1. En los últimos días, cobró notoriedad alguna manifestación de los
vecinos de Carrasco Sur, una de las zonas más privilegiadas de Montevideo, en
torno al tema de la seguridad.
2. Toda manifestación ciudadana pacífica reclamando un derecho
constitucional, como el derecho a la seguridad, es legítima y punto.
3. Eliminemos de raíz el “factor Canessa”: Ha aparecido como referente
de esta movida el Dr. Roberto Canessa, sobreviviente a la tragedia de los Andes. Sus manifestaciones públicas han sido harto
infelices, pero deben ser juzgadas tal y como si fueran dichas por cualquier
otro vecino de su barrio. Ha habido, en su crítica y en su defensa, alusiones
a su pasado en la cordillera. Ambas cosas me parecen completamente fuera de
lugar e incluso, de mal gusto. La tragedia que vivió él , yo no la deseo vivir como para saber cómo actuaría
en su lugar, y no la comparo con otras tragedias, que no poseo el tragediómetro.
Todo lo que haya hecho el Dr. Canessa para salir adelante con su vida me merece respeto, y al mismo tiempo, no le
concede salvoconducto para opinar cualquier cosa sobre cualquier tema. Si él usa
su pasado en la cordillera como argumento en su favor, me parece mal, pero me
parece también lamentable usarlo en su contra. Hay que contestar sus
dichos por lo que contienen, no por su historia personal.
4. Los derechos constitucionales deben garantizarse a todo ciudadano.
Así, todo ciudadano tiene derecho a una vivienda, a atención de salud, a educación, a ser
respetado en sus diferencias y peculiaridades, a ser valorado pura y
exclusivamente por sus capacidades y talentos. Me da la impresión que entre la
Constitución y la realidad hay un considerable margen, que no es en Carrasco
Sur donde tiene su mayor divergencia.
5. Me da la impresión que en muchas expresiones de la referida protesta
hay manifestaciones del tipo “que le pase a los pobre es normal, pero a
nosotros no”. Esto se llama desprecio clasista, y es una manifestación que
aísla e insulariza a quien la pronuncia.
6. Desde que el mundo es mundo el que menos tiene va a robar a la casa
del que más tiene. Yo recuerdo cuando en los 80’s comenzaron a pulular rejas,
vallados y otras medidas de seguridad en Carrasco Sur, en magníficas casas que
parecen de otro país. La pobreza que se había acumulado y acantegrilado de
Avenida Italia al norte, en algunos
casos excepcionales, iba a buscar revancha a dichas residencias. Obviamente no apoyo ni avalo el hurto ni la
violencia. Pero no lo hago desde su origen: la marginación, la pobreza y la flagrante
desigualdad.
7. Connotados residente de Carrasco Sur, Punta del Este, zonas
residenciales de la Ciudad de la Costa, Parque Batlle y otras regiones
privilegiadas del país fueron artífices y partícipes de un colosal saqueo a la
riqueza todo el pueblo uruguayo, desde 1968 al 2003. Los tiempos de la penumbra
neoliberal, en la que la matriz integradora de la sociedad uruguaya estalló en
mil pedazos, en que los derechos laborales, sociales y civiles de la inmensa
mayoría de los uruguayos fueron completamente ignorados y vapuleados. NO hubo,
en tal ocasión, manifestaciones como las que hoy hay en la calle Arocena. Eran
muchas más las víctimas y de mucha mayor cuantía, eran miles de millones de
dólares al año, era decenas de miles de
personas al año, que nos llevaron a
AQUEL (hoy lejano) país donde la mitad de los niños eran pobres y la mitad de
los pobres eran niños
8.
8. El Uruguay vive desde 1968, pero sobre todo desde 1984, un proceso
profundo, en la base de su matriz social, de radicalización de las
diferencias e intensificación de la
lucha de clases. Antaño, un hijo de un hogar privilegiado, que desde
pre-escolares hasta la secundaria estudiaba en un privilegiado colegio
anglófilo o similar, al menos la llegar a la Universidad debía compartir sus
horas de estudio con el hijo de una familia obrera o de un hogar humilde del
interior del país. Hoy, y desde hace años, en general, sigue sus estudios en
universidades privadas, donde lo que encuentra es, en una inmensa mayoría,
jóvenes de su misma extracción de clase.
O sea, desde los 3 a los 30 años, el
joven privilegiado vive entre jóvenes privilegiados, en una suerte de burbuja
social. Su configuración mental del mundo no puede estar más sesgada. Bien
puede no conocer siquiera la pobreza. Bien puede mirar a los “negros”, a los
“pobres”, a los “sucios”, a los malvestidos y malcomidos como seres extraños y
ajenos a su existencia, pues de hecho lo son. Cuando desde 2005 los ve recibir
atención privilegiada por las políticas sociales, se indigna: “¿Cómo puede
gastar MI plata en mantener “vagos”, que aquí el que es pobre es porque no
trabaja?”¿Nunca oyó querido lector, la frase que acabo de escribir en una
parada de ómnibus, en la calle, en un lugar cualquiera? Yo la escuché decenas o
centenares de veces. Y eso, amén de una burrada, es un manifestación de odio de
clase: del desprecio y abyección del privilegiado y dominante ante cualquier emergencia del pobre y explotado.
9. Los vecinos de Carrasco Sur tiene derecho a la seguridad, del mismo
modo que los de Manga, Ismael Cortinas o Bella Unión. Es un derecho
constitucional.
10. Los vecinos de Carrasco Sur tienen derecho a la comida, al techo, a la educación, a la buena asistencia
médica, odontológica y psicológica, al buen nombre, a ser respetados y no
mirados de reojo, del mismo modo que los de Manga, Ismael Cortinas o Bella
Unión. Es un derecho constitucional. En Carrasco Sur siempre fue una realidad.
En los demás casos, lo está siendo desde el 2005 en adelante y no es “gastar MI
plata en vagos”, es usar los recurso de la sociedad para cumplir la Constitución,
hacer un mínimo acto de reparación a tanto
y tan prolongado sufrimiento injustificable y, por añadidura, colaborar
con la seguridad de todos los vecinos de todos los barrios.
11. Los vecinos de Carrasco Sur
no han sido el mejor ejemplo de conciencia de la universalidad de los derechos
constitucionales antes citados. Y como se dijo, de entre sus filas ha habido
quienes han dinamitado los puentes sociales y contribuido a descaecer estos
derechos en otras clases sociales. Se
deberían al menos de un instante de autocrítica en lugar de declararse
estupefactos ante una violencia que algunos de ellos fomentaron.
12. Los vecinos de Carrasco Sur tienen derecho a la seguridad, lo consagra
la Constitución, quedó dicho claramente. Hacen bien en reclamarlo si sienten
que les falta, quedó dicho muy claramente. Pero harían mucho mejor, si en lugar de reiterar ante cámaras
consignas elitistas, clasistas o racistas, clamaran por más salud, más
vivienda, más trabajo, más educación para
todos y trabajaran activamente por su
integración social en lugar de su insularización en un micromundo. Porque su
seguridad y la de todos, no es en definitiva resultado de miles de policías
patrullando por doquier. Es el resultado de una sociedad más integrada, más
igualitaria, más educada, más protegida y cuidada por sus propios integrantes,
desde lazos solidarios de acercamiento y humanización y no de exclusión y explotación. El reflejo clasista de pedir la mano dura y
añorar a Don Jorge Pachecho Areco los hará, en algún momento, mudarse a un
bunker. La inteligencia de apostar al Uruguay Integrado que se ha hecho
objetiva y gradual realidad desde 2005 en adelante, por el contrario, algún día
les permitirá vivir sin rejas y con plena humanidad.
De acuerdo en todo querido Gonzalo, es la integración, lo que nos ayudará a tener una vida mejor.
ResponderEliminarComo dice mi amiga Yiye, conocer es amar.