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sábado, 7 de abril de 2012

Entre Vos y yo. Gonzalo Perera

Hoy es el Sábado, en el que según lo que enseñaron a repetir en mi infancia, descendiste a los infiernos para resucitar en plena gloria al tercer día (ante los ojos de los más humildes y despreciados).

Yo no sé si se puede decir con propiedad que algún humano descendió a los infiernos para resurgir a los 3, a los 33 o a los 72 días.

Si sé que mucho humanos, que creen en vos y que creen en otras nominalidades de la divinidad, o que no creen en nada hominizable, que tenga nombre como mi vecino y mi abuela, han pasado más de mil y una atrocidad por fidelidad a sus (tus?) convicciones.

Me pregunto qué sentido tendría tu sacrificio, heredero de Abraham, capaz de sacrificar a un hijo por mandato divino, sino fuera el de universalizar el mensaje que las Antiguas Escrituras privilegiaban para un pueblo. Digno de todo mi respeto y completamente improcedente de ser objeto de acusación de "deicidio", como quisieron la Inquisición Católica y el delirio nazi (si es que cabe distinguirlos). Nadie dijo que quien mata una vida, mata al mundo entero y no es  en absoluto sustentable culpar al pueblo judío por la muerte del nazareno. En cambio, y con perdón de los conocedores del Talmud "Kol hamekayem nefesh ahat, keilu mekayem Olam male" (que según mis amigos es la frase Talmúdica invocada en "Schindlerlist", digna de verse cuanto menos  tres veces y proyectarse a la realidad otras tantas veces): "Quien salva una vida, salva el mundo".


Como también lo cree el inmenso pueblo del Islam- ajeno de total ajenidad al fanatismo "a la carte" de algunos, me consta, pues entre ellos viví, y entre ellos mucho más de lo esperable me fue dado (¿ Cómo olvidarlo, carajo?)-, donde el Corán reconoce a título expreso que son múltiples las voces que hablarán en el nombre del Creador para expresar su voluntad  de "Insha-Alá" (con un segundo perdón por barbarie fonética).


Nazareno, carpintero, revulsivo y a tu modo revolucionario, soy unas de tus tantas "ovejas descarriadas". 


Es que en un momento me parecía magnífica la imagen del "Buen Pastor",  teológicamente a tí reservada y físicamente perceptible para mí en La Angostura Rochense. Pero no me sentí nada bien jugando a becerro, ni mucho menos dedicado a criar guampas. Porque fui monaguillo y lector 
de escrituras de Monseñor Corso ( por lejos , el obispo más fascista ente sus pares uruguayos y que dirigiera la diócesis de Maldonado, abarcartiva de Rocha, durante larguísimo tiempo).


 Hombre honesto, sinceramente lo  pienso, pero nacido 5 siglos después de su espíritu. Que, cuando me tocara el rol de lector, me impusiera como última invocación de la "Oración de los fieles" una frase tremenda en el Uruguay de los fines de los 70`s:


" POR TODOS LOS PUEBLOS QUE SUFREN LAS DICTADURAS DEL COMUNISMO ATEO".


NI UNA SOLA VEZ la leí. Monseñor Corso me lo recriminó decenas de veces. Pero NI UNA SOLA VEZ LA LEI. Y te juro que no tenia claro si el comunismo era ateo o era un dictadura. ¿Qué mierda iba a tener claro, si tenía 13 o 14  años y eran fines de los 70´s, carajo?


LO QUE SI TENIA CLARO, Y ASI SE SE LO DIJE A MONSEÑOR CORSO CADA VEZ QUE ME RECRIMINO "MI OLVIDO", ES QUE :


SI IBA A PEDIR POR ALGUNA DICTADURA, IBA A PEDIR POR LA QUE SUFRIA MI PUEBLO, MI URUGUAY, MI ROCHA, MI PAUPERIZADA EDUCACION Y MI DESTRUIDA SOCIEDAD


NUNCA. ABSOLUTAMENTE NUNCA, MONSEÑOR RESPONDIO AL MOZALBETE EN CUESTION. NO POR VIRTUD DEL GURI-A LA SAZON YO- SINO POR EVIDENCIA DEL ARGUMENTO, LARGAMENTE AJENO A MI AUTORIA.


Flaco, Nazareno, Carpintero, Pescador, Buen Pastor, Maestro, Sembrador: te salí definitivamente fallado, ni la estrella de David de tus ancestros, ni tu cruz, ni la media luna de los hijos de Mahoma, ni.....Agarré para el lado de una hoz y un martillo, bien poco fashion hoy en dìa, pero no por negarte, sino por afirmar lo evidente:


Que no hay Paz sin Justicia, ni Justicia sin Libertad, ni Libertad sin Pan.



Que sí Tú eres Pan y Vino- Cuerpo y Sangre en la Eucaristía- es porque en tu fiesta, cualesquiera sea, y como quiera que te llames, no hay invitación disponible para quien no logró acceder a un cuerpo suficientemente vital y a una sangre adecudamente provista de plaquetas y nutrientes.


Estas no son horas para Hegel, Feuerbach, Marx, Sarte, Marcuse o Scheickwart.


Sino para recordar que no es lo mismo nacer en un pesebre (Cante)(Barrio)(Villa)(Favela) que en destacado hospital.



Y que a los panes y los peces, y no a las abstracciones,  siempre guardaste privilegiada referencia.




Por ello, flaco, nazareno, maestro o carpintero, te pido, si es que cabe pedirte, que en armonía con la fe visceral de mis padres, de las víctimas de TODOS LOS HORRORES: del abominable Cóndor del sur, de la perversidad taylorista de Auschwitz, de la iluminación perpetradora de la paz cotidiana en la franja de Gaza, del gran estado turco  indivisible y amnésico  de todo horror del pueblo armenio, estimules la paz de LA VERDAD CRUDA, TAL CUAL ES. 


Y que incentives a este simple mortal, abrazado a su hoz y su martillo, a construír desde la minoría reverberante- y jamás "relojeando" desde el comfort de las mayorías silentes- a concebir el destino común  de la Humanidad sustentable, el que nos salve del hoy inevitable ecodidio, que nos libere de la demencial "lógica capitalista".


 Tan mayoritaria como suicida, en toda encuesta actual.


Por ahí seguro que andarán Camilo Torres, Carlos Mugica, Romi Lezama, Carlos Partelli, Helder Cámara, Perico Pérez Aguirre y tantos seres humanos infintamente superiores a mí, que en su espíritus han albergado similares y mejores sueños.


Y tú y nadie más que tú sabrá, cuántos barbudos que renegaron de tu nombre, tendrán reservado, en tu simbología, lugar privilegiado en tu cercanía. No me inquieta mi particular destino, pero vaya allí mi apuesta. Aunque más no fuera de puro rebelde, qué caray.




Desde esta desnudez de dogma, desde esta avidez de construcción ecosustentable, desde la honestidad de la diversidad, me permito sumarme a quienes imploran que algo nuevo, mejor y salvífico por fin crezca, aunque tantas veces parezca que lo han matado. 


Gonzalo






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