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jueves, 9 de mayo de 2013

Y porque amor no es aureola. Gonzalo Perera. Contratapa de EL POPULAR, 10 de mayo del 2013


En varias voces, los versos de Don Mario en “Te quiero”  han estremecido generaciones…” Y porque amor no es aureola, ni cándida moraleja”….  Las palabras van entrelazando poco a poco  el amor de pareja con otra forma de amor, que es la del compromiso militante, la de la lucha codo a codo.  Que nunca debe olvidarse, aunque requiera puños apretados y en alto, no es  sino un enorme acto de amor. Amor al prójimo. A TODOS los prójimos.  Amor sereno, amor perseverante, amor indignado. Pero siempre amor. Y por ello jamás indiferente:

1)      A nuestros trabajadores, los que ponen el lomo al crecimiento del PBI, pusieron la sangre contra la dictadura y el hambre durante el jolgorio neoliberal. A su lado, con sus lúcidos y claritos pronunciamientos. Los que llaman a que, sin desconocer que mucho ha cambiado, debe haber – al menos cada tanto- también fiesta en su mantel. Que “redistribución de la riqueza” no es una métrica intrincada para mentes exquisitas. Es lo que se come, lo que se lee, lo que se viste, y como se vive en la casa del laburante. Que tenemos Consejos de Salarios por rama de actividad. Que el trabajador rural y doméstico ya no son esclavos y son sujeto y objeto del Derecho.  Muy bien.  Pero que, si el amor se distrae o adormece, bien  se puede volver atrás. Pero más aún: si el amor no se vigoriza, avanza y enreda  a fondo en las raíces mismas de la clase trabajadora, quedarán muchas deudas de décadas sin laudar. A los que demasiado tiempo sufrieron, es hora de que se proteja aún mucho más su derecho a disfrutar de la riqueza que han generado y generan. 

2)      A nuestros hermanos de la región. De  los que nos separaron diferencias  inventadas por las diplomacias imperiales o a veces, nuestra arrogante ilusión de ser los más europeos de América, como  si fuera blasón Salsipuedes. O motivo de orgullo el haber intentado amputar la memoria del gran y multicolor pueblo que marchó a la Redota con el Karaí Guazú, Don José Gervasio Artigas. Amor a  los presidentes que conducen pueblos y buses, a los que la derecha global y local pretende desconocer con el mismísimo sustento con que celebra el triunfo  regional de un hijo dilecto de la más rancia oligarquía, en un genuino paradigma de la falacia y la inconsistencia lógica.


3)      A las mujeres, fundamentalmente gurisitas  y pobres, que antes de saber qué  rumbo puede tomar su vida, ya albergan una en SU vientre, a menudo fruto de la mala información, del descuido o de la presión social, a menudo lindera con la violencia descarnada. Durante décadas,  una chica involuntariamente embarazada, si tenía apellidos esdrújulos y bien nutridas cuentas corrientes en la familia, se liberaban del “problema” con excelente asistencia, pagando los diligentes servicios a precio de oro. Mientras tantos, sus iguales por derechos constitucionales, pero en la realidad pobres y sin privilegios, se exponían a prácticas que arriesgaban sus mismas vidas. Hoy, por primera vez , ante una situación que NADIE desea y se debe evitar,  una y otras empiezan a ser tratadas humanamente, para decidir por sí mismas y con la debida asistencia en cualquier escenario. Unas y otras. No sólo algunas. Caben muchas opiniones al respecto y todas son de respetar, pero  vaya si merece esmero el consagrar el fin de décadas de hipocresía, en la que la  chica pudiente elige y la pobre está condenada. Un genuino y  gran acto de amor. Pues  parte de  ponerse en los zapatos de la otra, para sentir con ella y desde su lugar.

4)      A los gurisitos de nuestra Tierra. De los cuales una ínfima proporción, formados en la escuela de la violencia sistémica del mal vivir fruto de carencias materiales y de afecto completamente elementales, se interna en los lodazales de la violencia y la “plata fácil”. Una ínfima proporción, que no puede de modo alguno auspiciar la criminalización y el dedo acusador hacia la inmensa mayoría que jamás le tocó un dedo a nadie, ni se quedó con ningún vuelto.  Y que no puede ser usada por quienes propiciaron las privaciones de todo tipo que  engendraron las excepciones, como trampolín para la conquista de un voto más

5)      A los que dejan el alma por defender su tierra, sus hermanos, sin agredir ni invadir, sólo tratando de evitar el atropello, la barbarie, el verdadero acto terrorista  y desalmado, destinado a segar vidas civiles y completamente inocentes. Como René, ya liberado. Pero quedan CUATRO razones más para seguir reclamando para que en el autoproclamado faro de la libertad y el derecho, notoriamente con severas fallas en su sistema eléctrico y a oscuras desde hace décadas, se deje en libertad a los hijos de Cuba que sólo cometieron el pecado de velar por los hijos de todo el mundo  que visitan la isla.. Cuatro razones y corazones llenos de amor a su tierra, a su gente y a las gentes de toda la Tierra que visitan su casa, por quienes todo arriesgaron y jamás violaron genuina norma alguna.

6)      A los pasitos cortitos, que buscan  en el recorte del tranco la seguridad necesaria para caminar. A nuestros mayores, como mis viejos, siempre presentes en mi interior. Desde los cuales trato de imaginar a todos nuestro mayores, que quizás caminen a tranco lento o entrecortado, pero muchas veces son el principal surtidor de palabras serenas y sensatas. Cuyos fondos aportados en una vida de trabajo no pueden ser manantial de ganancias astronómicas para unos pocos, sino fuente de una solidaria y colectiva retribución a toda su contribución a la sociedad.

7)      A los ojos deslumbrados, aquellos que ya no veían casi nada  y no soñaban con volver a apreciar matices y colores, porque no tenían ni en sueños los necesarios dólares (que ni pesos eran). Los que de la mano de la hermana Cuba, de la hermana Venezuela y de algunos corajudos de nuestra Tierra, contra fuertes intereses corporativos,  hicieron nacer el Hospital de Ojos. Y cual relato bíblico de la obra del Nazareno, “abrieron los ojos, y vieron…”

8)      A los pasitos tambaleantes de los gurises sin cobertura de salud, de los nacidos para no tener jamás una computadora si no fuera por medio del hurto y que en cambio han crecido en los últimos años con una ceibalita en sus manos , armando animaciones, jugando a la Geometría y sabiendo que están, que son parte del mundo digital.  Con las críticas que caben y sin exageraciones disparatadas. Que no disminuyó la brecha entre ellos y los hijos de los hogares más pudientes, porque en este mismo tiempo en los hogares más recoletos, niños de igual edad vieron multiplicar sus posibilidades tecnológicas de manera alucinante. Pero sí hay mucho más inclusión digital, y esto marca  la diferencia entre estar y no estar, entre mirar la tecnología con la ñata contra el vidrio o entrar a ella. Con Centros MEC  en todo el país enseñando, potenciando, integrando la alfabetización digital para todas las edades. Menudo acto de amor, si los hay.

Habrá abundantes cantos de sirena en los meses venideros, querido lector. Habrá sanas discusiones y de las otras. Respetables discrepancias y pretextos para la protección del interés personal de clase, corporativo o personal.

Pero en el fondo, hay una opción que lleva a mejor futuro. Apostarle a pleno al amor, con el máximo respeto, sin ninguna claudicación.

Porque amor no es aureola. Son gestos, son hechos, reciprocidades, estar cuando hay que estar y asumir el dolor ajeno como propio, ni más ni menos, aventando fantasmas y angelitos, humanizando y dignificando la vida, desterrando de plano el brutal egoísmo,  la simple y triste cándida moraleja.

1 comentario:

  1. sin amor vamos perdiendo humanidad, la palabra ha sido devaluada y confundida, pero amar se relaciona tanto al amigo y también al desamor, según su etimología y evolución, y desde ese lugar podemos comprender nuestras idas y venidas, nuestro avance en humanidad y también nuestro retroceso en muchas oportunidades. Ahora amor sin actos, es hablar y no hacer, es incoherencia y amor es sin dudas, luchar por algo tan básico como el salario y sin embargo, la lucha compartirla con los más desfavorecidos, los más "infelices" del Pepe Artigas: eso lo ha demostrado el gremio de la bebida con su donación al Plan Juntos. Amor en hechos.

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