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viernes, 26 de octubre de 2012

La tímbrica de los nuevos tiempos. Gonzalo Perera

Para un revolucionario, la certeza de que un mejor futuro superará al presente es casi un axioma. Porque la Revolución, cita con la Historia. es siempre un evento en futuro imperfecto. Siempre por-venir, siempre mejorable. Y siempre mejor y más profunda de lo esperable y esperado.

Sin embargo, es de lealtad intelectual elemental, reconocer que muchos de quienes nos decimos revolucionarios- al decir de Mafalda- "miramos el futuro con la nuca". Añoramos "nuestros tiempos", donde "estas cosas no pasaban"(¿?). Obviamente, lectura  de la Historia mediante, lo que pasó otrora, seguramente no sea lo mismo que pase ahora, es casi de Perogrullo. Y ser revolucionario en un tiempo X o en un tiempo Y, más allá de un "élan" vital similar, forzosamente no tendrá mayor coincidencia, porque se es revolucionario en un momento y contexto dados. Lo que es revolucionario hoy y aquí puede ser contrarrevolucionario mañana y allá.

El fin de semana pasado participé del V Congreso Latinomericano de Estudiantes de Ingeniería (V CLI) en Valparaíso, Chile.

Congreso de Ingeniería puede sonar a burocracia tecnológica quizás, pero lo que yo viví me suena a Revolución, a la única genuina, a la que nace de las tripas y razones de la gente, que no tiene una única versión, que no está libretada ni esculpida de antemano, que no tiene por qué coincidir con mi propia visión o la de ninguna organización concreta, salvo en lo indispensable: la sagrada rebeldía contra lo impuesto.

Cata, Paola, Martín, Carlos, Mario, Paul, "Pantera", Sofi, Bruno, Manuel, Mati, Dani, "Los Chonas" son parte de la lista - irremediablemente incompleta- que acompañó mi vivencia de este V CLI. Cada uno de ellos vive el mundo y alberga sueños a su manera. Muchos se asemejarán en sus prioridades, pensamientos y deseos a lo que yo siento y pienso, muchos no y seguramente no pocos compartan algunas cosas pero no otras. Pero cada uno de ellos tiene lo que no se puede perder jamás en ninguna vuelta de la vida: las ganas y  el coraje de vivir una vida elegida y no impuesta o digitada, el animarse a arriesgar, a creer, a confiar, a compartir. Durante más de una década se pretendió adoctrinar América Latina entera con el “hacé la tuya”. Todos los nombrados, desde sus peculiaridades y diversidades,  encontraron una mucho mejor fórmula, la de“hacer entre todos”. Y entre todos hicieron del CLI, para mi, que tengo centenares de congresos de todo tipo y color encima, una ocasión inolvidable.

Obviamente hubo en dicho congreso presentaciones para mi francamente olvidables: destacados académicos sosteniendo que poco tiene que ver la sociedad y la Ingeniería, y que el rol de esta última es "solucionar" los problemas de la "la gente" (consultándola, ¿tal vez?.....no quedó claro, más bien parecía un sujeto omitido la “pobre gente“), que el gran problema es que “ los ingenieros puedan ganar fortunas como los médicos, para que no emigren” (sic),  que “ hay que concentrarse en hacer Ingeniería en la sociedad que sea, si la sociedad está mejor gobernada, mejor, sino, hay que hacer lo mismo” (sic), que en “Hispanoamérica tenemos mucha retórica y hacemos poco” (sic). Esto último ya hace dudar si Ernesto Guevara de la Serna, René Favaloro, José Luis Massera, Pepe D´Elía,  Perico Pérez Aguirre,los compañeros del SUNCA y de la UMTRA que ganaron sendos conflictos laborales recientemente, los trabajadores de nuestros campos, las muchachas que trabajan 16 horas por día para mantener un gurí cuyo padre no asumió su responsabilidad, no serán todos nacidos en Dublín o Frankfurt. Porque si algo no los caracteriza, a ninguno de ellos, es la retórica inactiva, que estas luminarias de la Ingeniería consideran sello inevitable de quienes nacimos en las tierras donde se habla castellano. Ponencias que ejemplifican magníficamente la ingeniería acultural, ahistórica, arrogante, la Ingeniería funcional y en primera persona del singular, centrada en el ombligo del ingeniero y donde el mundo es simple campo para el ejercicio tecnológico. Escuchando semejantes visiones, algunos procesos “educativos” se entienden cabalmente, claro está.

Sin embargo también hubo otro tipo de ponencias. Presentando posturas muy nítidas y situadas en el mundo real. Posturas de critica al sistema mismo y de búsqueda de alternativas radicalmente diferentes,  donde la Revolución, desde la Ingeniería, se menciona como suena y se escribe con "R"  y "v", como gusta recordar Gabriel Mazzarovich. Posturas donde el rol del ingeniero no es ser mero artífice de la suplantación de una clase dominante por otra  en usufructo de una tecnología superior, sino obrero de la mayor obra de Ingeniería imaginable: una sociedad nueva. Ingeniero que es co-constructor de una visión estratégica y  social, global, humana, humanizadora y revolucionaria. Ingeniero artífice de tecnologías al servicio de nuevas infra y super-estructuras regionales, de nuevas hegemonías regionales rupturistas con el imperialismo y alternativas al capitalismo, explicaciones últimas del hambre, la inseguridad, la miseria, la guerra, la dependencia, la explotación. En definitiva, Ingeniero que es un buscador  y gestor  de la Revolución, bicho esquivo pero que, aunque desde la derecha un día si y otro también se la declare obsoleta, sigue viva y está al alcance de las voluntades, si se suman con inteligencia y coraje, qué carajo.

De 1050 estudiantes de nuestra única Patria, América Latina inscritos al evento, al menos 900 se preguntaron durante varios días por nuestra posible y necesaria suerte común. Y ambientaron algunos brillantes análisis que tuve el  enorme gusto de presenciar, pero acompañados del calor, alegría desparpajo de la masa juvenil, de la energía inagotable, de la convicción pura y motivada por las más nobles y sinceras aspiraciones, que nada ni nadie puede reemplazar.

La Ingeniería es generadora de tecnología. La tecnología puede servir  a  superar una fase de la historia dentro del sistema capitalista por aceleración del ciclo de reproducción del capital o, por el contrario, puede contribuír a la superación dialéctica de todas las fases del capitalismo: la Revolución, paridora de Historia, con  “H”mayúscula, “H” de “Humanidad”.

No vi en en este congreso ningún Übermensch (aproximadamente “superhombre“)  de Nietzche. Vi algo muchísimo mejor: hombres y mujeres reales, concretos y jóvenes. Gozando la vida. Colaborando con otros. Laburando juntos. Perdonando el error ajeno. Pensando en profundo. Riendo. Discutiendo. Acercándose, conociéndose y re-conociéndose como partes integrantes de un colectivo único de muchas banderas.Comprometiéndose a futuro, cada quien según sus posibilidades, anhelos y visiones.

Si algo se alejó soberana y radicalmente de mí es la menor sospecha ( que a decir verdad hace ya buen tiempo que no albergaba) de que las nuevas  generaciones no están a la altura de las precedentes.

Vaya si estarán a la altura.

Tanto, como para que REVOLUCION, en un tal congreso, no sea mala palabra sino  mera consecuencia del ejercicio de la lógica para gente acostumbrada a estudiar los balances de masa y carga. Cuando les toca analizar la dura, fría (y cruel) Economía del sistema capitalista, sólo lo que dejan de tener y sufren como privación centenares de millones de seres humanos puede “cerrar” con los millones que despilfarran unos poquitos.

 Tanto, como para que un veterano que poco habló y mucho escuchó, mucho haya aprendido de ellos y con ellos.

Tanto, como para decirles a todos y cada uno de ellos, de diversas nacionalidades en el papel y única Patria de origen en la realidad, simplemente GRACIAS.

Estuve en el Chile donde en una sola universidad concreta,  5 mil estudiante pagan sólo por matrícula 7500 dólares por año. 37 millones y medio de dólares al año sólo por anotarse, sin contar materiales y otros insumos….un negoción a partir de un DERECHO, negado por Piñera, pero también por la Concertación y sus fragilidades ideológicas.

Cuando vimos tiempo atrás en Internet  la sangre de los gurises chilenos peleando por un sistema que fuera al menos menos salvaje y mercantilista, quizás muchos no captamos cabalmente que era hora de afirmar sobre mármol que  EDUCACION=DERECHO UNIVERSAL, y que, en la ampliación efectiva y real de ese derecho reside  una de las mayores actos revolucionarios del presente.


Cata, Paola, Martín, Carlos, Mario, Paul, "Pantera", Sofi, Bruno, Manuel, Mati, Dani, "Los Chonas" son parte de la lista - irremediablemente incompleta- que acompaña la- de aqui en mas renovada convicción- que estas generaciones, que no son  uniformes, que albergan distintos pensares y sentires, son mejores que las que les antecedimos.

Por suerte y porque la Historia se escribe de atrás hacia adelante, no nostalgiando lo que alguna vez fue y nunca más será,  sino haciendo que sea todo lo que debe ser.

Y renové la convicción que para una gran parte de estas generaciones, está muy claro que nuestra sociedad no se trata con mejoras cosméticas. Hay gente joven, diversa y pujante, que es capaz de impulsar una auténtica revolución educativa y productiva, y muy particularmente en los sectores mas vinculados a la tecnología. Hay que acompañarlos, con lo que se pueda aportar de experiencia o conocimiento adquirido, pero con la humildad de ser un compañero más, con bastante menos pelo y energía, pero con el fuego interior de la indignación ante lo injusto bien llameante.

La vida me ha mostrado a mí y a muchos de mi generación que resistentes somos, que aunque nos entierren en el lodo más nauseabundo, sabremos siempre volver a salir cantando al sol como la cigarra. Pero mucho mejor proyecto que sólo resistir es el de acompañar nuestro cantito individual de una atenta escucha y comprensión a las nuevas y jóvenes cigarras, que cantan muy fuerte y armónicamente, y resuenan cada vez más.

Las benditas nuevas y jóvenes cigarras que entonan, sobre la base de las notas  y bemoles de siempre, la tímbrica de los nuevos tiempos. 







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