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viernes, 1 de junio de 2012

La NO-POLEMICA entre Emiliano Tuala Cerdeña y Victoria Rodríguez. Gonzalo Perera



1.No tengo el gusto de conocer personalmente a la Sra Victoria Rodríguez. La recuerdo conduciendo un programa en el que viajaba, mostraba bellos sitios y hacía gala de un uso fluído y muy correcto de otros idiomas ( mi memoria no retuvo cuáles, pero tengo la sensación que se expresaba muy bien en más de un idioma no-materno). La sobriedad con que aparecía y esa capacidad de expresión, me generaron una buen impresión de la Sra Victoria Rodríguez, como una periodista capacitada para la tarea que asumía.
2. En tiempos más recientes, ví a la Señora Rodríguez conducir otros tipo de programas, que no me generan interés y en algunos casos, no son de mi particular agrado. Eso no quiere decir que sean malos, estoy hablando de subjetividad pura: a mí no me gustan. Y por ende hago lo corresponde y lo que lamentablemente, he terminado haciendo con casi todo el dial televisivo uruguayo, con excepción de TNU y algunos programas muy puntuales de las grillas , al menos , y sin hacer mayor esfuerzo de memoria, recuerdo que miro con cierta regularidad tres programas del canal 10 y uno del 12. Naturalmente, como se dijo antes, no es más que una materia de gusto personal, la expreso para situar claramente mi grado de desconocimiento de la trayectoria de la Sra Victoria Rodríguez y de eventuales competidores. Y porque me parece sano y bueno cuando se desconoce algo, admitirlo sin más vueltas. No es pecado no saber. No ser prudente frente a lo que no se sabe, es un peligroso salta al vacío.

3. En cambio, conozco a Emiliano Tuala Cerdeña. Es un joven universitario ya casi egresado, que suele compartir sus opiniones e intereses a través de Facebook y con quien tengo una gran sintonía, compartiendo en un 99% los conceptos que expresa de manera- a mi juico, subjetividad absoluta, nuevamente- de manera absolutamente brillante. Tiene una opinión de una lucidez e inteligencia completamente inusuales, que además las sabe expresar excelentemente. Es extremadamente creativo, tiene un muy incisivo- a menudo irónico- sentido de humor, al que recurre a menudo. Porque se lo he dicho a él, puedo expresar abiertamente que admiro profundamente su capacidad y que me parece de los tipos más capaces, originales y comprometidos que he conocido en el mundo virtual. Es un tipo que se juega por lo que cree y discute con quien sea,  pero lo hace siempre con inteligencia, con argumentos, de frente, y con las más sanas intenciones y conductas intelectuales. Además, he tenido reiterados indicios de algo que quizás supera a todo lo anterior: tengo la caso absoluta certeza que Emiliano es un gran tipo, y me alegro que se dé la conjunción de talento, juventud y calidad humana. Nos va a hacer bien a muchos prestar atención y aprender de lo que Emiliano puede brindarnos (y generosamente suele hacerlo).

4. Hace pocos días leí una impecable carta abierta a la Sra. Victoria Rodríguez escrita por Emiliano Tuala Cerdeña. No tenía ninguna palabra fuera de lugar, aunque era fuerte, a menudo recurría- como suele hacer Emiliano- a la ironía y denotaba un sincero y profundo enojo, debido a que la Sra Rodríguez se habría referido en términos inadecuados al barrio Colón- al que describió como casi marginal y en el que se preguntó como era posible vivir , al tiempo que tuvo afirmaciones bastante duras- y me parece que injustas, por generalizar alguna mala excepción al todo- sobre el conocido Complejo América.

5. Más allá de la confianza que me merece Emiliano, miré la grabación de la Sra. Victoria Rodríguez atentamente. Y no tengo la menor duda que- aunque no haya sido su intención, cosa que sólo la conciencia de cada individuo puede conocer- las expresiones de la Sra Rodríguez fueron completamente infelices y estigmatizadoras de una zona donde un gran conjunto de gente de bien ha hecho y hace sus vidas sanamente. Entendí por ende, por qué, desde el sentido de la pertenencia y defensa del prójimo que sólo tiene la buena gente, Emiliano escribió su apasionada carta y concluí que sin duda, tenía razón. Me di cuenta que si alguien se expresara de modo similar sobre mi Rocha natal, por ejemplo, quizás con otras palabras y otro estilo-  seguramente no mejor, simplemente distinto por ser la forma de expresarse una característica de cada persona- habría actuado de la misma manera que Emiliano. Su carta me pareció un gesto valiente, de claridad meridiana, reflejo de una indignación muy sana y que más vale que nunca nos falte: la que produce sentirse en presencia de una injusticia. Excelentemente escrita y no insultante, sí era dura, pero en sí misma implicaba un acto de generosidad democrática, pues permitía a la Señora Rodríguez responder, habría un espacio para algo característico en las democracias y entre las sociedades humanas: el diálogo, que cuando se centra en disensos se llama polémica y si es respetuoso, es de lo más saludable y constructivo para la comunidad. de una polémica sincera y educada, siempre salen más y mejores ideas que las que se disponían antes.

6. Es de Perogrullo decir que todos nos podemos equivocar en la vida. Y  a veces muy feo. El que no tenga pecado que tire la primera piedra y ciertamente no cuenten conmigo para ello. Pero a esta altura de mi vida, me consta que es muy sano y absolutamente necesario, admitir los propios errores con equilibrio. Lo cual supone no mortificarse ni culparse de por vida o enojarse con el propio pasado (que no es posible modificar, asi que es un enojo inconducente), pero tampoco culpar de todo al Universo. Es raro que una persona tenga toda la responsabilidad en un hecho desgraciado, y que haga descargos, pública o internamente, determinando algunas cosas de las que no le corresponde sentirse responsables, no sólo está bien, sino que es necesario para no caer en la auto-flagelación exagerada.  Ahora bien, reconocer los puntos donde nadie sino uno se equivocó, es tan necesario como lo anterior. Nadie sale de la fría sombra de un error sino empieza por reconocerlo. Lo cual insisto, aún en un personaje público, puede ser en forma reservada, en un examen de conciencia íntimo. Pero si algo se manifiesta públicamente, obviamente es necesario que así como pueda haber descargos, aparezca la alusión al error propio y no es necesario incluso entrar en excesivos detalles. simplemente reconocer que, entre otros posibles factores, hay que explicar el hecho por un error personal.  En la medida de lo posible, es saludable tener además gestos de desagravio, reparación o devolución a los damnificados, si los hubiera, por el error propio. Y la vida está hacia adelante, por lo que  tanto como no se puede cambiar el pasado, es imperioso que la experiencia del error ayude a no cometerlo nuevamente en el futuro.

7. La señora Victoria Rodríguez, desde la pantalla de TV (algo de bastante mayor penetración que  una opinión internauta para el público del Uruguay de hoy),  salió al cruce de la carta de Emiliano. Sinceramente, creo que fue mucho peor la enmienda que el soneto. Asumió el rol de víctima, no aprovechó la oportunidad para pensar si al menos alguna de sus afirmaciones no era infelices y en el borde de los estigmatizante. No, simplemente expresó su indignación de que "un muchacho" la criticara (que no atacara o insultara, reitero). Me parece, con toda modestia y sinceridad, que la Sra,. Victoria Rodríguez desaprovechó una excelente oportunidad de salir con gran altura y elegancia simplemente  disculpándose si alguna de sus expresiones habían sido desgraciadas y manifestando que la presión de su trabajo la condujo a no sopesar debidamente los términos que usó (mero ejemplo). Estoy seguro que de haber actuado de esa manera, Emiliano, un tipo noble, habría sido el primero en reconocerle el gesto y manifestarlo públicamente. Sin embargo, no sólo desaprovechó esa oportunidad, "aclarando oscureció" y amplificó su error inicial con su actitud refractaria ante la crítica, de extrema rigidez ante un opinante que le planteó una polémica desde condiciones muy desiguales (Emiliano no es conductor de TV) y la remató con una frase muy poco feliz, señalando que no debía pedir disculpas por no haber vivido en un barrio marginal.  Esa frase es errónea desde su concepción, ya que naturalmente cualquier persona sensata agradece el haber tenido una cuna y/o educación de altos valores, pero eso no tiene relación estricta con el lugar donde se nace.  Pero además, queda implícito en ese dicho el considerar a Colón o al Complejo América un zona marginal, con lo cual se eleva al cuadrado el error inicial.

8. No conozco a la Sra. Victoria Rodríguez y por ende no tengo el menor elemento para suponerla mala persona o innoble. Y por principio, creo en la buena madera de la que está hecha la inmensa mayoría de la humanidad y en la capacidad distintiva y propia del ser humano de recuperarse tras un error, asumiéndolo y siguiendo adelante, corrigiendo el camino.

9. Por ende, no pierdo esperanzas que este episodio tenga como desenlace el único lógico: que la Sra Victoria Rodrñigues en lugar de autovictimizarse, lea con serenidad la carta de Emiliano  y revea críticamente sus dichos. Y que como resultado, en un gesto que no le llevará más que algunos segundos y que dará cabal cuenta de una actitud de nobleza, manifieste que al "muchacho", cuyo nombre es Emiliano Tuala Cerdeña, le debe una disculpa, reconociendo que se refirió de manera inadecuada a las comunidades aludidas, y que frente a la oportunidad de enmendarlo, sumó una nueva actitud infeliz a la anterior, quizás explicable por enojo, "manija" o similar. Puede también agradecerle a Emiliano el que le haya planteado una polémica y disculparse por refigiarse en la no-polémica de quien se ubica en el rol del agredido y no concede espacio alguno a las razones y buenas intenciones del otro.

10. En la base de todo, subsiste un hecho bien simple. No se trata de que la Sra. Victoria Rodríguez se disculpe por no haber nacido en un barrio  marginal, claro que no. Se trata que se disculpe ante los vecinos de Colón, del Complejo América, porque por dos veces los trató de marginales. Y eso, de por sí, es marginar. La salida de la Sra Victoria Rodríguez bien podría ser la señalada: la disculpa y el enderezar el derrapaje, que nadie nació sabiendo ni tiene por qué exigirse acertar siempre. Una disculpa, simple y clara, y a seguir con la vida asimilando la experiencia, constituyen la actitud  que quizás no sea la primera reacción instintiva frente a una carta crítica, pero es la sana, saludable y constructiva para todos, en particular para la propia Señora Victoria Rodríguez y su público.

11. Como jamás pretendo objetividad, y he dejado expresa constancia que una persona no la conozco y otra sí, que le reconozco grandes virtudes y que  en lo afectivo cuenta con una profunda empatía de mi parte, aprovecho para mandarle un fuerte abrazo al "muchacho", Emiliano Tuala Cerdeña. a quien le pido que siga siendo el tipo derecho, frontal, claro, inteligente, agudo, original y comprometido que he aprendido a admirar y querer. Y a los colegas periodistas, si es que han de incursionar en este tema, les pido que den a Emiliano la oportunidad debida de mostrar su capacidad y la excelente madera de la que está hecho. Porque de todas las sombras hay que sacar una luz, este episodio, que fue una clara "gaffe" mediática que se puede reparar en segundos, como se señaló, puede, por añadidura, servir para que muchos uruguayos conozcan que entrte la juventud que tanto se demoniza y caricaturiza, hay talentos y noblezas, como los de Emiliano Tuala Cerdeña, merecedores del mayor de los respetos. Y por qué no, admiración, que es bueno que en este país los de mayor edad empecemos  a admirar los talentos de los que tienen menos años. Intuyo que abanonar la actitud una tanto envejecida espiritualmente de "escuchá botija" por la de "¿Me explicás, me ayudás?" cuando nos referimos a alguien más joven, nos puede hacer mucho bien: Tanto bien como  el que producedirimir diferencias en polémicas y no enajenarse de tres palabras y un signo de puntuación: "Disculpen, me equivoqué".




4 comentarios:

  1. Gracias por exponer tan claramente la No Polémica entre Emiliano y la Sra. Victoria

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  2. Le quería escribir algo muy similar a esto a Emiliano, a quien no conozco pero que he aprendido a apreciar leyendo sus comentarios en feizbuk. Me ahorraste el trabajo. Me parece increíble, como fenómeno de comunicación, loo que generó la carta de Emiliano. Para mí, que me encanta analizar los fenómenos en comunicación, me resulta muy interesante analizar kiwi que una carta abierta, usando una red social como medio, logró generar en tan poco tiempo. Por otro lado me parece increíble la ignorancia de la Sra. Rodriguez sobre su responsabilidad como comunicadora en un medio de tanto alcance como un programa d de tv. Creo que justo es un tema del momento, este que plantea Emiliano, la responsabilidad de los medios de comunicación, en momentos en que el gobierno se apresta a enviar al parlamento leyes en este sentido. Cómo sociedad nos debemos reflexionar al respecto. Y los comunicadores son de los primeros...

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  3. Excelente tu aporte. Creo que la Sra. Rodriguez debería reflexionar... Ahora tienen que ser dos... una al Barrio de Colón y otra a nuestro querido Emiliano... Este muchacho es un orgullo... su estilo... es una cita permanente sus aportes en FB... creativo y con su humor te hace pensar... Humildad seguro le falta a esta Sra. Así como duda de un arrepentimiento, porque fue por más... se agrandó... Vaya mis saludos a nuestro querido barrio Colón, al Complejo América... donde tengo tantos amigos y compañer os... TRABAJADORES Y LUCHADORES...

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  4. Me parece super interesante tu planteo.

    http://malatestas.blogspot.com/2012/06/la-opinion-hace-ruido-el-anarquismo-de.html

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