y revocable" de "provisorio irrevocable". Cosa que el ex de marras, si entiende, le conviene disimular "arrancando yuyos", como se suele decir en mis pagos natales.

Disculpe un paréntesis de intimidad, querido lector. Hace un tiempo, mis hijas y sus amigas, con evidente picardía, me preguntaron sobre cuál era la materia más importante del conocimiento a su acceso, si había que elegir apenas una. Creo que, por profesión paterna, se jugaban en fija a la Matemática, e intuyo que eso podía albergar  algún salvoconducto para no exagerar exigencias en otras disciplinas.
Podría haber contestado muchas cosas, claro está. Pero en la ocasión dije: Historia. Porque desde la Historia podemos entender qué fuimos, qué somos y quizás, adonde vamos.
 Podemos además vislumbrar a Galileo Galilei determinando genialmente el 9,8 metros/ segundo al cuadrado de la aceleración gravitatoria en la Torre de Pisa. Podemos entender la influencia de Copérnico sobre William Harvey y su deducción del funcionamiento del sistema circulatorio. Podemos entender a Turing, Godel y los límites del conocimiento. O al inmenso Juan Sebastian Bach. Disfrutar al pícaro y sediento Vinicius.  A la voz única de Zitarrosa. A Gauguin y a las ventajas incuestionables  de vivir en la "maison des plaisirs" de la Polinesia.

Podemos, en suma,  vislumbrar al ser humano histórico, encontrando en el Arte, Filosofía y Ciencia la respuesta a la certeza de la mortalidad.

 Y por ello, nunca faltan a la cita de nuestras conversas familiares los epidodios de la Historia, los que conozco y también los que me superan y hacen estudiar, los universales y familiares. Las Revoluciones y sus  zancadilllas, los sueños y las pesadillas, las realidades y las quimeras. Historia que, bien entendida, nos enseña por qué al PODER no le sirve (argumento adicional para estudiarla).
No sirve mucho al Vaticano estudiar al Cristhos. Poco sirve al neoliberalismo estudiar Adam Smith. Nada sirve a los patriotas de ocasión estudiar a Artigas, Rivera, Venancio Flores, con perdón de Don José Gervasio, violentado y desnaturalizado hasta, por ejemplo, el renacimiento bajo una Lucía Sala de Tourón.
No sirve la Historia al PODER, que se alimenta de la desmemoria y consume a los que improvisan. Pues que viva la Historia, entonces.

Y es en la Historia entonces donde a la izquierda se puede ver lo que la derecha, por su intrínseca aversión, se ignora.

Hay personajes que se instalan para habitar la Historia, para siempre. Y que más aún, fecundan mitos.
Y es así que entre la Historia y el mito, de proliferación casi inevitable cuando la  semilla es buena y la espera es larga, habitan personajes como el Cid Campeador. El que, mito mediante, desde otra vida triunfó con su sola remembranza, con diferentes versiones sobre cómo se instrumentó. Pero aún sin vida en su cuerpo, su vida en el mito, lo hizo vencedor.

En Argentina, Evita fue la descamisada, la puta, la usurpadora, la que motivó el abominable "VIVA EL CANCER". Con sus contradicciones imposibles de ignorar, Evita era mujer y expropiaba in situ las joyas de las "damas" de alta sociedad. Demasiado para una muy rancia oligarquía. La foto de Evita, cual santa, adorna los hogares más pobres del conurbano bonaerense aún hoy. La muerte de Néstor Kirchner fue ovacionada por la derecha argentina (sojeros, CLARIN y adláteres). Con el pinguino, se caía todo su proyecto político, decian. 54% de votos y 37% de ventaja sobre el segundo fue la contundente respuesta del pueblo argentino.

En Uruguay, "300 Carlos" y otros cobardes eufemismos fueron la palabra de paso para un execrable fin: el intento de exterminio de las voces más díscolas. Pues el Frente Amplio gobierna hace 8 años y manos que aún no habían nacido entonces, enarbolan hoy banderas rojas.

La derecha continental, algunos mediocres y varios insensatos, celebran la muerte del gran Hugo de Barinas. Es que la Historia les fastidia y nunca leyeron sobre el Cid.

A Hugo Chávez vivo, lo podían atacar. Hoy es, de pleno derecho, ícono, en todos los hogares más humildes, a los que el pacto de Punto Fijo se empeñó en desconocer. José Gregorio fue un laico médico, que, por lo que curó y alivió, es venerado en las clases populares venezolanas como genuino santo, objeto de ofrendas y rezos. Guste o no guste a mentalidades cartesianas, Hugo Rafael es un nuevo santo laico en la iconografía popular bolivariana. En el altar casero de los humildes, su imagen estará al lado de José Gregorio, digan lo que digan CNN o FOX.

¡Y la mierda!¡Vaya si se lo merece!  Hugo Rafael fue un raro punto de encuentro: abrazó con fervor la profesión militar, la causa de Bolívar, la construcción del socialismo y los Evangelios.

Por eso Hugo Rafael tendrá lugar de honor esperándole donde él se merece estar. En millones de hogares barrio adentro, donde su imagen unirá  a caraquistas y magallaneros (como decir bolsos y manyas).  Donde construyó su fe, su militante y proverbial amor y un lugarcito especial para él, en su cielo. Donde lo esperará la Negra Sosa, cantando lo que nadie después debió cantar. O el flaco Spinetta con su dulzura desgarrante de tan humilde y profunda. Don Oscar Niemeyer le diseñará una nube con vista  a los barrios y Barinas, para que no se sienta fuera de su cauce. O donde el flaco Zitarrosa la regalará el "violín de Becho" que Hugo citara en su "polémica" con Alejandro Sanz. Pero también le brindará con "La canción quiere", porque, flautas, se lo merece. Obviamente escuchará a Alí Primera,  y no se privará de Don Atahualpa Yupanqui, del maestro Osvaldo Pugliese. Conversará- con exceso, ciertamente- con Mariátegui. con Rodney. con el General, con Sendic, con el "Chicho" Allende. Para él Violeta Parra dirá "Gracias a la Vida" y Victor Jara llorará a la desgracia de Amanda. Lo recibirán como hermanos en Cristo Dom Helder Cámara, Perico Pérez Aguirre, Carlos Mugica y tantos que entendieron - como él- el cabal sentido de abrazar la cruz.
Para más de un nabo, esta nota será un panegírico. Pero en la certeza de un aplastante triunfo de su construcción política, estas palabras son apenas un razonado llanto o un llorado razonamiento. Porque pucha, Hugo, mirá que te hiciste bien odiar ( por los que condecoran con sus diatribas), y mirá que te hiciste bien querer. Menudo "jonrón" te mandaste, sacando la pelota del planeta en el béisbol de tu vida. Para los horrores de rigor de la derecha respetuosa del sagrado y privado derecho al privilegio, te hiciste querer a conciencia por la gente sencilla y militante de todo un continente.

Te hiciste eterno, Hugo de Barinas. Y mucho. Que vos, hasta a la eternidad misma la vas a hacer intensa y desbordante.

domingo, 10 de marzo de 2013

A POCOS METROS ( A Hugo Chávez Frías).Gonzalo Perera.




Muchas veces me tocó vivir a pocos metros.  De lo bueno, de lo malo, de lo simplemente resonante. Y Caracas no fue excepción.

 Viví varias veces en el apartamento de mi amigo y colega Wilfredo, que se había radicado en España. Habité a pocos metros de la Universidad Central de Venezuela (UCV), mi lugar de trabajo, a pocos del Barro Nueva España, lugar no muy recomedable para un paseíto nocturno cuando llegué por primera vez , a pocos metros del Fuerte Tiuna, que supo ser Historia en el 2002. Presidía  entonces Rafael Caldera (COPEI) por segunda vez Venezuela, bajo control cambiario (el más estricto y restrictivo que yo haya conocido, hecho curiosamente poco comentado),  bajo una aplastante inflación y un tremendo descrédito del sistema político in totum.

Pintadas y volantes daban cuenta de un movimiento que a mí me daba escozor: liderado por un militar que se había levantado contra el último gobierno de Carlos Andrés Pérez, con reivindicaciones de corte nacionalista, ese hombre parecía un nuevo Perón. O lo que yo creía era un Perón, que del peronismo y sus complejidades tampoco había entendido un corno en ese entonces.

A poquito más de entender a Perón, resultaría más bien inconducente e improcedente y sobre todo, innecesaria dicha comparación. Pero por ese entonces mi mente aún abrevaba de esos riegos bien surtidos en la que no pocas plumas uruguayas aún se empapan.

Por ende, me siguió pareciendo por bastante tiempo “desconfiable y sospechoso” el militar en cuestión cuando llegó al poder impulsado por un verdadero aluvión de votos.  Seguía sospechando, desconfiando que en cualquier momento mostraba la hilacha facciosa que mi "inteligencia"creía detectar y  que suponía que millones de personas postergadas per secula seculorum no eran capaz de ver. Así de soberbio era mi entender de entonces. Probablemente lo siga siendo, pero al menos quiero creer que dotado más apertura al saber mayor de la vida: el saber vivir, a pesar de que haya tocado sobre-vivir. El que portan como estandarte moral , pecho adentro, los corazones de los más jodidos, sufridos e incuestionablemente luchadores en el día a día.

Por el camino se me estaban quedando las misiones. Que en la panadería de abajo de lo de WIlfredo dejó de haber un soldado armado a guerra para haber simplemente pan y más gente comprándolo. Que dejaron de despertarme los tiros por las noches. Que Caracas no se volvió un mundo soñado, pero que ya había dejado de ser un polvorín. Por una razón muy simple: la que siempre había sido NO-GENTE pasó a ser GENTE. Sujeto de derechos. No sólo al voto, sino al comer, al leer, al escribir y un muy prolongado etc. Por el camino se me había quedado la gente, el famoso "bravo pueblo". El que hablaba la misma lengua que el "mono de Barinas" como gustaba llamar a Hugo Chávez la derecha venezolana, vestida siempre de democracia para los ágapes internacionales, ranciamente golpista de fronteras adentro, como caricaturalmente lo expuso FEDECAMARAS.

Naturalmente, la derecha uruguaya siempre vio en Chávez una amenaza a la estabilidad institucional, el equilibrio químico y la virginidad de las vestales. La misma derecha de la "merienda de negros", faltaba más. La que, tras llegar gracias a la inmensa movilización popular anti-dictatorial al sillón presidencial que tenía (literalmente) entre ceja y ceja, se despachó con un “Uruguayos, a las cosas”, llamando a desmovilizarse, irse para la casa y dejar la política para los “hombres de Estado” (¿?) y la ética proyectada sobre la “ética de Estado” (¿?¿?). Obviamente, la política , a la derecha, a la izquierda, al centro y adentro- no es una gran marco para la fidelidad, sino más bien espacio privilegiado para la traición. Donde además, quienes pueden informar en serio, a menudo callan ante el ruido mejor munido, bajo pretextos varios, tan formalmente correctos como cómplices.

Quizás, por ese solo hecho, cuando un tipo asciende al poder con el voto de los de abajo, se mantiene con ese mismo voto ( contra andanadas del imperialismo a nivel mediático, propagandístico y operetas de inteligencia varias), le es fiel  a sus votantes en sus actos de gobierno de 14 años provocando que lo llore a su muerte esa mismísima gente, renuncio definitivamente a todo apelativo de "inteligente", que nunca faltará quien lo lo esgrima, más en el Uruguay que siempre gusta posar de lo más europeo del subcontinente. Para la ocasión  me reclamo choto, grasa, abombado o lo que sea, pero fiel creyente en una ley muy simple : 2+2=4 .Porque es cuestión de aritmética la situación de las clases populares en Venezuela. Y no por el precio del crudo, que durante un año la aún  naciente Venezuela Bolivariana soportó una bestial huelga en su enclave energético PDV S.A., que generaron pérdidas astronómicas. Y siguió adelante a pesar de ello con más fuerza aún. Porque es cuestión de aritmética el impresionante apoyo popular de Chávez, refrendado hasta el hartazgo en las urnas en un sistema calificado por Jimmy Carter como "ejemplar".

Porque es cuestión de aritmética el constatar que los  "inteligentes" autóctonos lo único que pueden recomendar al pueblo venezolano es NADA- ABSOLUTAMENTE NADA. Porque millones de venezolanos ya encontraron un camino hacia SU dignidad, justicia, igualdad y paz ¿Y quién corno nos hace creer más avanzados en algún sentido medianamente sustantivo, salvo actos de neto prejuicio y arrogancia'

Ya no hay ametralladoras en una simple panadería. No gracias a los "inteligentes" opinantes, sino a los millones de simples votantes. Las recomendaciones "inteligentes"  a menudo conducen a la Venezuela del pasado, que como principal característica tiene una: YA FUE. Y agrego, con perdón de tanta "inteligencia" oriental, que proviene incluso de plañideros exmandatarios que le recomiendan salidas a países ajenos mientras casi funden el propio: Ojalá que lo que ya fue, NUNCA MAS sea.

A Chávez el ser humano se le podrá juzgar con mayor o menor benevolencia. A Ud. le puede haber gustado mucho, poco, nada, o haberle disgustado visceralmente su accionar personal: en su derecho está.



A Chávez el presidente hay que recordarlo como  quien sacó las metralletas de las panaderías, el que llenó de misiones los barrios, el que propició el ALBA y la CELAC mientras  la "inteligencia" pan-amareicana  (bien valen las dobles lecturas) clamaba por la "seriedad jurídica" (léase TLC con USA). Casi nada lo de Chávez, vea. No lo llora gente muy, muy dura porque le sobren lágrimas o le falten motivos para el lamento en su historia vital, créame que no.

Nadie será igual a Chávez. Pero no se necesita. Alcanza con tener buena memoria. Alcanza con reconocer errores y prejuicios. Más aún, alcanza con haber estado a pocos metros. A pocos metros de la vida, de la pueblada, de la apabullante demasía, del desborde verbal y cromático, del sello indeleble de la pertenencia al pueblo- pueblo, sin poses ni asesores de imagen munidos de trajes italianos.

A pocos metros del gran líder genuinamente popular Hugo Chávez Frías, la mejor noticia de América Latina desde mucho (demasiado) tiempo. La primera vez en tal largo lapso en que se habló de Revolución y simplemente  comenzó a hacerse y punto , con los escozores que son de rigor, que la derecha prefiere la metralleta en la panadería y gente de color bien clarito en el paradisíaco archipiélago de Los Roques a la gente de los barrios leyendo y votando.

A poco de acercarse a su intimidad, le haya gustado o no su personalidad, en algún rinconcito de la conciencia, a la mayor parte de los latinoamericanos se nos hará evidente que  con Hugo Chávez se fue uno de los que más y mejor hizo por la real unidad regional, flechada hacia los intereses de los más humildes. Habló mucho , es cierto, pero mucho HIZO y que venga quien sea a comparar números, tan indisimulables como metralletas en una panadería. Tan indisimulables como un pueblo que necesitó el líder excepcional para echar andar, pero que ya hizo camino y solo seguirá adelante, para madurar y crecer. Pues cuando vuelve la vista atrás, ciertamente ve la senda que nunca más puede tolerar volver a pisar.