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domingo, 29 de septiembre de 2013

De Temblores y Cimbonazos. Gonzalo Perera. EL POPULAR. 27/09/2013

A mis ya lejanos 16 años, poco antes de venirme a estudiar a Montevideo, en mi Rocha natal, algunas publicaciones de diverso grado de legalidad, que llegaban a mis manos por vías diversas,  me venían advirtiendo  que en el mar del estudiantado uruguayo, el oleaje de rebeldía comenzaba a ser claramente perceptible.

Y para un gurí que desde los 14 años hacía lo que podía para ayudar a terminar con el suplicio cotidiano del país del autoritarismo, barbarie e ignorancia, esa noticia fue un aliciente excepcional para desear trasladarse a la capital a ser parte de aquella “movida” que se veía crecer de manera gradual, perseverante, pero permanente.

En 1982, utilizando los resquicios legales abiertos por la dictadura, había nacido la ASCEEP, Asociación Social y Cultural del Estudiantes de la Enseñanza Pública, que comenzaba a unificar las reivindicaciones estudiantiles. La ASCEEP coexistía con las clandestinas FEUU Y FES ( en Universidad y Secundaria, respectivamente) , con un grado de armonía  variable, hasta que en en 1984 se produjo por fin la fusión que vio nacer a la ASCEEP-FEUU y ASCEEP-FES, sellando esa etapa previa de maduración y unificación.

En el interín, amén de interminables discusiones sobre preciosismos estratégicos y tácticos que hoy pueden parecer hasta difíciles de entender, se trababan grandes núcleos de consenso y confluencias de esfuerzos, no entre todos, pero sí entre enormes mayorías.

Si me disculpa el intimismo, querido lector, le comento que apenas llegado a Montevideo, me integré a ASCEEP a nivel de enseñanza secundaria y con 17 años recién estrenados, me tocó vivir la semana del estudiante de 1983, que tuviera su clímax en la marcha del estudiante del 25 de setiembre de 1983. 30 años atrás, tiempo más que suficiente como para aquilatar debidamente aquellos gestos y aquellas consignas.
De muy conocida pluma, el himno de aquella marcha era fruto del movimiento de murgas universitarias, riquísimo fenómeno de esos tempos y convocaba de manera más que  clara :

“Estudiante sal afuera, rompiendo la soledad, la noche se hace día, sal afuera y lo verás”

Según dicen muchos, fuimos 80 mil jóvenes los que nos terminamos conglomerando en el Franzini tras marchar por las calles de Montevideo, ocupando hasta el último pastito de la cancha del tradicional “tuerto”.  Nos había precedido el enorme e histórico 1 de mayo,  y nos imbuía una adrenalina única, propia de reconocerse parte de una misma historia aunque no nos conociéramos las caras y las edades y procedencias fueran muy variadas.

Eramos muchos temores, ansiedades, esperanzas, muchísimo temblores, rabias contenidas, muchas largas esperas que se juntaron para salir afuera, rompiendo la soledad. Y se hacía obvio que la noche de la dictadura ya se estaba haciendo día.

Poco antes, en el penúltimo gran empuje represivo de la dictadura, cuando los decretos de agosto de 1983, había habido tanto represión callejera a mansalva en frente a la sede de la Universidad como selectivo y feroz ensañamiento con un muy activo núcleo de militantes de las UJC, entre los cuales muchos estudiantes de la Facultad de Ingeniería.

Por ende, aún no era obvio cuándo terminaría esa etapa de la lucha social y política y cuánto podría costar. Pero se palpaba en el ambiente que ya se iba a acabar.

A mí me recuerdo en aquella marcha con algo de miedo, con mucho de excitación, con ojos asombrados y casi extasiados por ver cuántos éramos y como el grito de cada quien multiplicaba al contiguo.

Pero sobre todo, me recuerdo en el medio de una genuina marea de rebeldía estudiantil, organizada, disciplinada, pero no por ello menos rebelde sino más eficaz. Recuerdo el apoyo de los compañeros trabajadores organizados, de la gente que salía a la calle a aplaudir, de los bocinazos de los buses.
No éramos héroes, al menos ciertamente no lo era yo, pero creo, con todo respeto, que la gran mayoría no estábamos allí por heroísmo. Estábamos por algo mucho más simple y fuerte: por la esperanza en un mañana muy diferente y por un agotador hastío con la realidad que vivíamos todos los días, por no soportar más los pelitos cortos, las corbatas, las faldas reguladas, el pensamiento recortado, las voces acalladas, la prepotencia, la burrada y la violencia institucionalizadas.

Naturalmente había  en aquella marcha muchos pensares que iban más lejos, y que veían en aquellas manifestaciones de masas avances decisivos en la trama de la lucha de clases en el Uruguay de la época.  Pero aún el más sólido militante revolucionario del momento, estoy seguro que antes que nada sentía un sol en el pecho al ver como la energía se multiplicaba de mano a mano, de voz a voz, de rostro a rostro.

No éramos héroes. No fuimos ejemplares ni insólitos. Hicimos, cada quien desde su nivel y responsabilidad, lo que resultaba posible para ese momento y coyuntura.

Como lo sigue haciendo hoy la FEUU. Que atravesó la década de la indiferencia, que capeó las dificultades que el acceso de la izquierda al poder plantea a las organizaciones sociales, y que está allí, luchando con su estilo y sus consignas, que no son ni mejore sin peores que los del 83 o 73, sino simplemente diferentes y adaptados a otro lenguajes, otra cultura, otra realidad societaria.

Aquel 25 de setiembre de 1983 me quedé con la sensación de haber sido uno de los miles de temblores ( de excitación, de miedo, de ansiedad, qué se yo…) que al unirse y sintetizarse, generaron un cimbronazo político, que arrimó un poco más a la dictadura a su fin.

Sigue y seguirá habiendo temblores, que sintetizados, unidos y organizados, se hacen cimbronazos. Así es y así debe seguir siendo, aún cuando gobierne el FA, porque los cambios sociales no son tarea meramente gubernamental sino ante todo societaria.

Sin militancia temblando y sacudiendo la agenda política, el status quo termina por llevar las de ganar, gobierne quien gobierne.

Sin infantilismos, con adecuación al contexto y coyuntura, el pueblo en la calle no es obstáculo de los cambios, sino su mayor garantía.

Por ello, y con muy especial recuerdo a tantos nombres queridos que allí estuvieron y hoy ya no nos acompañan, un recuerdo cargado de emoción a quienes protagonizaron, apoyaron o alentaron aquella marcha.


A todos los que hicieron posible que un simple temblorcito de 17 años, en medio de una marea de decenas de miles de pares, se sintiera parte de un cimbronazo  y reforzara la idea que la Historia no es acopio de eventos excepcionales, sino la acumulación y construcción cotidiana que hace posible que, cada tanto algunos eventos notables salgan afuera, venciendo la soledad, logrando que, por fin, la noche se haga día.


jueves, 22 de agosto de 2013

TU OPINION SOBRE POLITICAS PUBLICAS DE COMUNICACION

He sido invitado , del 30 de aosto al 1 de setiembre a participar en el III Encuentro Latonoamericano de Comunicación en Buenos Aires, como expositor en "Políticas Públicas de Comunicación". Mis opiniones al respecto son bastante conocidas y las he expuesto en varios ámbitos.

 Pero nunca viene mal un baño de mínima humildad,  de realidad y de opiniones diversas, todas ricas, sean breves o largas, complejas o bien simples y concretitas,

TE PIDO TU APORTE: ¿QUE DIRIAS TU QUE DEBERIA SER LA MEDULA DE LAS POLITICAS PUBLICAS DE COMUNICACION (RADIO , TV; PRENSA; INTERNET,....) EN NUESTRO PAIS Y LA REGION?

Obviamente compartiré lo que resuma de los aportes que surjan, con las referencias que correspondan a sus autores.

Te agradezco compartas tu vision aqui.

Gracias! Gonzalo

martes, 13 de agosto de 2013

Seguridad, Racionalidad y Memoria. Gonzalo Perera.

Toda sociedad humana que se precie de tal, debe ser razonablemente segura. Y debe reconocer, también, que es inevitable que exista cierto grado de inseguridad. Que por menor que sea, cuando golpea cerca o de manera particularmente dolorosa, nos indigna y angustia. Y es lógico y natural que así sea.

Toda sociedad humana que se precie de tal, debe también ser racional. Con la capacidad colectiva de anteponer a la pasión o afectación emocional de una circunstancia muy tocante, el análisis mesurado, prudente y sensato de su realidad. Por supuesto que, cabe la precisión, también debe concederse espacio para lo irracional. Que no suelen ser racionales ni los mayores actos de amor ni los desbordes emocionales. Y donde habita nuestra especie, es absolutamente inevitable que habiten todas las pulsiones de surgen de nuestra afectividad.

Ahora bien, si una sociedad, ante una situación concreta de inseguridad, se sumerge  de lleno en la irracionalidad,  prescinde totalmente del análisis, se empapa de la sensibilización e irritación circunstancial y enceguece su capacidad diagnóstica, entonces se va de bruces al despeñadero y sin frenos.

En los últimos días, un hecho de intensa violencia ha ocupado enorme espacio en la atención pública.

En una muy transitada zona de Pocitos, una banda fuertemente armada asaltó una sucursal de El Correo. Personal policial llegó a tiempo para contrarrestar el hurto y salvar ciudadanos inocentes que habían quedado expuestos. Como consecuencia de la rápida repuesta policial, se desató una furibunda balacera, de la cual resultó asesinado el joven agente de segunda Carlos Eduardo Rodríguez, oriundo de Tacuarembó, y recibió siete impactos de bala el agente Carlos Doyenart (al momento actual, felizmente en plena recuperación) .

En primer lugar lo obvio: es natural que genere inquietud un hecho asì. Es lògico que genere indignación la violencia desplegada por los delincuentes. Y es propio de gente de bien sentir como inmensa pérdida la del joven efectivo policial- quien según los relatos, guardó un comportamiento heroico en la ocasión-  así como pensar dolida y solidariamente en su familia, en sus amigos, en su joven vida tronchada en un acto de defensa de la seguridad de los ciudadanos expuestos, trabajadores, gente como Ud. y yo, querido lector. Y es imposible no sentir congoja ante la manifestación de su padre, sobre que el agente "llegó tarde" para solicitar su traslado de retorno a su ciudad de origen.

Hasta este punto,  creo haber descrito un camino que, detalles  más o menos, toda persona de bien  seguramente recorre en sus pensamientos o sentimientos.

Pero de allí en más,  he podido constatar que hay amplio espacio para la apelación a la racionalidad responsable o a la irracionalidad y el peligroso desborde u oportunismo. Muy particularmente, desde los grandes medios de comunicación.

Actuar con racionalidad supone empezar por reconocer que robos de este tenor ocurren desde hace décadas. A veces en zonas menos transitadas, o menos densamente pobladas, o con menor espectacularidad. Pero hurtos con despliegue de violencia en locales de pago, comercios y afines, si  se hace memoria, se recordarán desde  los 80, como mínimo. Y no se trata de “mal de muchos, consuelo de tontos”. Se trata de ubicar cada hecho en su contexto.

El segundo punto a considerar es que el personal policial llegó a tiempo e intervino en el momento que el acto criminal transcurría, y todo indica que intervino de manera adecuada para proteger a los ciudadanos allí presentes. Si la intervención pudría haber sido mejor o más segura para el propio personal policial, no soy especialista en el tema y no tocaré de oído al respecto. Pero recuerdo claramente, en esa larga lista de décadas, de muchos casos en que la intervención policial no llegaba a tiempo y por ende no había enfrentamiento, sino consumación del hurto y alguna que otra vez, innecesarios actos de violencia contra trabajadores de los locales afectados.

El tercer punto a consignar es que las grandes urbanizaciones suelen ser más violentas que las pequeñas ciudades. Por razones obvias: mayor intensidad en la exclusión socio-económica, menor contención societaria, mayor dilución de los vínculos humanos, mayor facilidad para quien actúa al margen de la ley para movilizarse en diferentes zonas sin ser reconocido, mayor densidad e interconexión de las redes de delincuencia, etc. No es un problema intrínseco a Montevideo ser menos segura que una pequeña ciudad del interior. Es propio a toda ciudad comparable por tamaño y nivel de actividad, sobre todo si sufrió las décadas de marginación y exclusión neoliberal, auténticas sembradoras de violencia estructural y a largo plazo.  Más aún, todo estudio comparado serio, indica que dentro del conjunto de ciudades de su talla de nuestra región, Montevideo es la más segura.

Nada de esto minimiza lo que ocurrió, lo que nos ha pasado a muchos uruguayos alguna vez, ni lo que ocurre día a día en nuestras calles. Lo contextualiza, acto indispensable para una respuesta racional y atinada.

En esta contratapa se han formulado puntualmente algunas críticas al accionar del actual Ministerio del Interior, y se ha hecho de forma muy clara, como en el momento de los desafortunados "megaoperativos", por ejemplo. Y nadie puede decirse de izquierda sino practica de manera radical la autocrítica, y apuesta a la corrección de su accionar, por grandes o pequeños que hayan sido los errores que descubrió en sí mismo. Por ende, con todo respeto, aquí no se le cede prioridad a nadie a la hora de tener un juicio crítico sobre la gestión del Ministerio del Interior. Pero juicio crítico racional y leal. No oportunismo ni utilización de la desgracia para dar rienda suelta a  todo tipo de barbaridades. Para empezar, cabe preguntarse si es posible reclamar al Ministerio del Interior que hechos como éste- lamentables, lacerantes, insito que no pretendo minimizarlos- no ocurran jamás. Y para cualquier ciudad de dimensiones comparables a las de Montevideo, pedirle semejante acto de magia al Ministro del Interior me parece completamente descaminado y presumo que se trate o bien  de aprovechar la oportunidad para pasar facturas políticas partidarias, o bien de un razonamiento imbuído de la pasión del momento. 

Pero, finalmente, uno de los puntos más preocupantes de estos días y qu emerece especial destaque ha sido la actitud de algunos "comunicadores". Que desde diversos medios de comunicación, desde programas de "análisis", "informativos", "homorísticos" o lo que fuera, han tratado de servirse de la comprensible indignación popular para difundir impunemente una prédica no sólo irracional, sino fascistoide y extremadamente peligrosa: la de militarizar la sociedad, la de culpabilizar a priori la pobreza o el mal aspecto y tantas y tantas barbaridades de similar catadura. Semejantes manifestaciones no sólo son dislates, sino que son incitación  al desborde de la violencia, que instigan a mayor y más grave inseguridad.

A todas las víctimas, todo mi respeto, un apretado, silencioso y muy sincero abrazo. A todo conciudadano, la comprensión de la inquietud, indignación y rechazo que compartimos ante estos actos de violencia que deben ser prevenidos desde la base de la sociedad, pero también, obviamente, eficazmente reprimidos cuando ocurren. No pensamos que un análisis de izquierda del tema de la seguridad deba ser angelical, cándido y prescindente del dato real de existencia de redes delictivas instaladas y muy bien vinculadas, a las que se debe combatir y punto, porque tal combate defiende los derechos comunes, y muy particularmente el del trabajador, de quien debe salir o volver a su casa muy temprano o muy tarde. El origen incuestionablemente social, estructural, y de larga data de la inmensa mayoría de los problemas de violencia no exonera del deber de reprimir y evitar los desbordes de quienes están instalados en la vereda del dinero fácil, Sean de guante negro o de guante blanco,  de origen humilde o apellido patricio, rapiñeros de locales de pago o rapiñeros del sistema financiero entero. Sea que tiren a matar con una pistola o que desencadenen olas de suicidios por vaciar ahorros y vidas de esfuerzo. A TODOS quienes se consideran habilitados a arrancar a los demás el fruto de su trabajo, y más aún si lo acompañan de violencias varias, es de izquierda reclamar que se  les aplique eficaz y ecuánimemente las sanciones previstas en la ley. Asi que nadie aqui propone un comportamiento ingenuo y timorato. Pero sí justo y sensato, no un desmadre multiplicador de la violencia so pretexto de pretender erradicarla.

Por ello,  frente a los portavoces del tremendismo militarizante y alarmista, a la "manija" sesgada y excluyente, culpabilizante de manera sesgada y discriminatoria, me permito recordar que en este país, durante 11 años, se aplicó a rajatabla el "sistema de seguridad" que proponen y proclaman. Cuando todos éramos sopechosos a priori, podiamos ser detenidos "por que sí" y las fuerzas de seguridad del Estado todo podían hacer. Y fue el período más inseguro de la historia del país, cuando más inocentes fueron asesinados, robados, ultrajados, avasallados y de la manera más salvaje e impune. Y donde se cometieron los robos y estafas más monumentales: llámense absurdas compras de redes de radares,  repentinos y acaudalados "patrones de pastoreo", "adquisición" de vacunas que en realidad habían sido donadas. Llámese la maldita "tablita" y su onda expansiva de destrucción social,  llámese apropiación indebida de bebés y tantas, demasiadas atrocidades más.

No se trata de mano dura o mano blanda, se trata de mano justa y sensata. La experiencia societaria nos lo dice muy claramente. Si la muy comprensible aspiración a la seguridad, se desviste de racionalidad y carece de memoria histórica, no nos conducirá a un mejor futuro, sino a reiterar una y otra vez trágicos errores.





viernes, 19 de julio de 2013

El trabajador, el crack y el afortunado. Gonzalo Perera.

"Mirá, mi amor, cuando yo tenía más o menos tu edad, este señor me hizo llorar de alegría levantando por primera vez la copa Libertadores para Nacional y fue campeón del mundo de clubes, fue capitán de Uruguay, jugó dos mundiales... este señor es uno de los ídolos de papá"

El autor de la frase, querido Lector, quien suscribe.La destinataria, mi hija menor, por ese entonces de apenas 5 años, que junto a su hermana miraban con ojos enormes a aquel veterano caballero, aun de firme estampa, que recibía nuestra admiración con una mezcla de alegría y pudor que no muchos hombres logran exhibir. El caballero, Luis "Peta" Ubiña.

El "Peta" falleció a mediados de esta semana, tras haber pasado varias dificultades en sus últimos tiempos. En su cajón, envuelto con la bandera de Rampla Juniors (camiseta con la que en 1964 conquistó el vicecampeonato uruguayo, algo histórico para la época) y con la  de Nacional, se iba el recio y serio protagonista de muchos duelos deportivos- y nada más que deportivos- inolvidables para mí.

Pero también, tanto como su imagen izando la copa en Lima (con camiseta cambiada: otros tiempos, otra ferocidad en la cancha,  otros códigos  afuera), vino a mi mente la condición misma del futbolista.
Ese futbolista profesional que siempre es un trabajador, que raramente es un crack y rarísimamente es un hombre afortunado y con la vida resuelta.

Sobre el pasado no cabe duda. En la entrevista que le hiciera Joselo Olascuaga, el "Peta" Ubiña narra algunos hechos que exoneran de todo comentario

"Cuando fui al Mundial de Inglaterra yo trabajaba ocho horas en una fundición; hacíamos los contrapesos para los ascensores de OTIS. De ahí me iba a la cancha de Rampla a entrenar con el Hugo Bagnulo. ¿Sabe lo que es trabajar ocho horas y que encima después lo agarre el Hugo? Quedaba muerto. Y en Rampla llegamos a estar seis meses sin cobrar. Después del Mundial pasé a Nacional. Dejé la fundición donde ganaba cien pesos y en Nacional pasé a ganar trescientos"

Los cracks de antaño, salvo contadísimas excepciones,  terminan sus días de manera extremadamente modesta y en ocasiones, con sendas privaciones.

Pero esto no es de la época del Peta, sino que se prolonga hasta hoy. Jugadores que han llenado de calidad y gloria a  varias camisetas y están en la plenitud de su vida, logran su sustento trabajando de pintores, choferes, porteros, todas ocupaciones completamente dignas, pero que claramente nada tienen que ver con la imagen del futbolista millonario que prevalece en el imaginario popular. 

Hay algunos futbolistas, trabajadores como todo los demás, que son cracks y además de ser cracks, son afortunados: y les toca en suerte el pase que "hace la diferencia", que les aporta sumas siderales de dinero, o que les hace ser protagonistas de spots publicitarios, "celebrities" de empresas, codiciados por "sponsors". En  el Uruguay de hoy, en esa categoría entran Suárez, Forlán, Cavani, Lugano, Abreu...y algunas decenas de jugadores más, que sin llegar a su nivel, han hecho una carrera en el exterior que les permite contar con medios económicos inaccesibles para el común de los mortales. Bienaventurados ellos, por cierto. Pero estamos hablando de 50, quizás 100 futbolistas que pueden mirar el futuro con toda serenidad ¿Qué pasa con todos los demás? Hay miles de futbolistas en el Uruguay, y no sólo en Montevideo, en TODO el país. Todos ellos deben entrenar, a veces  en doble o triple horario, sacrificar mucho de sus vidas personales y sociales desde la infancia, escuchar todos los fines de semanas todas las puteadas existentes y alguna que otra innovación en la materia,  arriesgarse a que una lesión traicionera les corte la carrera abruptamente o que finalmente, tras unos 15 años de trayectoria, haya que  colgar los botines y pasar , a veces , de la ovación e idolatría, al olvido y la vuelta de cara para no saludar. Y varios de ellos son cracks.  Porque NO siempre es el talento el que separa aguas. Pero no tienen la oportunidad, el empujoncito de algún dirigente, de algún técnico,  de algún "periodista", de algún empresario, de alguien adecuadamente "ubicado" que "los coloque". Cualquier futbolero puede rápidamente hacer la lista de no menos de diez jugadores que, con más talento y mérito deportivo que otros que "han hecho la diferencia",  nunca tuvieron esa oportunidad y la explicacion pasa por los vínculos, por las RR.PP. o por zonas más sombrías del acontecer humano, pero no por lo que se puede apreciar dentro de una cancha y con la pelota.

La imagen del futbolista-millonario es la que se fija en la retina popular porque es la que se reitera y promueve desde los medios, pero es la excepción y no la regla, que la constituyen quienes pasan por el fútbol con pasión y dedicación, dejando lo mejor de sí, pero llevándose muy poco más que muchos  recuerdos.

ESA es la realidad de la inmensa mayoría de los futbolistas en Uruguay. Que tienen su gremio, que tienen sus reivindicaciones, que muchas veces irritan al hincha. Pero que responde a que  no todos los futbolistas son cracks, pero sobre todo,  a que NO todos los cracks son afortunados o tocados por esas caprichosas o sesgadas "varitas mágicas"  de la oportunidad. Y a que sólo desde la protección y solidaridad mutua pueden respaldarse.

No se trata de comparar lo incomparable ni de entrar en la vieja táctica de los explotadores de  enfrentar trabajador contra trabajador. No tiene sentido comparar a un futbolista con un trabajador de la construcción o un docente y oponer unos con otros. Por el contrario hay que unirlos en su común condición de trabajadores.

Y de trabajadores explotados. Explotación en el fútbol hubo y hay, porque genera ingresos muy importantes, mueve capitales inmensos, y, visto desde el trabajador, genera enormes tasas de plusvalía. Quién explota y de qué modo lo hace cambia con los años, como en todo terreno de la sociedad. Pero la explotación sigue siendo la realidad de los más.

No discuto que haya algunos futbolistas que ganen mucho o demasiado y lo despilfarren. Conozco casos, por cierto. Pero por cada uno de ellos hay muchísimos que se rompen el lomo y generan ingresos a más de un vivo, que bajo una promesa u otra, logra usarlos hasta que termina por descartarlos.

No todas son pálidas, hay cosas positivas  a destacar. Ya en el primer gobierno del Frente Amplio se lanzó un programa de apoyo  (educativo, alimentario, material, social, etc.) desde el Estado a los divisiones formativas del fútbol uruguayo para preparar para la vida a la inmensa mayoría. Esa inmensa mayoría formada por todos los chiquilines que hacen las formativas y nunca llegarán a jugar en primera, o la de todos los que llegan a jugar en primera pero nunca serán ovacionados, o todos los que alguna vez  son ovacionados pero nunca llegarán a recibir ingresos acordes al capital que reproducen para toda la parafernalia de actividades lucrativas  que pululan a su alrededor.

Detengámonos a pensar solamente en el merchandising, por ejemplo. Cuando el Real Madrid adquiere a Zinedine Zidane al Juventus en la friolera de 120 millones de euros, en EL PRIMER MES del pasaje de "Zizou" por el equipo merengue, éste último ya había recibido utilidades por la compra- en todo el mundo- de la camiseta del club con el nombre de Zidane estampado, por 150 millones de euros. Es decir: mientras Zidane no había tirado una pared, hecho una moña o gol y aún hacía acondicionamiento físico, ya se había pagado el pase y generado un ingreso neto de 30 millones de euros para las arcas madridistas. El merchandising, los derechos de TV, los juegos de apuestas, todos los subproductos del deporte que favorecen al poseedor del derecho de imagen, de determinadas licencias, etc., generan fortunas. Y a ellas contribuyen no solo las estrellas del firmamento futbolero sino todos los que entran a la cancha, preparan, forman, etc. Pero a la hora de las mieles, son pocos los invitados al banquete y no siempre servidos en proporción a su aporte.  

Por cierto, con su programa de atención a los chiquilines que sueñan con construir su futuro en el fútbol,  el FA no ha actuado igual a como lo hicieran tradicionalmente blancos y colorados.  Porque no ha pensado en el excepcional afortunado, sino en la inmensa mayoría. Que no alcanza lo hecho, que la separación de criterios debería ser aún mucho mayor  y que lo realizado es apenas un paso, no seré yo quien lo discuta. Pero, aunque sea parcialmente, quizás muy gradualmente, en mi opinión hay algunos nuevos enfoques en el fútbol, donde en algunos temas críticos aún ni siquiera se entró, pero donde no por ello cabe ignorar lo que sí se hizo.

De mi corazón, al Peta levantando la copa en Lima no me lo roba nadie. Ni la maldita Parca. Al veterano entrañable que besaba cariñosamente a mis impresionadas hijas, tampoco. Y lo que no se le supo reconocer y devolver en vida, no hay discurso o elegía que lo arregle. Pero que su despedida sirva al menos para reflexionar. Para pensar en el laburante del fútbol. En el mundo del fútbol como juego, como deporte, pero también como escenario económico y de juegos de poder varios. Y a pensar en la realidad  del futbolista. Que en su inmensa mayoría es explotado,  como todo trabajador, por el capital que con él se acrecienta.

 Por todos ellos, por el olor a pasto y pasión, pero también por el sudor y esfuerzo de todo futbolista, por los botijas que se preparan para ser futbolistas  pero sobre todo personas que puedan salir adelante cualquiera sea su suerte, un enorme "¡Salud!" a la memoria del  gran "Peta" Ubiña. Y  que para muchos de nosotros, el recuerdo de su templanza y firmeza nos impulse a trabajar más  que nunca para levantar junto a las inmensas mayorías la copa que más importa, la del torneo de la vida,  y sin "pedir pase": siempre vistiendo y sudando la camiseta  de los trabajadores y de los explotados de todas las actividades del acontecer humano.  









viernes, 5 de julio de 2013

Evo, Snowden y los alcahuetes. Gonzalo Perera. Contratapa de EL POPULAR. Viernes 5 de julio del 2013

El tráfico aéreo internacional, al igual que el marítimo, está regido por un conjunto de normas  y reglas que son de elemental sentido común y contribuyen a garantizar la seguridad de las naves y personas .
Así, cuando un avión solicita en tiempo y forma una escala técnica o de simple repostaje a la autoridad aérea de un país, es de estilo que  se le permita realizar el aterrizaje en algún aeropuerto adecuado. Si tal solicitud es además realizada por un avión presidencial, a las reglas y usanzas de cortesía en la  regulación del tráfico aéreo se le suman las más elementales normas de la diplomacia, por lo cual resultaba absolutamente impensable una respuesta negativa a un tal requerimiento.

“Resultaba” es tiempo pretérito, y en el pasado han quedado las más básicas normas de humanidad, cortesía y diplomacia. El pasado 3 de julio formará parte de la historia de la Ignominia, pues al avión presidencial del Estado Plurinacional de Bolivia, que conducía a su Presidente, el compañero Evo Morales, de regreso desde Moscú a La Paz, solicitó autorización para realizar una necesaria escala en territorio europeo y recibió una insólita e infame negativa de Portugal, España, Francia e Italia, debiendo desviarse hacia Viena, donde pudo descender.

Las explicaciones españolas, por ejemplo, se aproximan peligrosamente a la tomadura de pelo. La negativa no ha sido argumentada de manera sólida y resulta imposible imaginarse una razón valedera para semejante destrato  y agresión, de la que fue objeto ya no el piloto del avión, ni Evo Morales, sino el pueblo de Bolivia y la gente de bien de todo el planeta. Sin embargo, la mayor parte de los medios internacionales vinculan la  inverosímil y grosera negativa a presiones de USA ante la sospecha de que en el avión podría encontrarse Edward Snowden, furiosamente buscado por sus antiguos empleadores.

Recapitulemos brevemente: Snowden es un informático de 30 años, que trabajó para la CIA y para la NSA y que recientemente revelara a la luz pública, a través del diario londinense The Guardian y del estadounidense The Washington Post, evidencia fáctica de la existencia de un programa secreto y clandestino de los servicios de seguridad de USA, mediante el cual realizan de manera masiva espionaje e intervenciones  ilegales sobre todas las comunicaciones electrónicas de ciudadanos de todo el mundo. Muchos de quienes tenemos alguna cercanía con el mundo de la tecnología sabíamos muy bien de tales operaciones permanentes, pero Snowden lo hizo innegable y comprensible para el ciudadano en general. A través suyo, el programa SIGAD US-984XN, habitualmente denominado “PRISM”, por el cual las agencias de seguridad de USA consiguen y analizan información PRIVADA  y CONFIDENCIAL de personas de todo el mundo, de manera no-autorizada por ninguna instancia judicial y por ende ILEGAL y cristalinamente ANTI-CONSTITUCIONAL, es ahora de conocimiento público. Obviamente la furia de sus antiguos empleadores ha sido absoluta, llegando a cancelarle anticipadamente su pasaporte, para dificultar sus desplazamientos  y Snowden se encuentra  actualmente en el área reservada para pasajeros en tránsito del aeropuerto de Moscú (por lo cual formalmente no ha ingresado a Rusia), mientras espera respuesta a las múltiples solicitudes de asilo político que ha enviado. Así como España la rechazó de plano inmediatamente, mediante argucias técnicas de baja estofa, el Ecuador de Rafael Correa o la Venezuela bolivariana podrían ser su patria de asilo, y su proximidad política y geográfica con Bolivia es evidente. De allí se alimentó la suspicacia sobre que en Moscú el joven Snowden podría haber ascendido al avión presidencial boliviano y estarse dirigiendo hacia su nueva patria.

Cabe citar  palabras al respecto de un hombre al que mucho admiro, el Canciller del Estado Plurinacional de Bolivia, Don David Choquehuanca, en parte de su conferencia de prensa de urgencia ante el incidente con el avión presidencial

No podemos nosotros mentir a la comunidad internacional llevando pasajeros fantasma. Por eso queremos expresar nuestra molestia, queremos expresar nuestro malestar porque se ha puesto en riesgo la vida de un presidente. Hemos visto discriminación, quieren amedrentarnos seguramente. Ellos dicen que es por cuestiones técnicas, pero luego de algunas comunicaciones con algunas autoridades, nos informamos de que habría algunas sospechas infundadas de que el señor Snowden estaría en esa nave. No sabemos de dónde viene esta información malintencionada, esta soberana mentira. Estamos averiguando. Portugal tiene que explicarnos, Francia tiene que explicarnos por qué han cancelado”

Snowden ha prestado un servicio público con su acto de sinceramiento. Su conciencia no soportó tanta ignominia y no cedió a la comodidad de un salario astronómico. Ojalá pronto pueda continuar con su vida en una patria donde se respeten los derechos de los seres humanos.  Pero Snowden no está en ese avión.

Por supuesto que Francia, España, Portugal e Italia deben las explicaciones que Don David Choquehuanca les reclama. Pero me temo que vendrán excusas y pretextos, tecnicismos, formalidades y frases melifluas. E intuyo que en el fondo, la verdadera razón para semejante grosería y desplante, sea muy simple.

La base del problema es el hombre que SI va en el avión: Evo Morales. El presidente indígena, el presidente sindicalista, el que nacionalizó los recursos formidables del subsuelo boliviano, el integrador del ALBA, el defensor de la Madre Tierra contra los abusos de las grandes corporaciones, el hombre de pueblo auténtico y profundo a la vez, el que ha molestado una y mil veces  a la estrategia regional de la decadente potencia imperial que es  Estados Unidos de Norteamérica.

Viendo la oportunidad de enredar, molestar o tener aunque sea un gesto de desprecio y desconsideración a uno de los mandatarios que más le desagrada,  la Casa Blanca no supo privarse de semejante sensación. A través de cuatro expotencias coloniales, sumidas en una debacle social, fácil materia de presión por lo tanto, intentaron destratar al Presidente Evo Morales, no dándose cuenta que al hacerlo, lo están condecorando. Porque cuando el águila imperial y sus laderos  atacan a un compañero, lo agigantan y dimensionan en su justo valor.


Unas últimas palabras, muy sentidas,  para quien hoy dirige los destinos de Francia. Conocí personalmente a Francois Hollande muchos años atrás, por mi larga vinculación con Francia. Por ese entonces era un simpático, sencillo, chistoso, alegre diputado que ejercía la secretaria general del PSF, que concurría  a la sesiones parlamentarias muy elegantemente trajeado pero conduciendo su motoneta ( o “scooter” como se dice ahora). En estos años el llegó a ser el Presidente de la República Francesa, todo un honor. Pero con su accionar actual, muestra que más que elevarse por la distinción, se ha hundido en la pérdida de todo principio y referencia ética. Pues el presidente de Francia que, como perrito faldero de USA niega su suelo al avión presidencial boliviano, ya no es un compañero, ya no es un hombre sencillo y honesto, alegre y afable. Es lisa y llanamente un reverendo alcahuete y como tal pasará a la Historia. Ojalá, querido lector, que aquel hombre que conocí, nunca hubiera llegado tan alto, para que no terminara cayendo tan pero tan bajo.


jueves, 4 de julio de 2013

Declaración de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad sobre el caso Snowden.

FRENTE AL ESPIONAJE:
NO IMPUNIDAD, NUEVA INSTITUCIONALIDAD Y ETICA DESDE EL SUR
2 de julio 2013


Espiar,  como acto coligado al control hacia países, instancias y personas -connacionales y del mundo entero-, no sólo genera una posición de privilegio para el país espía, de ventajas espurias que recorren desde el espectro político y militar hasta el comercial y financiero, sino que anula los mínimos de ética que, por encima de todo, han canalizado los sentidos de humanidad contemporánea.

Espiar todo y a todos erosiona y deslegitima aún más las instancias formales de ‘convivencia’ internacional, las instituciones encargadas de regular atribuciones, límites y sanciones en ese ámbito. Por sobre todo, vulnera los derechos humanos, los consensos inherentes a las relaciones entre países, entidades y personas.

Sólo varios días después de las revelaciones del ex agente Snowden sobre los alcances y procedimientos del sistema de espionaje de la NSA, empiezan a escucharse reacciones de algunos de los ‘grandes’ afectados.  El silencio inicial parecía indicar anuencia o predisposición a la impunidad, que la confirmación de un ‘secreto a voces’ de esa magnitud sólo tendría interés mediático pero no consecuencias políticas y éticas, que las noticias sobre el asilo o el destino del denunciante eran más importantes que el contenido de su denuncia.

Consideramos, por el contrario, que los alcances y procedimientos del sistema de espionaje de la NSA, expuestos por Snowden, son un grito de alerta sobre la magnitud del control mundial que entretejen las instancias de poder amparadas en el gobierno de Estados Unidos.  Se vuelve una tarea colectiva revelar y reaccionar ante los riesgos para el mundo de una política de control a esa escala

Por eso, respaldamos la tesis del gobierno ecuatoriano de ‘colocar los principios por encima de los intereses’ y apostar por una defensa de los derechos y libertades contemplados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y otros instrumentos, directamente vulnerados por tales prácticas.

Respaldamos también la defensa de la soberanía de los Estados, expresada en la contundente declaración ecuatoriana sobre la renuncia a las preferencias arancelarias por parte de ese país y su oferta de destinar recursos para que Estados Unidos de Norteamérica se capacite en derechos humanos. Expresamos nuestro apoyo al Presidente Rafael Correa en la toma de decisión soberana sobre el asilo que le ha sido solicitado por Edward Snowden.

Consideramos que la propuesta del canciller ecuatoriano Ricardo Patiño para que UNASUR analice y pida cuentas sobre estos hechos debe avanzar cuanto antes. Alentamos a todos los países latinoamericanos y del Caribe, a la ALBA y a la CELAC, a continuar en esta línea soberana y proponer al mundo una postura ética y limpia de impunidad.

Apoyamos y nos comprometemos con el impulso de soberanía plena, que encuentra hoy nuevos cauces, no aparentes o retóricos, sino efectivos y con potencial para configurar reglas y prácticas diferentes desde el Sur.


Alemania: Ricarda Schlittgen, Rainer Schlittgen,
ArgentinaManuel Bertoldi, Frente Popular Darío Santillán corriente Nacional, Claudio Katz, Telma Luzzani, Carlos Ernesto Motto
AustraliaFederico Fuentes
AustriaDario Azzellini
Bélgica: François Houtart
BoliviaAlejandro Dausá
BrasilRoberto Leher, Elder Andrade de Paula, Carlos Eduardo Martins
CanadáMichael Lebowitz, Pierre Mouterde
ChileMarta Harnecker, Ximena de la Barra,
ColombiaDiego Otero Prada, Catalina Toro Pérez, Hernando Calvo Ospina
CubaIsabel Monal, Dmitri Prieto Samsónov
Ecuador: María Augusta Calle, Jorge Orbe León, Magdalena León, Irene León, FEDAEPS, REMTE - Ecuador, Comisión de Dirigentes Indígenas de Ecuador, Manuel Imbaquingo
EspañaSalvador López Arnal, Juan Carlos Monedero, Lois Pérez Leira,
Estados Unidos: Arturo Escobar, Marina Sitrin, John Catalinotto
FranciaArmand Mattelart, Franck Gaudichaud, Jean Ortiz
HaitíCamille Chalmers
Italia: Alessandra Riccio, Gennaro Carotenuto
México: Ana Esther Ceceña, Carlos Fazio, Héctor Díaz-Polanco, Frida Modak, Ricardo Melgar Bao, Oscar Ugarteche, David Barkin, Miguel Socolovsky, Ángel Guerra Cabrera, Ana María Aragonés, Cristina Steffen, Nayar López Castellanos, Efraín León, Catalina Eibenschutz, Marco Velázquez, Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con los Pueblos de América Latina (SICSAL- México), Comité Monseñor Romero, Casa de la Solidaridad Mons. Sergio Méndez Arceo, Cooperativa Azul, Mujeres para el Diálogo, Ana María Rivadeo, María Guerra Tejada, Angeles Martinez Serafín, Jessica Irene Mendoza Cisneros, Helena Caeri Baca León, Juan Arturo Guerrero, Andrea Fernández, Alberto Villar, Estalí García, Eva Luna Marenco Fernández, José Luis Guzmán, Gabriela Sosa Martínez, Ana Leticia Vargas, Juan Antonio Domínguez, Andrés Fonseca
Nicaragua: Aldo Díaz Lacayo
Panamá: Marco Gandásegui
Paraguay: Marielle Palau
Uruguay: Antonio Elías, Gonzalo Perera.
Venezuela: Fernando Báez, Aram Aharonian, Paulino Núñez, Cecilia Todd, León Moraria

América Latina: Articulacion continental de movimientos sociales hacia el ALBA

Declaración de Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad sobre atentado contra Presidente Evo Morales.

PRONUNCIAMIENTO DE SOLIDARIDAD CON EVO MORALES Y CONDENA AL IMPERIALISMO

La Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad manifiesta su indignación ante el atentado criminal perpetrado en la tarde de este martes 3 de julio contra el Presidente boliviano Evo Morales Ayma, de parte del gobierno de los Estados Unidos y con la clara complicidad de varios estados europeos.

La negación de pasar por espacio aéreo o de hacer uso del derecho de un repostaje técnico del avión FAB-001 del Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia por algunos países europeos, no solo es una ofensa contra el primer presidente indígena de América Latina, sino contra el proceso de integración y construcción de la Patria Grande que está recuperando su soberanía y dejando atrás su condición de “patio trasero” de los Estados Unidos.

Bolivia, en la figura de Evo Morales, un campesino cocalero que enfrentó a la DEA en su etapa como sindicalista, y que expulsó al embajador de Estados Unidos y a USAID en su condición de Presidente, es el claro ejemplo de cómo se pueden construir procesos de cambio en favor de las mayorías populares desde posiciones claramente anticoloniales y antiimperialistas.

La cobarde y criminal agresión contra Evo Morales es una señal de amenaza de lo dispuesto que está el imperialismo para acabar con los presidentes y pueblos dignos de América Latina, para destruir la dignidad y soberanía recuperadas y para volverse a apropiar de nuestros recursos naturales.

Llamamos a los pueblos y gobiernos de América Latina, pero también a los pueblos de Europa que sufren la embestida de sus elites políticas y económicas, a denunciar y condenar esta actitud neocolonial de España, Francia, Portugal e Italia, colonias de una potencia decadente.

Ya no es tiempo de imperios ni colonias, es tiempo de pueblos y dignidad!


Adolfo Perez Esquivel (Argentina)
François Houtart (Belgica)
Frei Betto (Brasil)
Theotonio Dos Santos (Brasil)
Monica Bruckmann (Brasil)
Giussepe de Marzo (Italia)
Camille Chalmers (Haiti)
Federico Fuentes (Australia)
Arturo Escobar (Colombia)
Ricardo Antunes (Brasil)
Eduardo Galeano (Uruguay)
Virginia Fontes (Brasil)
German Rodas Chaves (Ecuador)
Jorge Veraza (México)
Alfonso Sastre (España)
Antonio Elías (Uruguay)
Gonzalo Perera (Uruguay)
José Steinsleger (México)
Irene León (Ecuador)
Salvador López Arnal
Eduardo Chacón (Argentina)
Ana Esther Ceceña (México)
Marta Harnecker (Chile)
Michael Lebowitz (Canadá)
Losurdo Domenico (Italia)
Michel Collon (Bélgica)
Nils Castro (Panamá)
Claudia Katz (Argentina)
Roberto Regalado Alvarez (Cuba)
Enrique Ubieta (Cuba)
Gilberto López y Rivas (México)
Isabel Rauber (Argentina)
Atilio Borón (Argentina)
Giuseppe De Marzo (Italia)
Rodrigo Sepúlveda Prado (Chile)
Isabel Monal (Cuba)
Angel Guerra (Cuba/México)
Alberto Acosta (Ecuador)
Katu Arkonada (País Vasco/Bolivia)
Hugo Moldiz Mercado (Bolivia)
Ana María Pellón (Cuba)
Carmen Bohorquez (Venezuela)
Fabían Restivo (Argentina/Bolivia)
Daniel Viglietti (Uruguay)
Moggallan Bharti (India)
Matías Bosch (República Dominicana)
Sirio López (Uruguay)
Enrique Pudret (Uruguay)
Luis Bilbao (Argentina)
Maria Nela Prada (Bolivia)
Nidia Diaz (El Salvador)
Fernando Buen Abad Domínguez (Mexico)
Oscar Silva (Bolivia)
María Bolivia Rothe (Bolivia)
Ricardo Flecha (Paraguay)
Techi Cusmanich (Paraguay)
Camilo Pérez-Bustillo (México)
María Seoane (Argentina)
Oscar Rolando Ramos Palacios (Honduras)
María Cristina Güena (Argentina)
Miriam C. Lourencao (Brasil)
Bolos Jacob Silvia (México)
Vilma Cisneros
Elena Gascón Vera
Angelina Llongueras Altimis (España-Estados Unidos)
Daniel Blindenbacher (Suiza)
Juana García Abás (Cuba)
José Luis Fariñas (Cuba)
Víctor Paulo Gomes da Silva (Brasil)
Eddy Rafael Pérez
María del Rosario Pérez de Pérez
Márlen Mari Sol Pérez
Mauricio Noyola (México)
Francisco Guzmán bedon (Ecuador)
Comité de la Revolución Ciudadana (CRC) "Eloy Alfaro de la ciudad de Cotacachi, (Ecuador)
María Centeno
Carola Arrúe (Argentina)
Vanda De Odorico
Imelda Rincón Finol
Manuel Anxo Fortes Torres
María de Lourdes González (México)
Marcelo Cotton (Argentina)
Fernando Buen Abad Domínguez (México)
Jorge Notaro (Uruguay)
María Lydia Spinelli (EEUU)
 Carlos Alberto Meritano (Uruguay)
Roland J Behar
Alfonso Partida (México)
Beto Almeida (Brasil)
Ciro Armando Galvis Bohórquez
Nora Elichiry (Argentina)
Víctor Ríos
Ernesto Quevedo Mora (Ecuador)
Alonso Herrera De Abreu (Venezuela)
Natalie Conner (EEUU)
Nisleidys Flores Carmona (Cuba)
Lino Arturo Neira Betancourt (Cuba)
Laura Sotelo (Argentina)
Américo Saldivar (México)
Patricia Nazira Ogay-Salomón (Suiza)
Juan Carlos Radovich (Argentina)
Dieter Drüssel (Suiza)
Miguel Alejo Baccaro Ivanoski
Emilio Pinarte (Cuba)
Manuel Tapia (México)
Ismael González (Cuba)
Toni Miró (Paraguay)
Jenny Londoño
Camile Chalmers (Haití)
Julián Despaigne
Leonel Ruiz (Venezuela)
Diego Javier Mendieta  (Argentina)
Gabriela Soledad Guerreros (Argentina)
Eduardo Sguiglia (Argentina)
Marco Rizzardini (España)
Estela Maidac
Edgar Barrero Cuellar
Jorge Etchenique (Argentina)
Mirtha Maraschio  (Argentina)
Alonzo Lainez
José Antonio Monje (Republica Arabe Saharaui Democrática)
Miguel Angel Pérez Pirela (Cuba)
Pablo Quintero (Venezuela/Argentina)
María Luisa Robleo Alfonso (Cuba)
Daniela Ledesma
Jaime Muñoz Mantilla
Liliana Cotto Morales
Isabel Quinteros
Ana María Intili (Perú)
Grupo Tacuba
Pastor Ricárdez
Augusto Montiel (Venezuela)
Laura Fernández
José Mari Lekunberri
Daniel H. Shertzer, Jr.
Patricio A. Brodsky
José Azurdia
Marthy 0rquera
Marilia Guimarães (Brasil)
Cecilia Conde (Brasil)
Carlos Henrique Botkay (Brasil)
Eduardo Ebendinger (Brasil)
Maria Rosa Gutiérrez
Susana Szwarc
Corina Mestre Vilaboy (Cuba)
Jesús Lozada Guevara (Cuba)
Yury  weky (Venezuela)
Nahuel Valentini
Eslayne Coromoto Luzardo Sánchez
Gleenys Alejos Robles (Venezuela)
Jorge Rodríguez guerra
Rodolfo Pozzoni
Daniel Morales Ramírez (México)
Patricio Rodríguez (Suecia)
José Gabriel Giavedoni (Argentina)
José Paulo Guedes
Mariadela Villanueva (Venezuela)
Juan Jorge Harb (Argentina)
Benjamin Arditi (México)
Vivian Auffant (Puerto Rico)
Migdalia Zambrano (Venezuela)
Pablo Ruiz (Chile)
Katiuska Blanco Castiñeira (Cuba)
Carlos Méndez Herrera (Venezuela)
Julia Moro Pumares  (España)
Neuillys Petit (Venezuela)
Rachel Fernández-Trujillo (Venezuela)
Lydia Pallavicini (Argentina)
Isabel Gómez (Chile)
Manuel López Rodríguez
Jesús Gago Fernández (España)
Augusto Montiel (Venezuela)
Francisco Ramírez (República Dominicana)
Luis Alberto Ruiz Saavedra (Cuba/Ecuador)
Silvia Martínez del Río (Uruguay)
Lucía Sepúlveda Ruiz (Chile)
Walter Cortazzo (Uruguay)
Pablo D´Avanzo (Argentina)
Graciela Paraskevaídis (Uruguay)
Coriún Aharonián (Uruguay)
Tibisay Hung
Cristina Quenardelle (Argentina)
Gabriela Tabares (Argentina)
Milton Tabares (Argentina)
José Manuel Muriel (Argentina)
Benjamín Meza (Argentina)
Coco Saade
Edna Ovalle Rodríguez (México)
Rebeca Peralta Mariñelarena (México)
Paco Guardeño Sáez (España)
Deives Malheiro (Brasil)
Evelyn Martínez (Nicaragua)
Olga Lidia Pérez (Cuba)
Jaime Massardo (Chile)
Anibal Jerez lezana
Hanna Chomenko
Editorial Ocean Sur
Gustavo Perez Ramírez (Ecuador)
Alejandro Bovino Maciel
Héctor Efrén Flores Asiego
Athemay Sterling (Colombia)
Juan francisco Seguí (Argentina)
idilio Méndez
Irán Aguilera Abad (España/Venezuela)
Cecilia Todd (Venezuela)
Marina Papadimitriou
Norberto “Champa” Galiotti (Argentina)
Ana Capdevielle
Partido Comunista de Andalucía
Susana Romano Sued
Carlos Enrique Frade (Argentina)
Virgilio Ponce (Francia)
Vasco Sarmientero
Chiazzaro Idamis
Johnson Bastidas (Suiza)
Valentina García Salemi (Argentina)
Mirta Raimondi (Argentina)
Guillermo Herzel (Argentina)
Yobany Wilson Caamaño (Cuba)
Mariano Goyena
Angela Cardella (Argentina)
Ana Teresa Nápoles Disotuar (Cuba)
Patricia Rodríguez Alomá (Cuba)
Anahit Aharonian (Uruguay)
María Elía Capella (Argentina)
Lenny González
Martha Sofía Vargas
Ezequiel Franco
Asier Altuna (Vasco)
Valeria Qinaya Silva Guzmán (Bolivia)
Manuel Mirabal García (México)
Jorge Mario Lewit
Fritz Guo
Horacio Cervantes Martínez (México)
Ron Ridenour
Mario Hernández (Argentina)
Miguel Castro (Cuba)
Pilar Puertas (Alemania)
Víctor Rivera
Rafaela Manso
Florita Penas
Agustín Bejarano (Cuba)
Aziyadé Ruiz Vallejo (Cuba)
Antonia Vallejo Palacios (Cuba)
Juan Ruiz Gómez (Cuba)
José Pablo Bejarano Ruiz (Cuba)
Ernesto Bejarano Ruiz (Cuba)
Vicente Battista (Argentina)
Waldo Salomón (Chile)
Daniel Slucki
Olfa Francis (Venezuela)
Daniel Rivera Méndez
Raúl Ernesto Acosta
Silvia Rodríguez Cervantes
Scarlet Cuadra
Mercedes Versaci
Enrique  G. Rodríguez (Cuba/EEUU)
Andrés Ruggeri (Argentina)
Javier Andrade
Marcos Vul
Aya Nohr (Dinamarca)
Andrea Vlahusic (Argentina)
Gervasio Espinosa
Rafael Antonio Mendoza (El Salvador)
Antonio Carlos Mazzeo (Brasil)
Miguel Angel Lafuente (Argentina)
Francisco José Lacayo Parajón (Nicaragua)
Manuel Jesús Hidalgo Valdivia
Yelina Gómez (Cuba)
Hugo Chinea (Cuba)
Humberto Avilés
Mariana Wikinski
Ester Szlit (Argentina)
Lavy Jacqueline (Francia)
David Antonio Pérez (México)
Paulino Nuñez (El Salvador)
Dichiarazione di Paolo Ferrero (Italia)
Jaime Bech (Uruguay)
Quela Hurtado
Gina Vargas (Perú)
Esteban Fridman
Luis Pablo
José Salvador Cárcamo (Argentina)
Frida Modak Schatz (Chile)
Mónica Barón (Argentina)
Celia Toniolo (Argentina)
Norberto Viz (Argentina)
Gabriela Dueñas
Aníbal Camarasa (Argentina)
Jorge Linares (Argentina)
Francesca Gargallo (Argentina)
Helena Scully Gargallo (Argentina)
Jorge Drkos (Argentina)
Inés Garzón Guerra (Ecuador)
Cristina Coronel Ovelar (Paraguay)
Ramon Corvalan (Paraguay)
Cristina Coronel Ovelar (Paraguay)
José Pino
Natalia Franco (Argentina)
Julio Iraheta Santos (El Salvador)
Juan Chanetón
Angie Ariadna (México)
Emilio Comas (Cuba)
Hugo Trinchero
Clarita Bosio
Gabriel Medina
Matusca Pescini (Italia)
Sol Facuse
Joaquín Carrasco Macarro
Ariadna Biotti Silva (Francia)
Marco Del Bufalo (Italia)
Ana N Berezin (México)
Daniel Campione (Argentina)
Paloma García (Argentina)
Francis Lovell (Cuba)
Beatriz Janin
Julio Salesses (Argentina)
Osvaldo Leon (Ecuador)
Sarah de Roure (Brasil)
Veniero Gaggio (El Salvador)
Antonio Palazuelos Manso (España)
Georgina G Hermosillo
Isaedub Hernández Delgado (Venezuela)
Rafael Vásquez Michel (Bolivia)
Adriana Araneda
Martín Schwander (Suiza)
Jorge Falcone
Andrés Marí
María Isabel García Mayorca (Colombia)
Josie Michel-Brüning
Paula Carabajal (Argentina)
Teo Mayayo (Venezuela)
Casa Nuestra América (Argentina)
Ruxi Mendieta
Miriam Mussett
Rafael Guillén Beltré (República Dominicana)
Aida Quintar (Argentina)
Mirta Clara (Argentina/Suiza)
Montserrat Ponsa Tarrés (España)
Milton Arias (Argentina)
Jorge Hurtado Pérez (Cuba)
Armando Moreno Soto
Ana María Puyo Arluciaga
Isabel Cristina Perozo (Venezuela)
Abner Morales (Venezuela)
Judith Arteaga Romero (México)
Alberto Jones (México)
Sara Rosenberg (Argentina)
Alicia Renda
Carlos Cabal Mirabal (Argentina)
Carlos Schenquerman (Argentina)
Federico Luzzani
Andrea Martin (Argentina)
Gloria Alicia Caudillo Félix (México)
Albert Moliner Fernández (Ecuador)
Pedro L. Véliz Martínez (Cuba)
Antonio Martinez (País Vasco)
Carlos Balmaseda Espinosa (Cuba)
Armando Fernández (Cuba)
Banbose Shango (Africa)
Sergio Guerra Vilaboy (Cuba)
Jorge Ariel Madrazo (Argentina)
Alicia Susana Del Puerto (Argentina)
Sandroje Sjerzinger
Loreto Montero         
Manuel Luna
Adriana Vega (Argentina)
Isabel Ascencio (El Salvador)
Volker Hermsdorf (Alemania)
Marisol Lander (Venezuela)
Ernesto Germano Parés (Brasil)
Enrico Riva (España)
Inés Graciela Mogilner (Argentina)
Martha Oneida Pérez Cortés (Cuba)
Flora M. Hillert  (Argentina)
Elmar Altvater (EEUU)
Randy & Judy (Canada)
Salvador González Briceño (México)
José Mendez (Chile)
Poli Delano (Italia)
Juan José F. Jiménez Pérez
Enrique García Barthe
Luis Fernando Sarango (Ecuador)
Natacha Santiago (Cuba)
Aline Mota (Brasil)
Andrés Sorel (Cuba)
Miguel Angel Maregatti (Venezuela)
Mario Foredo
Norma Galego (Cuba)
Eduardo Mattio (Argentina)
Katharine Beeman (Canadá)
Orlando Cruz Capote (Cuba)
Anahit Aharonian Kharputlian (Uruguay)
Ivete França (Brasil)
Cristina Adrover (Argentina)
Susan E. Babbitt (Canadá)
Sabrina Johnson (Canadá)
Laura Caligaris (Argentina)
Sensenti Ocotepeque (Honduras)
Isaac Rojas (Costa Rica)
José María Torres (Venezuela)
Marianela Curbelo Ramírez (Cuba)
Malena Bareiro
Giulio Santosuosso
Albertina Paulo Candido (Brasil)
Marta Denis Valle (Cuba)
Horacio De Stefano
Natacha Santiago (Cuba)
Pedro Perez Sarduy (Cuba)
Juan Manuel Roca
Gabo Sequeira
Edgar Rubio Marcano (Venezuela)
Modaira Rubio Marcanao (Venezuela)
Carolus Wimmer (Venezuela)
Beatriz  Hernández Sigler (Cuba)
Pedro A. López Saura (Cuba)
Amable Fernández (Venezuela)
Nené Rodriguez (Uruguay/Brasil)
Zulma Laríin (El Salvador)
Ricardo Melgar Bao (México)
Mario Garrido (Cuba)
Jesús Gómez Gutiérrez (España)
Franklin Gutiérrez
Bartolomé Pujals S. (República Dominicana)
Mayela Araya Montero
Julián Sanz (España)
Dario N. Azzellini (Austria)
Lourdes Esquivel (Cuba)
Armando Orosco Tovar
Escarlet Rodríguez
Hugo Victoria Aldape
Techi Cusmanich (Paraguay)
Carlos Navarro (Honduras)
Maximiliano Pedranzini (Cuba)
Yamila Cohén (Cuba)
Rashid Sherif (Túnez)
Slfonso Leija Salas (México)
Roberto Deibe (Argentina)
Néstor José Rodríguez Costello (Argentina)
Mario Ramos
Pablo Imen
José Luis Estevez (País Vasco)
José Luis Díaz-Granados
José Antinoe Fiallo Billini (República Dominicana)
Horacio A. López (Argentina)
Fabricio Estrada
Chien-san Feng (Taiwan)
Dina Cárdenas (Perú)
Roberto Flores Guevara (Francia)
Martha Lidia Ferreira (Argentina)
Noemí S. OliOlivera (Argentina)
Fabrizio Casari (Italia)
Marta Piña (México)
Ubaldo Padilla
Arturo Corcuera (Perú)
Hildebrando Pérez Grande (Perú)
Héctor Béjar Rivera (Perú)
Reynaldo Naranjo (Perú)
Winston Orrillo Ledesma (Perú)
Delfina Paredes (Perú)
Rosina Valcárcel (Perú)
José Luis Ayala (Perú)
Federico García (Perú)
Pilar Roca (Perú)
Chiara Varese (Perú)
Francisco Adrianzén (Perú)
Bruno Portuguez (Perú)
Fanny Palacios Izquierdo (Perú)
Etna Velarde. Pintora (Perú)
Vicente Otta. Sociólogo (Perú)
Gustavo Espinoza (Perú)
Manuel Robles (Perú)
Eduardo Ron Coffil
Joaquín Muñoz
Gilberto Díaz Reyes
Gabriela Giacomini
Klaus E. Lehmann
Telma Luzzani (Argentina)
Neida Atencio Castellano (Venezuela)
Graciela Castro (Argentina)
Juano Villafañe (Argentina)
Pedro Rivera
Ahmine Salah (Nicaragua)
Efraim Davidi (Israel)
Malena Zabalegui (Argentina)
Arnold August (Canadá)
Humberto Betancourt (Colombia)
Andrea Gouverneur (Venezuela)